No es ninguna novedad que en 2020 se aceleró la digitalización de las finanzas. Muchas personas que nunca habían utilizado estas plataformas de pago se volcaron allí debido a la cuarentena u optaron por los códigos QR para evitar el uso de efectivo. Pero ¿qué panorama quedó una vez pasado el vendaval? Según los especialistas, surgió una comunidad de usuarios más informados, aunque el ecosistema local se enfrenta ante la necesidad de formar talento para no sufrir la escasez.
“La gente se vio forzada a aprender cosas nuevas. Una vez que lo probás resulta práctico, y las plataformas te suman incentivos como puntos y gamificación”, apunta Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina Fintech. De acuerdo con el último relevamiento de la entidad, la industria argentina cerró el año con 268 jugadores, 45 más que en el informe difundido a comienzos de 2020. La conformación del sector se modificó con el vertical de pagos digitales al frente (24%) sacándoles liderazgo a los créditos (22%).
Para Ramiro Marra, titular de Bull Market Brokers, el diferencial del último año se dio porque “la gente accedió a un mayor conocimiento”. “Las personas no solamente aprendieron a cocinar mirando videos en YouTube, sino que también aprendieron sobre inversiones porque buscaban cómo operar, más que nada por necesidad”, agrega. Su firma creció un 102% en 2020, y en los próximos meses planea lanzar su propia tarjeta, Bull Pay.
Los usuarios fueron incorporando las herramientas fintech a su cotidianeidad. Según un informe de la billetera Moni, el uso de pagos digitales para abonar servicios creció más de 23 puntos y se ubicó en un 59,3%. Asimismo, en el pago con código QR se duplicó la cantidad de personas que lo utilizan regularmente -de 8,1% a 16,1%-, mientras que aquellos que nunca lo habían utilizado pasaron del 70,1% del total a un 56,2%.
Una medida que podría modificar estos números en los próximos meses tiene que ver con las transferencias 3.0 aprobadas por el Banco Central en octubre e implementadas en diciembre pasado. Esto permite la interoperabilidad, inmediatez de acreditación, gratuidad para usuarios y menos costos para comercios. “Debería ser un catalizador más grande. Les sirve más a los comerciantes y va hacia la interconexión de las billeteras como un complemento que acelera la adopción”, indica Plaza.
No obstante, el directivo señala que la aceleración de las fintech argentinas encuentra en los recursos humanos un potencial inconveniente a futuro. “Siempre hay demanda de gente, y el talento escasea. La formación será una clave para que este negocio sea sustentable a futuro”, plantea. Hoy, según números de la Cámara, existen unas 10 millones de billeteras digitales, 2 millones de personas alcanzadas por créditos, y alrededor de 3,6 millones de cuentas remuneradas.
“El negocio se empezó a consolidar, y lo que antes era una startup hoy es un negocio. El concepto startup en el mundo fintech ya no tiene margen. Si la gente no te lo compra enseguida, ya no existís”, dice Marra. A esto responden los variados lanzamientos dentro del rubro que se dieron por parte de jugadores tradicionales. Entre ellos están ank, de Itaú; Iudú, de Grupo Supervielle; Banco del Sol, de Grupo Sancor Seguros; y, por supuesto, la aparición de Modo, la apuesta más fuerte de bancos públicos y privados.
Al mismo tiempo se dieron otros movimientos importantes en el sector. Dentro del mundo cripto, uno de los jugadores de peso es Ripio, que adquirió a su competidora brasileña Bitcoin Trade y esto llevó su base a más de un millón y medio de usuarios. De esta manera se posiciona como uno de los potenciales futuros unicornios. “El 2020 marcó el ingreso definitivo de actores institucionales en el mercado cripto, y es de esperar que esta tendencia continúe este año”, resume Sebastián Serrano, CEO de la plataforma en la que se pueden comprar y almacenar activos digitales.
