El mercado laboral está en plena transformación, así como las necesidades que tienen las empresas hoy para responder a lo que los consumidores y la sociedad les exigen en cuanto a tendencias en ESG (ambiente, sociedad y gobernanza, según sus siglas en inglés). En respuesta, la oferta de educación ejecutiva también está cambiando, adaptando sus programas a las nuevas demandas tanto en materia de avance tecnológico como en disciplinas.
“En un contexto tan dinámico como el actual, la capacidad para innovar, el dominio de herramientas para desenvolverse en el mundo digital y el desarrollo de skills para liderar y gestionar equipos son muy necesarias para desempeñarse profesionalmente, más allá del sector o el rol en el que se encuentre la persona”, describe Laura Rosso, rectora de Universidad Siglo 21. Por eso, afirma: “Es fundamental que la educación ejecutiva se desarrolle con una mirada a futuro. El nivel actual de innovación y transformación permanente conlleva la necesidad de aprender a liderar desde el futuro emergente, con prospectiva estratégica”.
¿Qué demandan los estudiantes? “Creció la demanda de la educación ejecutiva relacionada con la IA, el cibercrimen, la ciberseguridad, la seguridad de la información, inversiones en bolsa y criptomonedas”, enumera Rosso. Y agrega: “En Comunicación, se destacan las propuestas vinculadas a marketing digital, social media, e-commerce y data analytics. También vemos un crecimiento en las capacitaciones en gestión de negocios, gerenciamiento y habilidades directivas”.
Lo cierto es que esta demanda, completamente alineada a la actualidad del mercado, es una exigencia tanto por parte de los alumnos como de las compañías. “Las empresas eligen formaciones como la Maestría en Administración de Empresas y programas para desarrollar tanto habilidades directivas como blandas en gerencias y mandos medios. Este año, tuvimos una gran demanda de la Maestría en Inteligencia de Negocios y Explotación de datos, y en programas de analítica como el Certificado en Big Data”, cuenta Rosso.
“Las empresas buscan desarrollar las competencias de sus colaboradores para apalancar sus estrategias. Aportar valor en ese proceso implica una interacción entre la universidad y la organización desde el momento cero, ayudándola a identificar esas competencias, detectando oportunidades para desarrollarlas en sus ejecutivos clave, estableciendo mecanismos para potenciar el talento y midiendo el impacto de lo realizado”, observa Gabriel Romano, director de Ucema.
“Si bien las empresas y las personas no siempre demandan lo mismo, esta brecha se está reduciendo. Cada vez más, las compañías perciben que deben ser parte del desarrollo profesional y aprendizaje de las personas en forma integral”, afirma Ariel Urcola, director de Educación Ejecutiva y Continua de la Universidad de San Andrés (UdeSA). Entonces, no solo deben ofrecer entrenamiento para hacer mejor el trabajo actual, sino también “ayudar a las personas a generar habilidades portables”.
La formación está en transformación porque “el trabajo como concepto está cambiando –dice Urcola– y las nuevas generaciones evalúan múltiples modalidades: relación de dependencia, emprender, trabajar por proyectos, aprovechar las tecnologías y la virtualidad para ser nómades del conocimiento (knowmads), trabajos GIG (bloques de trabajo para varios empleadores simultáneos), part time. Ya no se habla de equilibrar vida y trabajo. El trabajo es una parte de la vida, con mayor o menor relevancia según los momentos vitales de las personas”.
En el IAE destacan que su metodología incluye reuniones con board de empresarios. “No hablamos de la creación de nuevas disciplinas o carreras sino del desarrollo de nuevas competencias para los ejecutivos y líderes del mañana”, señalan. Y agregan: “Dentro de las carencias detectamos la falta de conocimiento, capacidad de romper paradigmas y una integración más empática y abierta con el otro. Otra problemática se relaciona con la tecnología ya que se debe ser más asertivos e inteligentes para definir los proyectos a implementarlos”.
Desde la Escuela de Innovación del ITBA resaltan que hay algo más profundo detrás del pedido de las empresas o de particulares: “La necesidad de adaptarse y generar nuevas capacidades para ser un talento atractivo en el mercado laboral, lo que llamamos formación continua. Las empresas te pueden impulsar, pero hay una necesidad de estar actualizado que siempre depende de la persona interesada”.
En la casa de estudios aseguran que generan actualizaciones de contenidos en disciplinas dinámicas y realizan revisiones “constantes” de los programas.
Energía Y MBA
En los últimos tiempos, las carreras vinculadas a la tecnología ganaron protagonismo. Esto se debe a la “gran salida laboral que ofrecen, respondiendo a la necesidad que tienen las empresas de acelerar y optimizar los procesos, la mejora en la toma de decisiones, la adaptabilidad a los cambios, la respuesta inmediata a las necesidades del cliente y la generación de nuevos negocios”, manifiesta Marcela Porto, presidenta de la Universidad de Belgrano (UB).
En tal sentido, algunas de las carreras y áreas de desarrollo profesionales con mayor demanda son las ingenierías, programación, marketing digital, data science, diseño UX, negocios digitales, energías renovables, biotecnología y logística. “Hay carreras tradicionales como las ingenierías y otras más innovadoras como las relacionadas a temas de sustentabilidad, que son producto de la evolución de las necesidades de poseer habilidades y conocimientos que las empresas necesitan”, analiza Porto.
