El 20% de los empleos de América latina será automatizado en el corto plazo, de la mano de la transformación digital de las empresas, de acuerdo a proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La capacitación de los trabajadores, uno de los aspectos en los que Argentina viene por detrás de otros países de la región, fue presentada como la acción necesaria para mitigar el impacto negativo de la automatización, financiado tanto por el sector público como por el privado.
Así lo señalaron especialistas que participaron en diferentes paneles de las Jornadas de la Asociación de Televisión por Cable (ATVC) durante la última semana. Al respecto, el titular del Ente Nacional de las Comunicaciones, Claudio Ambrosini, señaló que la "internet de las cosas" que refiere a la automatización de procesos productivos "es algo que nos preocupa, tenemos que estar sobre ese tema y estamos trabajando".
"Más del 20% de los puestos de trabajo se pueden automatizar y esto junto a una alta informalidad en América Latina, nos lleva a pensar qué estrategia productiva necesitamos para crear empleos de futuro", afirmó el responsable de la unidad de América Latina y el Caribe de la OCDE, Sebastián Nieto Parra. Luego, enfatizó en la importancia de lograr que los trabajadores tengan nuevas competencias, además del acceso a los dispositivos y a la conectividad.
Una muestra del impacto de las nuevas tecnologías en el empleo, lo dio el gerente general de Warner Media, Felipe de Stefani, quien señaló que "ya no necesitamos programadores de contenidos porque los sistemas son los que están programando y eso es un gran cambio a lo que vivíamos hace 10 u 11 años".
En ese sentido, indicó que el cambio en la industria gestado por la tecnología tiene un "impacto directo" sobre el "escenario cambiante laboral", al punto que "cualquier persona que está trabajando en una compañía y no está dispuesta a aprender, tiene los días contados".
"El cambio se ha acelerado tanto que los dos asuntos más importantes para una persona que trabaja es poder adaptarse a los cambios" porque: "o sos un generador de disrupción o sos una víctima de la disrupción".
La segunda cuestión que según Stefani deben tener en cuenta quienes trabajan es "la capacidad de resilencia, de sobreponerse a la adversidad, porque indicó que el cambio es tan grande que esta cualidad se ha convertido en un asunto importante en el mercado laboral".
El experto de la Unidad de Innovación y Nuevas Tecnologías de la Cepal, Alejandro Patiño, expuso que por efecto de la pandemia podrían cerrar 2,7 millones de empresas y aumentar en 18 millones los desempleados, tal como reveló el último informe de la institución.
También señaló que por la pandemia "hubo una aceleración de la adopción digital del aparato productivo", incluyendo el teletrabajo, pero insistió en que en el mediano plazo "la población en su conjunto requiere tener las habilidades digitales necesarias para incorporarse a la nueva economía y esto necesita la coordinación de políticas en todo el ciclo educativo".
También la titular de la Asociación Interamericana de empresas de Telecomunicaciones (Asiet), Marylena Mendez, sostuvo en su presentación que "el Estado debe promover las inversiones para la formación de las capacidades en el capital humano presente y futuro".
El Director de Estrategia de Negocios del Instituto para Teleinformación Columbia, Raúl Katz, explicó que Argentina, que tiene mejor despliegue de infraestructura que Brasil y México, está retrasada respecto de ambos países en términos de digitalización de los procesos productivos, y puso el énfasis en la situación de los trabajadores y la fuerza del trabajo. "De los más de 12 millones de trabajadores que hay en Argentina, el 21%, unos 2,5 millones, debió seguir concurriendo al lugar de trabajo porque son esenciales", indicó el ejecutivo.
Precisó que "en momentos de mayor confinamiento", el 79% de los trabajadores (9,5 millones de personas) no pudo concurrir a sus lugares de trabajo, y de ellos, el 26,4% pudo realizar tareas vía teletrabajo, mientras que el resto, unos 7 millones, no pudo continuar su trabajo "porque el proceso productivo de la empresa no está suficientemente digitalizado".
Con información de Télam.