En medio del escándalo del 'VacunaGate', el laboratorio Richmond que encabeza Marcelo Figueiras firmó un acuerdo con la Sociedad Gestora del Fondo de Inversión Directa de Rusia para producir la vacuna Sputnik V en el país.
Hasta el momento, el país viene recibiendo partidas de la vacuna rusa desarrollada por el Instituto Gamaleya, un centro privado de investigación médica ruso, tras un acuerdo entre ambos gobiernos. Sin embargo, este anuncio significaría un cambio radical en torno a al aprovisionamiento de vacunas.
En el comunicado, laboratorio Richmond dejó por sentado que "en el día de la fecha se suscribió un memorándum de entendimiento con Management Company of Russian Direct Investment Fund, quien representa a Gamaleya National Research Institute of Epidemiology and Microbiology a los efectos fomentar la cooperación entre las partes, con la finalidad de obtener en el corto plazo la fabricación de una vacuna contra el virus COVID-19, la cual se produzca en la República Argentina".
"Este potencial desarrollo se realizará con la participación de Hetero Labs Limited, laboratorio establecido en la República de la India, con quien Laboratorios Richmond S.A.C.I.F., posee una alianza estratégica desde hace más de 25 años", sigue el comunicado.
El memorándum de entendimiento fue suscripto en la ciudad de Moscú, Federación Rusa, por Tagir Sitdekov, en representación de Management Company of Russian Direct Investment Fund, mientras que por Laboratorios Richmond S.A.C.I.F. participó su Presidente, el Dr. Marcelo Figueiras".
La noticia llega conforme el Gobierno argentino continúa aunando esfuerzos para negociar con los laboratorios Pfizer, Janssen, Moderna, Sinopharm y el Instituto brasileño Butantan que produce la vacuna Sinovac Biotech y proveer al país con esas vacunas.
Días atrás, el presidente Alberto Fernández se mostró a favor de la universalización de la vacuna. En este sentido, contó que viene trabajando mancomunadamente con el primer ministro francés, Emmanuel Macron, para plantear en el G-20 la necesidad de declarar la vacuna COVID-19 un bien global y que sea producida por sus respectivos países.