Juan Pablo Manzuoli, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina (UCA), señala: “Las carreras o programas que más están creciendo son los Programas Ejecutivos, ya que permiten flexibilidad en su configuración y agilidad en las temáticas elegidas. La demanda se concentra en Decisiones Ágiles en Contextos Complejos, Prevención y Lucha Contra el Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo, Gestión Estratégica del Talento & Age Management Organizacional, Transformación Digital Cultural, Insurtech, Innovación y Disrupción Digital en Seguros, Planificación Fiscal y Seguros de Personas”.
Al analizar si los MBA siguen vigentes, Manzuoli destaca: “Siempre incorporan las principales tendencias de los negocios y su adaptación es continua. Los MicroMasters es el modo de actualizar los MBA con módulos optativos que se renuevan continuamente. La demanda de los MBA es sostenida porque la perspectiva estratégica de los negocios continúa siendo determinante en el éxito de los negocios y en la satisfacción profesional y personal”.
“Tenemos dos ingresos del MBA, en marzo y junio, y el crecimiento en los últimos años ha sido de más del 20% promedio, multiplicando por cinco la cantidad de alumnos desde 2019 hasta hoy”, complementa Daniel Galiani, director corporativo de la Escuela de Negocios de Ucema. “Lo que más valoran es el diferencial con el mercado. El hecho de que el candidato de Ucema pueda elegir el 50% de las materias en función de sus intereses, necesidades y oportunidades personaliza completamente su desarrollo. Esto, sumado a las múltiples modalidades de cursado que dan respuesta a sus agendas, cada vez más complejas, viene a responder un aspecto clave al momento de tomar la decisión de estudiar en nuestra entidad”, dice Galiani.
“Las maestrías son el programa más requerido por los alumnos y más valorado por los empleadores. El MBA les brinda herramientas que les servirán como motor para ser líderes transformacionales en sus puestos de trabajo”, dice Fausto Gastón Morena, coordinador de la Maestría en Dirección de Empresas (MBA) de UADE Business School.
Nuevos Formatos
Tiempos cambiantes y acelerados. Ambas variables están amoldando los formatos de la educación ejecutiva. Así lo deja en claro Urcola, de UdeSA: “La irrupción de la IA generativa sumada a la pandemia, la realidad geopolítica y el cambio climático provocan la aceleración exponencial de tendencias en materia de nuevas modalidades, disciplinas y programas”.
En este sentido, señala que, si bien hay múltiples variables para la cursada, “la presencialidad demuestra continuar siendo relevante”. En cuanto a la extensión de las propuestas, “pasamos de diplomaturas y programas largos a programas cortos y muy enfocados. Se apela al microlearning y microcredenciales (8, 12 o 24 horas de duración total de cursada)”, cuenta Urcola.
También señala que uno de los cambios que se perciben es que hay nuevas tecnologías y dispositivos pedagógicos, como clases invertidas, aprendizaje entre pares, gamificación, simulaciones, videos, podcasts, coaching y mentoring. “Además de la aparición de nuevas carreras, también hay una necesidad de adaptar los planes de estudio. Por ejemplo, una carrera ligada a administración o negocios globales debe contar con planes de estudio que interpreten las nuevas realidades y que incorporen herramientas que les sean eficientes a los profesionales.
Esos planes de estudio deben ser ágiles y modulares, de tal manera que el profesional pueda incorporar conocimiento de acuerdo con sus posibilidades de disponibilidad de tiempo”, relata Mariano Luna, director de Posgrados de la Universidad CAECE.
La IA en el aula
Apenas se abrió la posibilidad del uso del ChatGPT o de Bard, la IA de Google, se multiplicaron las preguntas sobre cómo sería su introducción en los ámbitos laborales y las aulas. “La IA llegó para cambiar todas las industrias. Y el sector de la educación no es una excepción. El uso de la IA se popularizó y ya estamos viendo cómo tanto alumnos como docentes empiezan a usarla. Muchos alumnos la usan para complementar conceptos que se discuten en clase”, cuenta Alejo Rodríguez Cacio, director académico del MBA y del Executive MBA de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
Sin embargo, resalta, “hay que tener en cuenta que no todas las respuestas son correctas y están actualizadas, al menos por el momento. Nuestros profesores también comenzaron a integrarla al aula e incluso a los exámenes (presentar una respuesta generada por la IA y pedirle al alumno que explique si es correcta)”.
Otra forma de incorporar la IA es seguir innovando en la currícula. “En la materia Financial Markets Strategies de nuestro MBA analizamos el boom de las acciones de compañías tecnológicas relacionadas con este sector y cómo la estrategia thematic investing puede sacar provecho de esta tendencia –detalla–. También incorporamos nuevas materias relacionadas con la IA, como Leadership + AI, una materia en la cual los alumnos aprenden a aplicar IA en la identificación de su perfil de liderazgo. Algo importante también es que nuestros graduados pueden volver al MBA y cursar libremente materias electivas. Es el concepto de lifelong learning”, afirma Rodríguez Cacio.
“El ámbito laboral está cambiando de manera acelerada. Las denominadas carreras del futuro están sumando perfiles profesionales en áreas del saber muy diversas. La situación en la que se encuentra el mercado es muy desafiante”, resume Rosso