El mercado laboral está cambiando a un ritmo más rápido que nunca. La automatización está aumentando a un ritmo increíble, y muchos trabajos manuales y peligrosos para los humanos han sido reemplazados por maquinaria. De hecho, hace varios años, el Instituto para el Futuro proyectó que el 85% de los puestos de trabajo que estarán disponibles en 2030 aún no existían.
Si bien la tecnología conduce a una mayor eficiencia y eficacia, también altera gravemente el mercado laboral. Durante años, el mundo ha estado lidiando con la idea de que una mayor automatización podría destruir millones de empleos en el futuro, particularmente en el sector manufacturero. Muchos han utilizado estos puntos como gritos de guerra para discutir cómo salvar los trabajos manuales y retener a los empleados en sus países.
Si bien las conversaciones sobre la destrucción de empleos vinculada a la tecnología están bien fundadas, a menudo no tienen en cuenta muchos otros lados de la ecuación.
Como presidente y director ejecutivo de mi firma de capital de riesgo, Rogue Insight Capital, veo miles de nuevas empresas cada mes que están revolucionando industrias arraigadas y provocando cambios. Creo que esta interrupción puede ser positiva para la economía y el mercado laboral si se maneja de la manera correcta.
Por ejemplo, si bien la tecnología puede interrumpir y destruir muchos puestos de trabajo, también puede crear una gran cantidad de nuevas oportunidades que van desde nuevas oportunidades de empleo hasta industrias completamente nuevas. Además, la tecnología a menudo puede reemplazar a los humanos en trabajos que son increíblemente peligrosos y potencialmente dañinos de forma permanente. Entonces, ¿cómo manejamos esta interrupción?
¿Destrucción o transformación?
Todos hemos escuchado el argumento de que la automatización y la subcontratación conducen a la destrucción de millones de puestos de trabajo. Los gobiernos han ofrecido durante mucho tiempo incentivos para las empresas dispuestas a crear empleos localmente y han considerado penalizar a las empresas que subcontratan el producto del trabajo a países extranjeros.
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Sin embargo, el problema que enfrentan todas las corporaciones es que están compitiendo en un mundo global, no solo local. Cuando los competidores tienen su sede en países con salarios bajos y leyes laborales laxas (y a menudo peligrosas), puede ser increíblemente difícil para las empresas de los países desarrollados competir de manera sostenible.
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Necesitan generar ventajas ya sea en las líneas altas (a través de la innovación y una mejor diferenciación de productos) o en las líneas bajas (a través de la reducción de costos).
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Muchas corporaciones han optado por subcontratar trabajos intensivos en mano de obra a países con salarios más bajos, y muchas han optado por invertir en automatización y robótica que pueden reemplazar la mano de obra humana de manera económica y eficiente. Esta maquinaria puede operar las 24 horas del día con muy poca variabilidad en el producto del trabajo y puede realizar tareas peligrosas o repetitivas que podrían causar un daño significativo a los seres humanos.
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Si bien este tipo de automatización reemplaza el trabajo humano, muchos estudios han demostrado que la automatización en realidad conduce a un aumento neto de las oportunidades de empleo, no a una disminución.
El Foro Económico Mundial predijo que se crearán 12 millones de empleos más de los que se destruirán para 2025 debido a un "cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas". Un artículo de Harvard Business Review explica que a menudo nos enfocamos en la creación y destrucción de empleo. No obstante, normalmente no nos enfocamos en la transformación del trabajo. La transformación es el quid de esta cuestión.
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Innovación y reciclaje para nuevas oportunidades
A lo largo de la historia, hemos visto innovaciones tecnológicas que han transformado los mercados laborales. A menudo, esta transformación creó nuevas oportunidades laborales más seguras. Cuando Ford Motors creó la línea de montaje en 1913, el tiempo de producción de automóviles se redujo de 12 horas a 93 minutos.
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A pesar de la inquietud de que, como resultado, se destruirían muchos puestos de trabajo, Ford comenzó a contratar trabajadores por US$ 5 por día, que era más del doble del salario estándar para los trabajadores de la fábrica en ese momento. La línea de montaje creó muchas oportunidades laborales y, aunque estos trabajos eran difíciles y muy repetitivos, la innovación condujo a aumentos en la contratación y los salarios y revolucionó la fabricación global.
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En mi opinión, es muy probable que la automatización cree más empleos de los que destruye en el futuro. Pero, ¿aquellos que serán reemplazados por maquinaria tendrán las habilidades y la capacitación adecuadas para aprovechar estas nuevas perspectivas?
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Por ejemplo, es posible que un trabajador de una fábrica rural que pierde su trabajo no esté inmediatamente posicionado para aprovechar las nuevas oportunidades que se crean como resultado de la innovación. Necesitamos más inversión y recursos destinados a altos niveles de capacitación y desarrollo para que la transición sea posible.
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La regulación puede obligar a las empresas a retener un alto nivel de costosa mano de obra nacional, pero es probable que esta sea una solución miope que no posicionará a una industria o país para que sea sosteniblemente competitivo. Lo que creo que necesitamos son más incentivos para la innovación y la diferenciación de productos y más oportunidades de capacitación para que los empleados puedan hacer la transición más fácilmente a nuevos roles.
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Si creamos un sistema en el que las personas puedan dejar de realizar tareas serviles, repetitivas y peligrosas y, en cambio, puedan capacitarse para nuevos roles que podrían pagar salarios más altos en un entorno más seguro, podemos asegurarnos de que todos estén mejor como resultado.
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La automatización puede hacer que nuestras industrias sean más seguras, confiables y competitivas, pero debemos brindar las habilidades y los recursos adecuados a quienes se ven desplazados por esta automatización para progresar como sociedad.
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*Con información de Forbes US