El ejecutivo destaca el yield farming como uno de los posibles highlights del sector en 2021. “Consiste en prestar o apostar criptoactivos en plataformas que funcionan sobre contratos inteligentes y aplicar diferentes estrategias para generar altos rendimientos, acompañados, por supuesto, de altos niveles de riesgo. Es uno de los mayores impulsores del ecosistema de finanzas descentralizadas”, explica Serrano.
Por otro lado, se dio la expansión internacional de otros players como Moni y Ualá en Colombia y México, respectivamente. También hubo lugar para la inversión, y quizá la más destacada sea la de Lemon Cash, que recibió US$ 1 millón en diciembre en una ronda liderada por Draper University Ventures, del inversor Tim Draper. Si bien los referentes del sector aseguran que la consolidación de las compañías ya establecidas no le dio tanto lugar a la aparición de nuevos emprendimientos, hubo algunos casos de proyectos que, aunque se idearon antes, salieron a competir en un año tan complejo como el 2020. Desde crowdfunding hasta B2B y nuevas billeteras, estas son sus historias y modelos de negocios.
DEFIANT
Los caminos de Bruno Calmels y Sergio Bravo se cruzaron más de una vez y en diversos ámbitos. Se conocen desde su infancia en la Patagonia, luego ambos se interesaron por estudiar Ingeniería en Telecomunicaciones y emprendieron juntos en una desarrolladora de software. Más allá de eso, había un tópico en particular que los unía: el entusiasmo por las criptomonedas.
“Teníamos un pequeño bróker muy casero para algunos conocidos y amigos. Pero Sergio me dijo que veía una oportunidad grande porque había mucho volumen de mercado en grupos peer to peer”, recuerda Calmels. En 2019 le dieron forma a Andina DeFi, desde la que empezaron a trabajar en Defiant, una billetera non-custodial enlazada a un marketplace P2P enfocada en stablecoins. El proyecto, cuyo nombre juega justamente con el concepto de finanzas descentralizadas (abreviado DeFi, en inglés), estuvo completamente operativo en julio de 2020.
La idea era solamente generar un espacio de movimiento de criptomonedas, pero finalmente se volcaron también por la wallet tras una reunión con un socio estratégico. “Nos juntamos con RSK (N.d.R: plataforma de smart contracts) y al poco tiempo ya estábamos dentro de su ecosistema, que es una blockchain respaldada por Bitcoin. En cierta manera nos volvimos su billetera por defecto, aunque también permitimos Ethereum, DAI y otras más”, afirma Calmels, quien se desempeña como CTO. En tanto, comparte la dirección ejecutiva con Bravo (CFO) y Celina Nieman (CBDO).
Con ocho meses en el mercado, Defiant tiene más de 3.000 usuarios y este año esperan llegar a los 100.000. “El objetivo es llegar al millón a fines de 2022”, resume el emprendedor. Para generar ingresos se apoyan en un esquema de share revenue con sus partners por cada operación de on-ramp y off-ramp de cripto, mientras que en el roadmap planean incluir un fee por las transacciones en el marketplace. Ahora se encuentran en la búsqueda de inversores para levantar US$ 150.000 como pre-seed en vistas a una ronda de capital semilla para septiembre.
CAFECITO
Para algunos emprendimientos millonarios, el crowdfunding se convirtió en la vía para conseguir los fondos para poner en marcha sus planes cuando el método tradicional de seducción de inversores no funcionaba. Sin embargo, el ecosistema de creadores de contenidos no contaba con una plataforma local similar. Cafecito nació, justamente, para otorgar una opción en pesos a las que ya existían en dólares, como Patreon o Buy Me a Coffee.
EN 2020, LOS USUARIOS REGULARES QUE REALIZARON PAGOS CON CÓDIGO QR SE DUPLICARON, PASANDO DEL 8,1% AL 16,1%.
“La idea surgió en 2020 charlando con un amigo sobre poder vivir de crear contenido sin tener que estar hablándoles a marcas y haciendo canjes. Que la misma comunidad te apoye”, cuenta el programador Damián Catanzaro, fundador de la startup. Tuiteó sobre el tema para medir el entusiasmo que podía generar una idea así; en unas semanas ya había lanzado una versión básica y para fines de mayo tenía la plataforma tal como se la conoce hoy.
