Cultivo local: una radiografía de la industria cannábica en la Argentina
Según expertos del sector, el país podría podría generar exportaciones de cannabis por US$ 1.000 millones en los próximos 10 años y 10.000 empleos en los próximos 3 años. Cuáles son los sectores a desarrollar y por qué la Argentina podría liderar la región.

En mayo de este año, quienes trabajan con el cannabis en Argentina consiguieron un hito para impulsar la industria. El Congreso de la Nación sancionó la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial, la cual brinda un marco legal para cultivar, producir y comercializar productos relacionados a la planta. 

Según datos oficiales expuestos en la legislación, esta industria tiene el potencial para crear 10.000 puestos de trabajo en los próximos 10 años, US$ 500 millones en ventas al mercado interno y US$ 50 millones de exportación. Sin embargo, son varios los empresarios del sector que consideran a estos números como “conservadores”. 

 

Sebastián Tedesco y Pablo Fazio, de Pampa Hemp

 

“Proyectamos que Argentina podría generar exportaciones de cannabis por US$ 1.000 millones en los próximos 10 años y 10.000 empleos en los próximos 3 años”, asegura a Forbes Argentina Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (ArgenCann), director de Planificación Estratégica de Pampa Hemp y uno de los emprendedores que impulsan la industria en el país. 

 

Industria del cannabis en la Argentina: habilitan la comercialización de semillas

 

“Para lograr esto, es necesario que el Estado acompañe con regulaciones no restrictivas y avance en una agenda de fomento y promoción para una industria de calidad, apostando a la creatividad, la innovación y la generación de valor agregado”, explica Fazio. Y agrega: “Esto es englobando todos los usos: cannabinoides en alimentos, bebidas, suplementos dietarios, cosméticos y productos veterinarios que puedan comercializarse en nuestro país y de aquí al mundo”. 


 

LOS TRES SECTORES DEL CANNABIS 


Se suele hablar del cannabis como una industria general. Sin embargo, existen tres grandes áreas que tienen a la planta como base pero que son distintas entre sí: la medicinal, la industrial y la recreativa. En la Argentina, las dos primeras se abordan en el marco regulatorio de la Ley, mientras que la tercera aún sigue siendo penalizada

 

 

La parte medicinal de la industria del cannabis en el país es la más avanzada. Actualmente se encuentran en el mercado local desde aceites hasta cremas y cosméticos producidos por laboratorios internacionales y nacionales. “El proyecto de cannabidiol farmacéutico lo tiene la empresa hace muchos años, cuatro o cinco, aproximadamente”, comenta Matías Deprati, director de Asuntos Médicos de Laboratorio Elea. “A toda la investigación que se realizó se sumó acompañar un cambio en normativa y leyes. No hay que olvidar que hasta hace poco el cannabis era un estupefaciente”. 

A fines de 2021, la compañía lanzó al mercado Kanbis, un antiepiléptico indicado en el marco del tratamiento de las crisis asociadas con el síndrome de Lennox-Gastaut (SLG) o el síndrome de Dravet (SD) a partir de los dos años. Antes de la producción local, la única forma de conseguir un medicamento de estas características era importándolo. Actualmente, laboratorios como Elea o Alef ofrecen productos nacionales a precios más bajos. Acceder a Kanbis hoy en día cuesta $ 12.253, un valor hasta diez veces inferior a otras opciones. 

En paralelo a las compañías privadas, también hay empresas estatales que producen aceite de cannabis medicinal. El caso más resonante es el de Cannava en Jujuy, que cuenta con el apoyo del gobernador Gerardo Morales. En total, cultiva 35 hectáreas y posee varias “plantineras” con capacidad de producción de 230.000 plantines (equivalentes a 70 hectáreas) para abastecer la materia prima del aceite que producen. 

 

Kanbis, el aceite de cannabis de ELEA

 

Según el informe Cannabis y Argentina, realizado por la ArgenCann, los usuarios potenciales de cannabis medicinal en el país ascienden a 5.274.654. Además, en Sudamérica, región a la cual Argentina podría proveer, hay más de 11 millones de usuarios potenciales

“Creemos que el cannabis farmacéutico estaba subaprovechado en la Argentina”, dice Eduardo Spitzer, director científico de Laboratorio Elea. Estudios internacionales estiman que la industria del cannabis medicinal a nivel global generará US$ 53.000 millones para el 2030. Y los países que lideren la producción y distribución obtendrán una gran parte de esa cifra. 


