Fabiana Hasbani comenzó a correr en los años '90 cuando, según recuerda, para una mujer correr era todo un desafío. Era un deporte sobre todo masculino y eran pocas las chicas que corrían, recuerda sobre aquella época y rememora cuando compraba ropa de tenis para ejercitarse porque no había indumentaria específica de running. De hecho, ni siquiera existía esa palabra. Le decían footing o jogging, agrega quien hoy tiene 57 años.
Sin embargo, el contexto nunca frenó a Hasbani, quien poco a poco desarrolló el gusto por correr. Abogada especialista en cobranzas y madre de cuatro hijas, siempre encontró tiempo para el deporte que, en sus palabras, se volvió adictivo. Hay un bienestar que se siente y que uno quiere repetir. En mi caso como que me fui para el otro lado, perdí la brújula y empecé a correr desaforadamente y descontroladamente por todo el mundo. Iba a cuanta carrera había y llegué a viajar a Estados Unidos para participar en carreras de casi 20 horas en medio de la montaña, asegura. Y suma a su relato: Salíamos a las 12 de la noche y llegábamos a las 10 de la noche del otro día.
La vida de Hasbani se mantuvo en ese ritmo durante varios años hasta que finalmente comprendió que necesitaba frenar y cambiar de enfoque. Fue en ese momento que decidió enfocarse en las mujeres comunes, aquellas que trabajan ocho horas en una computadora, tienen hijos y cuentan con poco tiempo para entrenar. Eso me llevó fundar en 2018 Empower Run Girls con el objetivo de ayudar a las mujeres que querían abandonar la vida sedentaria y que al mismo tiempo me ayudaran a mi porque la meta siempre fue y es que nos potenciemos entre todas y en equipo, destaca Hasbani.
Qué es Empower Run Girls
Empower Run Girls comenzó en 2018 con Hasbani yendo a Palermo con su auto lleno de remeras, agua y hasta barritas de cereal. Llevaba de todo para que ninguna me dijera que no podía empezar porque le faltaba algo. Casi que lo hacía gratis te diría porque para mí lo más emocionante, mi móvil digamos, no era el dinero sino ver la satisfacción que tenían cuando se daban cuenta que podían correr y los mensajes de agradecimiento que me mandaba para mí era algo hermoso, cuenta Hasbani a Forbes Argentina.
En esa primera etapa del proyecto, podía llegar a estar más de diez horas con grupos que asistían a distintos horarios. Solté todo lo relacionado a mi trabajo y puse toda mi energía ahí. Llegaba a las 8 de la mañana y me iba a las 20. Mi marido se reía porque gastaba más en nafta, estacionamiento y comida que lo que ganaba con las clases. Pero nunca me importó, explica.
Con el tiempo se fueron sumando más y más mujeres hasta superar las 200 en la actualidad. Y no solo entrenamos sino que también vamos a las competencias. En 2019, antes de la pandemia, fuimos a una de las más importantes del país que se llama Carrera Maya, que se hace los 25 de Mayo para festejar la fecha patria. Fuimos 150 mujeres y fue una experiencia increíble para todas, recuerda Hasbani.
Una plataforma para expandir el proyecto
La pasión de Hasbani por el proyecto la llevó a seguir buscando maneras de expandir su llegada y permitir que más mujeres se sumen. Por ese motivo, este miércoles 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, lanza oficialmente la plataforma de Empower Run Girls junto a sus socios Simón Brochard y Yamila Moroni.
Uno de los objetivos es estar juntas a la distancia. Porque la idea es que se puedan formar grupos de mujeres argentinas viviendo en otros países para que salgan a correr y se motiven entre ellas, comenta sobre la plataforma que además contará con cuatro profesores especializados en running.
Todas van a tener un plan de entrenamiento personalizado y customizado con el seguimiento de un profe. Pero además, está el costado de la comunidad y van a tener un grupo de mujeres con el que van a chatear día a día por Whatsapp. También vamos a armar encuentros, vamos a viajar hasta los lugares donde se forman los grupos para hacer eventos en personas y varias cosas más, adelanta Hasbani sobre el futuro del proyecto.
Si bien inscribirse en Empower Run Girls tiene un costo, su fundadora destaca que el objetivo siempre es que sea accesible para todas. Yo la verdad no gano plata con esto. Cobramos por las clases para pagarle a los profesores y además es una forma de generar compromiso. Al principio me pasaba mucho que yo no cobraba y no venían. A veces se anotaban 10 y venía una sola y otras directamente no había nadie, señala. Y agrega para concluir: Esta es la pasión de mi vida y lo doy todo. Y casi todo lo que entra lo uso para pagarle al equipo que trabaja conmigo porque quiero que todo siempre sea cada vez mejor.