Es inclusivo y tecnológico. CLIU es el nombre del tapabocas inteligente que, además de garantizar seguridad sanitaria ante el Covid-19, es estético a la vista. Este último atributo fue un factor que sus creadores, Álvaro González y Simona Lacagnina, no negociaron a la hora de llevarlo a cabo.
El modelo de Prisma para seguir innovando
Este tapabocas innovador es capaz de auto desinfectarse, medir la calidad del aire y alertar de focos cercanos de coronavirus. De esta forma obedece a tres pilares: inclusividad, sostenibilidad y tecnología.
Debido a que la parte frontal es completamente transparente, le permite ser inclusivo, pues quienes tienen problemas auditivos y requieren leer los labios de la gente no tendrán conflicto con esta actividad.
Cliu posee características innovadoras que lo hacen ideal para ser usado por cualquier persona. Por ejemplo, gracias a una aplicación para teléfonos móviles y una serie de sensores, el tapabocas es capaz de informar sobre la respiración y la frecuencia cardíaca de quien lo porta, lo cual resulta útil a la hora de prevenir enfermedades respiratorias.
También cuenta con una estación de carga con un sistema integrado de luz ultravioleta, en donde se puede recargar mientras se desinfecta en pocos minutos.
Entre sus características principales, se destaca una cubierta transparente con un sistema para evitar que se empañe con la respiración, así como la integración de filtros antimicrobianos y de carbono activado; se incorpora tecnología como micrófono, conexión por Bluetooth y acelerómetro.
Aunque se producirá en distintas medidas, para que puedan usarlo tanto niños como adultos, el dispositivo posee una banda ajustable para adaptarse a las medidas de la cabeza de cualquier usuario. El tapaboca tecnológico y fashion se fabricará en colores como negro, verde, rojo, y un tono más azul, para poderlo combinar con tu atuendo.
El precio de este cubrebocas será de 250 euros ($ 21.366 pesos argentinos), pero sus creadores argumentan que tiene una duración de cinco años. Se estima que en el otoño podría llegar a Latinoamérica, publicó Forbes México.