Eran cerca de las 22:30 de la noche. En el Senado recién se había cerrado la votación por la 'Ley Pandemia', que delega facultades al Presidente y automatiza las restricciones en todo el país en base a criterios sanitarios. "Se cerró la votación", dijo Cristina Kirchner. Hasta allí, todo normal. Pero segundos más tarde rompería el silencio con los micrófonos abiertos todavía. "¿A qué hora cierra Rapanui"?.
Seguramente, la vicepresidenta ignoraba que los micrófonos seguían aún prendidos. La transmisión no sólo captó ese momento en particular. De hecho, luego de la repregunta de uno de sus colaboradores, se volvió a escuchar la voz de Cristina Kirchner: "Lo tengo a unos veinte metros de casa". Y sí. Desde el departamento de la ex presidenta, en Juncal y Uruguay (Recoleta), hay un local a metros nada más.
Rapanui: la reconversión de la empresa familiar que supo dominar al 'chocolatismo' premium
La famosa cadena Rapanui tiene dos locales en Recoleta. Uno ubicado en Arenales 2302 y otro en Uruguay 1284. Y, según parece, Cristina Kirchner es una clienta habitual. Sólo que ahora lo hizo público.
Por supuesto, Twitter no tardó en explotar. Rapanui se convirtió en tendencia en las redes sociales. Y tiene mucho sentido. No todos los días el vicepresidente de una Nación sale hablando de su helado favorito por la televisión. Menos luego de una sesión en el Congreso.
Y la repercusión siguió al otro día. Hoy la gente siguió hablando sobre lo que pasó ayer cuando terminaba el día. Como era de esperar, el celular de Diego Fenoglio, fundador de Rapanui, explotaba hoy a la mañana. "Me enteré hoy temprano cuando me levanté. Me entraron a caer millones de WhatsApp al teléfono", dice el empresario.
"Yo decía 'qué raro, qué está pasando'. Cuando vi fue tremendo. Todos mis amigos que se levantan escribiéndome, fue una catarata de mensajes que me entraron", completa Fenoglio, que tuvo un arranque de día un poco diferente a los demás.
Tradicionalmente, el horario de cierre de los locales de Rapanui es a las 1 de la mañana. Sin embargo, por la pandemia, el local de Recoleta cerca de la casa de Cristina Kirchner cierra antes de tiempo, a las 23 horas exactamente. Si tuvo suerte y fue rápida, seguramente la vicepresidenta fue capaz de saborear el helado que tanto quería.
En el caso particular de Rapanui, la pandemia no los afectó como sí lo hizo a otras empresas del rubro gastronómicos. Fenoglio precisó que, desde el 20 de marzo del 2020, cuando comenzó la pandemia en Argentina, el nivel de ventas fue bueno.
"Creo que con todo este tema de la angustia que generó la pandemia muchas personas se alivian consumiendo helados y chocolate", agregó. Sinceramente, "las ventas se cayeron muy poco comparándolo con otra gente de gastronomía que realmente la están pasando mal", completó.