La era de la inteligencia artificial ha revolucionado el proceso de contratación, y esto significa que, cada vez más, los empleadores recurren a entrevistas de trabajo mediadas por la tecnología. Aunque ha aportado eficiencia y la capacidad de clasificar rápidamente muchas solicitudes, existe una preocupación creciente de que se haya perdido el toque humano, según una investigación publicada por el Foro Económico Mundial.
Otro estudio, publicado por Harvard Business Review concluyó: "El uso de la inteligencia artificial en los procesos de RRHH es una tendencia nueva y probablemente imparable. Pero el auge de la IA también ha traído consigo la posibilidad de sesgos y discriminación. Con algoritmos que toman decisiones, los solicitantes de empleo, especialmente los de comunidades marginadas, pueden enfrentarse a desafíos. Esto significa, por desgracia, que los algoritmos de IA utilizados por los reclutadores pueden perpetuar inadvertidamente los prejuicios o discriminar a ciertos candidatos debido a su falta de comprensión de matices como el género y la raza".
El uso de entrevistas de trabajo mediadas por IA también puede provocar un efecto “fantasma”
Los candidatos que han tenido éxito durante las entrevistas pueden no volver a tener noticias del empleador, lo que los deja ansiosos e inseguros sobre sus perspectivas. Este fenómeno es un problema enorme en el mercado laboral actual, y tiene consecuencias que van más allá de la frustración, según las investigaciones. Con frecuencia, los buscadores de empleo experimentan una sensación de impotencia, inutilidad e impotencia.
Estos sentimientos pueden provocar depresión y baja autoestima. Es más, cuando las personas no reciben comentarios sinceros sobre su actuación en el proceso, es posible que nunca sepan qué salió mal y, por lo tanto, no puedan solucionarlo para futuras solicitudes.
Dicho esto, el ghosting en el mercado laboral también tiene consecuencias negativas para las empresas. Supongamos que los candidatos se quedan sin comunicación ni feedback. En ese caso, pueden sentirse frustrados e impotentes, lo que puede dañar la marca de empleador de una empresa, haciendo cada vez más difícil que la organización atraiga y retenga a los mejores talentos. En casos extremos, esto puede convertirse en una auténtica crisis de marca.
El impacto negativo de este proceso de contratación impersonal en la salud emocional y mental es significativo y no puede ignorarse. Según una investigación realizada por The Guardian, los solicitantes se sienten muy seguido como un número, y el proceso no permite la retroalimentación ni la crítica constructiva. Así, es posible que los solicitantes de empleo nunca obtengan el cierre que necesitan para aprender de sus errores y para futuras candidaturas.
Por lo tanto, incorporar un proceso de contratación que implique interacciones con las personas para garantizar que el equipo se pone de acuerdo sobre el candidato ideal, teniendo en cuenta factores como las habilidades, la personalidad y el ajuste cultural, puede ayudar a determinar si un candidato es adecuado o no para el puesto.
Este punto de vista es congruente con la investigación que ha descubierto que la interacción humana es esencial para crear un proceso de contratación justo y equitativo. Aunque las tecnologías de IA pueden hacer que el proceso de contratación sea más rápido, es necesario asegurarse de que la tecnología cumple las leyes contra la discriminación y aborda los posibles sesgos.
Esto ayudará a garantizar una mano de obra más diversa y equitativa. Al fin y al cabo, aunque la IA puede ayudar a agilizar ciertos aspectos, no puede sustituir a la intuición de un entrevistador al seleccionar a un candidato ni a la orientación durante la entrevista que desean muchos solicitantes de empleo. "Combinando la eficacia de la IA con el toque personal de los reclutadores humanos, las empresas pueden crear un proceso de contratación más inclusivo y solidario que beneficie a todos los solicitantes de empleo", afirmó William Degbey en una entrevista. El profesor asociado de gestión internacional de la Universidad finlandesa de Vaasa cree que "una combinación de IA y reclutadores humanos es el camino a seguir para el proceso de contratación"
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Según Amanda Rosewarne, CEO del Consorcio de Desarrollo Profesional, desde el punto de vista económico, la combinación de IA y reclutadores humanos podría aportar aún más eficacia a la contratación. En una entrevista, Rosewarne afirmó: "En esta Era de la Información, estamos pasando a una economía basada en las habilidades, en la que la competencia permanente requiere un aprendizaje continuo. Una parte crucial del éxito de la contratación es comprender el contexto y las experiencias que hay detrás del CV de un candidato". En otras palabras, el uso de la IA en la contratación puede aportar una capa añadida de conocimientos y perspicacia, que permita a los responsables de la contratación determinar mejor la experiencia y la competencia de un candidato.
Esta combinación de recursos humanos y de máquinas no sólo es más eficaz, sino que también podría proporcionar una mayor precisión a la hora de seleccionar a los candidatos. Sin embargo, es esencial tener en cuenta que la IA todavía no puede sustituir por completo al elemento humano de la contratación. Sólo es capaz de proporcionar una capa adicional de conocimientos y análisis basados en datos que, cuando se combinan con los recursos tradicionales de que disponen los reclutadores, pueden garantizar un resultado más eficaz.
"Mi consejo para las organizaciones es que procedan con mucha cautela y se tomen el tiempo necesario para probar a fondo las herramientas de IA para asegurarse de que pueden ofrecer los mejores resultados posibles y cumplir la legislación laboral vigente. No podemos automatizar la selección de colegas, ya que elimina la 'humanidad' que es crucial en el proceso", dijo Rosewarne.
Así pues, aunque la tecnología de IA es increíblemente útil para agilizar el proceso de contratación y garantizar la equidad en la selección de candidatos, probablemente siempre será necesaria la participación humana cuando se trate de cubrir puestos de trabajo. Después de todo, ningún ordenador puede replicar la comprensión de un reclutador experimentado que sabe cómo evaluar las habilidades blandas, la actitud y el ajuste cultural. Los reclutadores humanos pueden asegurarse de que están eligiendo a la persona adecuada para el puesto y garantizando una cultura de trabajo positiva.
Aunque la tecnología ha automatizado muchos aspectos del proceso de contratación, como la selección de currículos y la programación de entrevistas, nunca podrá sustituir el nivel de perspicacia que puede aportar un reclutador humano. Las herramientas basadas en la tecnología son útiles para evaluar las aptitudes básicas de un candidato, pero no pueden evaluar aptitudes más blandas como la comunicación y el trabajo en equipo. Por lo tanto, aunque la IA y la automatización pueden sin duda ayudar a un reclutador en el proceso, en última instancia depende de él asegurarse de que está seleccionando al candidato adecuado en función de sus características únicas.
La perspicacia de un reclutador humano también es inestimable cuando se trata de comprender el ajuste cultural. Pueden hacerse una idea inmediata de lo bien que encajaría el candidato en la organización, algo que la IA y la automatización no pueden hacer... ¡todavía!