 

POTENCIAL INDUSTRIAL 


En la Argentina, el sector industrial del cannabis no tiene el mismo desarrollo que el medicinal, lo que resulta paradójico ya que fue el primero en arribar al país. A fines del siglo XVIII, Juan Manuel Belgrano introdujo el cáñamo con el objetivo de generar una industria productiva local

“Los tejidos de cáñamo serían una fuente de riquezas para la nación”, aseguraba Belgrano en un escrito de 1797. Y afirmaba con relación a la creación de puestos de trabajo: “Con el cáñamo habría un objeto más a que se aplicasen las gentes. Porque sabemos que el cáñamo antes de poder servir para ponerlo en el telar tiene que pasar por una porción de operaciones”. 

 

 

Doscientos años más tarde, la industria del cáñamo se impone como una solución sustentable y rentable a nivel global. Con un porcentaje casi nulo de moléculas psicoactivas pero con fibras que pueden ser utilizadas para producir ropa, ladrillos, autopartes y hasta combustibles, se estima que podría generar US$ 18.000 millones para 2027 a escala internacional

“El potencial de esta industria en Argentina es amplio. Sobre todo por la capacidad de superficie de tierra que tiene el país para producir cáñamo”, dice el ingeniero ambiental Gustavo Álvarez. Luego de trabajar durante décadas con el cáñamo en el exterior, decidió volver con su familia para instalarse en Traslasierra, Córdoba. Actualmente desarrolla un cultivo de cáñamo con el que busca proveer en el futuro cercano a las industrias que utilicen la fibra de la planta. 

“Con la gran capacidad industrial que tiene el país, las posibilidades de generar fuentes de trabajo a partir del cáñamo son infinitas -destaca Álvarez-. “El cáñamo es un gran generador de mano de obra porque necesitás entre 10 y 15 personas por hectárea para cultivarlo”, finaliza el experto. 

 

Las semillas de cáñamo son una gran fuente de proteína vegetal

 

Otro sector pujante dentro de esta área es la producción de alimentos y bebidas con CBD, una molécula del cannabis con menos psicoactividad que se utiliza, mayormente, de forma medicinal. “Con el cannabis se pueden generar muchos productos, también en la industria alimenticia. A partir de los terpenos (los compuestos que dan aroma y sabor) se empezaron a producir bebidas como vodka, gin y más de 25 marcas de cervezas cannábicas a la venta -cuenta Pablo Cunto, experto en la elaboración de cervezas-. Como traigo terpenos de España, me consultaron marcas para desarrollar alfajores cannábicos, bodegas de vino, heladerías”. 


 

A NIVEL RECREATIVO 


La Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) estima que el 7,8% de la población argentina usa cannabis. Sin embargo, los datos oficiales no revelan información extra al respecto. Por ese motivo, la ONG CECCa, la Revista THC y profesionales de la Universidad Nacional de Quilmes realizaron la primera Encuesta Nacional de personas que usan cannabis. 

Según los resultados, el 82% de las personas que usan cannabis en Argentina lo hacen con fines recreacionales. Esto establece una problemática ya que la actividad aún se encuentra penada en el país. Aunque también genera una industria legal basada en los grows, establecimientos que no venden cannabis pero sí todos los elementos para cultivarlo y otros objetos de la industria conocidos como parafernalia. 

Desde la Cámara Empresarial de Grows Argentinos (CamEG), creada recientemente, afirman que existen más de 1.700 de estos locales en el país. Su mayor crecimiento ocurrió durante la pandemia, cuando llegaron a registrar un 50% de aumento en sus ventas. Pero, en los últimos meses, el mercado se saturó por la cantidad de grows existentes y muchos de ellos cerraron. 

Esto demostró que la industria aún es joven en el país y debe madurar. El objetivo de los empresarios es agruparse para que esto suceda y, respaldados por un marco regulatorio que también debe evolucionar, lograr el objetivo colectivo: convertir a la Argentina en un país líder en la exportación de cannabis.