La innovación sanitaria digital en EE.UU. ha alcanzado un punto de inflexión crítico. Los inversores desencantados están lidiando con una dura recepción por parte del mercado público, mientras que las startups centradas en Covid están pasando apuros. A su vez, persisten los retos fundamentales que aquejan al sistema sanitario.
La esperanza de vida general en Estados Unidos ha descendido, las tasas de enfermedades crónicas prevenibles han aumentado y el 43% de las enfermeras que están en primera línea de esta crisis afirman estar "quemadas". A esto hay que añadir la lista de desigualdades raciales y sociales en la atención sanitaria, que es tan larga como persistente.
El sistema necesita urgentemente un cambio, pero la transformación digital de la que han sido testigos los sectores bancario y minorista aún no se ha materializado plenamente en el sector sanitario.
También hemos visto una serie de empresas de salud digital que se desplomaron después de salir a bolsa, lo que llevó a un mercado de OPI congelado, con 2023 viendo acciones de salud digital cotizando por casi un 50% menos de lo que lo hicieron hace dos años.
Las empresas que dependían únicamente de las pruebas Covid descubrieron que la financiación gubernamental se marchó cuando terminó la crisis. Las que confiaban en una adopción rápida y fácil por parte de los consumidores tras la pandemia del Covid no estaban preparadas para la pegajosa inflación y el aumento de los costes que debilitaron el modelo de negocio directo al consumidor.
En sanidad, nada es rápido ni fácil. Mientras asegurábamos nuestra Serie D, un inversor me dijo: "Hoy las reglas han cambiado. En el pasado, cuando examinábamos empresas, comprobábamos sus proyecciones con una aceptación del 50%. Hoy, su negocio tiene que hacer sentido y ser rentable al 5%".
Por eso, los empresarios interesados en crear sus empresas en el periodo posterior a Covid deben tener en cuenta los siguientes puntos.
1. Resolver los problemas de los profesionales sanitarios
Los verdaderos líderes en nuestro campo no son inversores de capital riesgo, CEO o desarrolladores de código de IA generativa. Son médicos, enfermeros y científicos. Las soluciones sanitarias digitales no son más que un paso en la cadena asistencial que ellos gestionan. No podemos ni queremos sustituirles. Un enfoque humilde siempre es saludable para los emprendedores, pero por primera vez en una década, vender el "sueño del unicornio" está oficialmente pasado de moda.
Como muestra un reciente análisis de financiación, los inversores en salud digital identifican las áreas con más valor clínico para los médicos como las que ofrecen un mayor rendimiento de la inversión. Las empresas de tecnología de suministro y navegación recibieron el 44% de toda la financiación en el primer trimestre de 2023, la tecnología de diagnóstico recibió el 20%, y la tecnología de bienestar recibió la más baja: sólo el 5%.
2. Ofrecer tecnología autorizada por la FDA o ser sustituido por la IA
Un estudio reciente muestra que la mayoría de las empresas de salud digital tienen un bajo nivel de "solidez clínica", es decir, no han pasado por ensayos clínicos o procesos reguladores. El hecho de que casi la mitad de las empresas de salud digital carezcan de validación clínica es lamentable para los sistemas sanitarios, ya que las necesidades clínicas son inmensas. También es arriesgado para el modelo de negocio porque el auge de la IA en la sanidad acabará sustituyendo y provocando la extinción de muchas de las tecnologías analíticas que utilizamos hoy en día. Conseguir la autorización de la FDA es, con diferencia, la vía más difícil de gestionar, pero es la más valiosa para los médicos, y las tecnologías que la tienen son las más difíciles de sustituir.
3. Construya tecnología que ahorre dinero
El gasto sanitario en Estados Unidos es insostenible. Los CMS publicaron recientemente predicciones de que en menos de una década ascenderá hasta el 20% del PIB de la nación. En esta realidad, para lograr captar la atención de los socios potenciales, tendrá que demostrar que su tecnología crea beneficios reales y tangibles de ahorro de costes.
4. Mantenga la concentración y la disciplina
Al trabajar en un entorno complejo y fragmentado, como el de los sistemas sanitarios, existe la tentación persistente -y lo más probable es que se lo pidan- de solucionar más de un problema. Eso puede parecer inteligente al principio; al fin y al cabo, está intentando hacer crecer su negocio. Pero esto también conduce a muchas empresas al fracaso total. Antes de ramificarse más allá de su misión principal, asegúrese de que su tecnología resuelve aquello a lo que se comprometió. Las complicaciones de la implantación en la sanidad son siempre desconocidas al principio, pero cuando las encuentre, no querrá encontrarse al final de su pista de aterrizaje. Acepte ese "no". La mayoría de las veces, las asociaciones creativas pueden llevarle más lejos que si lo hubiera hecho solo.
5. Dé siempre prioridad a la creación de confianza
Establecer la confianza es primordial. No hay que fijarse únicamente en el escándalo Theranos, que dejó cicatrices en muchos de los que creamos nuestras empresas entonces. La sanidad digital no es como cualquier otra industria, y prometer en exceso resultados sanitarios o ensayos clínicos siempre tendrá consecuencias. Sea abierto y honesto con sus socios clínicos e inversores iniciales para sostener su viaje de innovación y sortear los primeros fracasos que se presentarán en el camino. Esto le ayudará a iterar y crecer en un campo fuertemente custodiado por la ética y la ciencia.
Estamos entrando en un momento decisivo en la salud digital. De nosotros depende cumplir la promesa que tantos pacientes están esperando. Construir empresas y productos que puedan tanto servir a la población como adaptarse a los tiempos turbulentos es el primer paso.