Ilustradores, youtubers, periodistas e incluso locales gastronómicos crearon sus perfiles para recibir 'cafecitos', como se denomina a los aportes. Empezó con usuarios con algunas decenas de followers y el despegue se dio cuando se sumaron influencers, que trajeron consigo a sus seguidores.
El emprendedor asegura que, si bien nació orientada a creadores de contenidos, la plataforma está abierta a cualquier tipo de empresa que quiera juntar fondos para un proyecto en particular. A enero de 2021 cuenta con 50.000 usuarios y 80.000 transacciones realizadas (entre 500 y 1000 por día), con un crecimiento constante de hasta el 10% mensual.
El modelo de negocios se basa en una comisión del 5% que se lleva Cafecito por cada aporte. Desde su lanzamiento ya movió $ 15 millones. “Es totalmente rentable”, afirma Catanzaro. Analiza otras vías de ingresos, como las suscripciones mensuales para una versión premium, aunque no tiene pensado lanzarla en el corto plazo.
“Lo que estoy pensando ahora es que Cafecito pase a ser más una red social; que los perfiles puedan subir contenido a su galería y que el resto pueda seguir perfiles, comentarles el muro y ver sus posteos”, detalla.
PAMPA
La experiencia de Aurelio Oslé no estaba tan ligada al mundo de las finanzas sino que se encontraba arraigada al comercio. Su familia fundó una distribuidora mayorista de cigarrillos y golosinas hace más de 60 años, y él siempre se movió dentro de ese ecosistema. En el negocio de los kioscos, el efectivo, aún en épocas de digitalización acelerada, continúa teniendo mucho protagonismo.
“En 2017 los bancos empezaron a cobrar un adicional por depósito en efectivo del 1%, y en nuestra industria, que tiene un margen del 3,9%, eso era muy alto. Entonces me puse a pensar cómo resolverlo”, cuenta. Se asoció con Walter Güelmos, fundador de la software factory Bp4, con quien había realizado un curso de Dirección Pyme en el IAE, y juntos crearon Pampa. Se trata de una plataforma B2B que les permite a los comercios minoristas digitalizar su efectivo, realizar carga de tarjeta SUBE, aceptar pagos con débito, cobrar servicios e incluso pagarles a proveedores.
Según Oslé, el objetivo es que “el efectivo recircule de una manera más eficiente”. Tras el lanzamiento oficial a comienzos de 2020, hoy Pampa cuenta con 12 comercios adheridos y proyecta llegar a los 2.000 para este año.
Vimos que cada vez que hay una extracción de dinero en un punto de venta luego hay un 30% de repetición, y eso, además, mejoró el tráfico al comercio”, apunta el CEO. Asimismo, encontraron una nueva vía de ingreso en asociación con el Banco Columbia. “Teníamos gente que recibía mucho efectivo y encontramos un banco que lo necesitaba, así que pasamos a abastecer a sucursales”, detalla. La entidad lideró la primera ronda de inversión de Pampa con un aporte de US$ 300.000 y se quedó con el 10% de participación.
Uno de los planes para este 2021 es abrirse de los kioscos y empezar a abarcar otro tipo de comercio. “Queremos que la plataforma crezca en funcionalidades y adaptarnos más a un multirrubro, como una casa de ropa, una zapatería o una despensa”, indica.
Su mentalidad de comerciante, destaca Oslé, a su vez incide en su visión respecto de la rentabilidad. “Entendemos que el producto manda, pero si no somos rentables nadie va a querer invertir. La idea es lograr el punto de equilibrio este año”. Hoy Pampa tiene una facturación mensual de $ 2 millones y espera llegar a fin de año con $ 30 millones por mes.
BANZA
Durante una década, el holding de servicios financieros Adcap, hoy dirigido por el ex Patagon Daniel Canel, se dedicó a atender clientes con un perfil más corporate y enfocado en la banca privada. En 2019 decidieron explorar el segmento retail, pero se dieron cuenta de que la mejor estrategia era crear una fintech totalmente escindida, aunque con su aporte de experiencia. Para esto convocaron a Pablo Juanes Roig, ex Consultatio Plus, y así surgió Banza, que inició sus operaciones a comienzos del año pasado con una erogación de $ 25 millones.
