La incorporación de tecnologías emergentes ha transformado los servicios financieros tradicionales. Hoy en día, realizar pagos y transferencias es tan sencillo como un clic en un teléfono móvil, una comodidad que trasciende las fronteras del comercio electrónico y llega al día a día de millones de personas. Además, los créditos para consumo y capital de trabajo pueden ser gestionados desde aplicaciones móviles, mientras que las inversiones y productos de ahorro están al alcance de todos con tan solo unos clics.
El "Open Banking", una tendencia clave en este cambio, ha permitido que los bancos tradicionales abran sus sistemas a terceros mediante el uso de APIs. Este avance fomentó la aparición de nuevos servicios financieros personalizados e impulsó a los bancos a ampliar y mejorar sus canales digitales. Al mismo tiempo, hemos visto el surgimiento de bancos 100% digitales y billeteras electrónicas, lo que permitió la inclusión financiera de sectores previamente desatendidos, especialmente aquellos que ahora pueden acceder a servicios financieros con un teléfono celular.
Otro pilar de la transformación financiera es la tecnología blockchain, que dio lugar a las finanzas descentralizadas (DeFi). Esta innovación ofrece la posibilidad de ahorrar e invertir en criptomonedas y criptoactivos, desafiando los modelos tradicionales de bancos y operadores financieros. Con herramientas como contratos inteligentes, plataformas como Ethereum y la proliferación de tokens no fungibles (NFTs), el ecosistema DeFi está reconfigurando la forma en que se realizan las transacciones y se gestionan los activos.
En paralelo, las stablecoins y las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDCs) están generando nuevas oportunidades y desafíos en el manejo del dinero. Las stablecoins ofrecen estabilidad en mercados volátiles, mientras que las CBDCs representan un cambio significativo en cómo los bancos centrales interactúan con las economías digitales.
Impacto en el ecosistema fintech y emprendedor
La aceleración del ecosistema fintech ha sido notable, especialmente en regiones como Argentina y resto de América Latina. La combinación de inversión de capital de riesgo y el auge del emprendedurismo permitió la creación de miles de empleos y empresas innovadoras en el ámbito financiero. Empresas de tecnología financiera están abordando necesidades clave como pagos digitales, créditos instantáneos y seguros personalizados, generando un impacto positivo tanto en consumidores como en empresas.
Asimismo, los retails también entraron en esta revolución con el desarrollo de sus propias billeteras digitales y plataformas de pago, lo que demuestra la expansión de estas herramientas más allá del sector financiero.
Ganadores y perdedores de la transformación fintech
La evolución fintech genera una reconfiguración significativa del ecosistema económico, favoreciendo ciertos sectores mientras otros enfrentan desafíos. Entre los ganadores, sin dudas, se encuentran las startups fintech y los grandes actores tecnológicos (bigtech), que capitalizan su agilidad e innovación para ofrecer soluciones disruptivas. Asimismo, los consumidores, especialmente los desatendidos por el sistema financiero tradicional, se benefician al acceder a servicios más económicos, rápidos y personalizados: sectores como el comercio minorista y la logística también se ven favorecidos al integrar soluciones de pago digital que optimizan sus operaciones y mejoran la experiencia del cliente.
En el lado opuesto, los bancos tradicionales y otras instituciones financieras que no logren adaptarse rápidamente a esta transformación corren el riesgo de perder relevancia. Esto incluye organizaciones con infraestructuras tecnológicas obsoletas o con regulaciones internas o culturas que limitan su capacidad de innovar. Además, sectores económicos intensivos en efectivo, como pequeños comercios informales, podrían enfrentar desafíos si no cuentan con los recursos para digitalizarse. Finalmente, los gobiernos y reguladores se enfrentan a tensiones para equilibrar la innovación con la protección del consumidor y la estabilidad del sistema financiero.
La transformación fintech no solo es un cambio tecnológico, sino un proceso que redefine las reglas del juego, exigiendo adaptabilidad y visión estratégica para sobrevivir y prosperar.
Oportunidades para profesionales "fintech"
Debido a que la adopción de tecnologías como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial está permitiendo a las instituciones financieras mejorar la toma de decisiones basada en datos, personalizar la experiencia del cliente y optimizar operaciones clave, el conocimiento y habilidades relacionadas con el manejo y análisis de datos se han convertido en competencias indispensables para los profesionales del sector.
La formación superior está jugando un papel fundamental en esta transformación. Los planes de estudios de las "maestrías en Fintech" comienzan a atraer la atención tanto de perfiles de economistas, administradores de empresas y contadores como a ingenieros (especialmente industriales o informáticos), formándolos en aquello que abarca las finanzas y sistema financiero, sino que incluye conocimientos técnicos en blockchain, machine learning y análisis de datos hasta competencias de liderazgo, gestión y pensamiento estratégico, indispensables para dirigir negocios basados en tecnología aplicada a las finanzas.
El impacto de la tecnología en el sector financiero no muestra signos de desaceleración. Desde los pagos con códigos QR hasta las soluciones DeFi, el ecosistema está evolucionando hacia modelos más ágiles, inclusivos y personalizados. Bancos, fintechs y bigtechs seguirán desempeñando un papel crucial en esta transformación, colaborando y compitiendo para definir el futuro de las finanzas.
El camino hacia una nueva forma de operar está lleno de posibilidades, pero también requiere un enfoque estratégico para superar los desafíos y maximizar las oportunidades que esta revolución tecnológica trae consigo.
(*) Diego Pasjalidis es Director de posgrados y maestrías de ITBA, conferencista y autor especializado en innovación.