La salida de ChatGPT al mercado marcó un antes y un después en la historia moderna, ya que dejó en evidencia el sorprendente potencial de la inteligencia artificial, a tal punto que grandes especialistas de la economía comenzaron a hablar sobre cómo podría impactar en el sector, siendo uno de los más importantes Paul Krugman.
El ganador de un Premio Nobel de Economía explicó que “los grandes modelos lingüísticos en su forma actual no deberían afectar a las previsiones económicas para el año que viene, y probablemente no deberían tener un gran efecto en las previsiones económicas para la próxima década”.
“ChatGPT y lo que venga después formará parte de la historia económica de la década de 2030, no de los próximos años”, añadió en su artículo de opinión publicado en The New York Times.
De acuerdo al experimentado economista, la plataforma es capaz de realizar tareas como informar y escribir “de forma más eficiente que los humanos” y sostuvo que las herramientas de este tipo “harán que la economía sea más productiva, pero también perjudicarán probablemente a algunos trabajadores cuyas habilidades se han devaluado”.
"Pero esta vez, ¿de qué magnitud serán estos efectos? ¿Y con qué rapidez se producirán?", se cuestionó Krugman. “En cuanto a lo segundo, la historia sugiere que los grandes efectos económicos de la IA tardarán más en materializarse de lo que mucha gente parece esperar actualmente”, comentó.
Para ejemplificar su postura, mencionó el caso del aumento de potencia informática durante la mitad del siglo XX y su efecto retardado en la productividad laboral.
“Sin entrar mucho en detalles, no parece que tenga mucho sentido por un lado predecir una aceleración radical del crecimiento económico gracias a la IA (lo que llevaría a un gran aumento de los ingresos fiscales) y al mismo tiempo sugerir como posible una crisis fiscal que obligará a recortes drásticos en Sanidad y Seguridad Social”, concluyó.