“Somos un ecosistema fintech, pero nuestro ADN u objetivo es profundizar y llevar a distintos tipos de clientes los verticales de ahorro e inversión”, destaca Juanes Roig, CEO de la firma.
El primer producto que lanzaron fue una app para que individuos pudieran abrir una cuenta en el mercado de capitales y operar con diversos instrumentos. Los ingresos de la compañía se centran en las comisiones por operatoria de acciones, bonos y demás; sin embargo, recientemente decidieron bonificar las operaciones con CEDEAR. Juanes Roig explica: “Lo hicimos porque es un instrumento interesante y queremos que los inversores minoristas se animen”.
Además de la plataforma B2C, Banza también cuenta con una API bróker para que otras financieras que no tengan el músculo monetario o de equipo para desarrollar el negocio de inversiones puedan acceder a productos y servicios del rubro. En un año de operación, la compañía ya captó más de 40.000 clientes y esperan cerrar 2021 por encima de los 150.000 usuarios y con una facturación de $ 35 millones.
Para este año, la apuesta de la firma está en dos nuevos productos. Dentro de poco lanzarán el MVP de una pata B2B2C con una plataforma que les permitirá a asesores financieros independientes administrar inversiones y vender productos. “Será nuestro caballito de batalla”, enfatiza Juanes Roig. Por otro lado, se encuentran trabajando en un proyecto apuntado a las pymes con soluciones de financiamiento y wealth management para la recuperación post COVID-19.
Desde Adcap ya registraron la marca en Colombia, Perú, Chile y México, aunque el foco, por el momento, seguirá en la Argentina, donde ya trabajan 34 personas.
TAP
El mercado de las billeteras digitales es uno de los más robustos del ecosistema local, con jugadores de peso y otros que vienen haciendo ruido y creciendo de manera sostenida. Por eso, desde Tap aseguran que buscarán hacerse un lugar con comisiones más bajas que la competencia. “El plan para 2021 es estar en el top 5 de las billeteras”, resume Mateo Bovio, cofundador de la compañía. En 2017, el emprendedor volvió de Italia, donde planeaba instalarse, para continuar con un proyecto que había comenzado poco antes. Se trataba de Fidus, una plataforma de fidelización de clientes para comercios. Sin embargo, dos años después se encontró con el interés de Pampa Energía en desarrollar una wallet y trabajó para embeber ambas herramientas. Así fue como Tap vio la luz en febrero de 2020.
“Hicimos un MVP en diciembre de 2019 y después sacamos todas las tablets de Fidus y las reemplazamos por las de Tap”, cuenta Bovio. Pampa Energía y Grupo ST, holding fundado por Pablo Peralta y Roberto Domínguez, son los principales accionistas de la fintech en la que invirtieron alrededor de $ 400 millones. “Antes de la pandemia éramos tres y hoy somos más de 50”, resalta Tomás Mindlin, CEO de Tap.
Como sus competidoras, Tap permite pagar servicios, realizar transferencias sin costo, pagos con código QR en puntos de venta adheridos y la posibilidad de generar un CVU. Pero su diferencial, apuntan, tiene que ver con los fee por venta para los comerciantes, que son del 0,6% en débito o con saldo en la billetera y del 3,49% en crédito.
Sus códigos QR están en 250 comercios y esperan terminar el año con más de 100.000. El territorio porteño y el Gran Buenos Aires son los principales objetivos, aunque también plantaron bandera en Misiones y San Luis. Desde su lanzamiento ya abrieron 30.000 cuentas y proyectan alcanzar las 250.000 a fines de 2021 y facturar unos $ 200 millones.
“Para este año también queremos sacar préstamos y una tarjeta”, apuntan los fundadores de la compañía. Esperan procesar cerca de $ 1.000 millones por mes.