Científicos investigan los fármacos Ozempic y Mounjaro para tratar otras afecciones
Varios informes sugieren que pueden tener beneficios de gran alance para tratar problemas cardíacos y hepáticos, el parkinson, la ansiedad y la adicción.

La pérdida de peso y la diabetes pueden ser sólo el principio para el consumo de medicamentos como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound, ya que los informes sugieren cada vez más que pueden tener beneficios de gran alcance para tratar afecciones tan diversas como las enfermedades cardíacas y hepáticas, el parkinson, la ansiedad y la adicción.

Datos clave


Ozempic y Wegovy, de Novo Nordisk, y Mounjaro y Zepbound, de Eli Lilly -nombres comerciales de los fármacos semaglutida y tirzepatida- son, con diferencia, los miembros más famosos de una clase de medicamentos en auge conocidos como agonistas del GLP-1, que imitan la función de una hormona intestinal implicada en la regulación del azúcar en sangre y el apetito, el péptido-1 similar al glucagón.

Los fármacos GLP-1 se aprobaron inicialmente para tratar la diabetes y, más recientemente, la obesidad, y a medida que aumenta el número de personas que los utilizan, empiezan a aparecer indicios de otros beneficios potenciales, y Novo reunió suficientes datos para demostrarlo y obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos en marzo para sumar los beneficios cardiovasculares a la etiqueta de Wegovy (los expertos esperan que se demuestre que Zepbound tiene beneficios cardiacos similares).

El miércoles, Lilly dijo que también estaba estudiando la posibilidad de ampliar la etiqueta de Zepbound después de que un ensayo de última fase descubriera que el fármaco "mejoraba significativamente los síntomas de la apnea del sueño", lo que significa que el medicamento "tiene el potencial de ser el primer tratamiento farmacéutico para la enfermedad subyacente", según el vicepresidente sénior de desarrollo de productos de Lilly, Jeff Emmick, aunque la agencia aún no tomó una decisión.

Compañías como Novo y Lilly, así como competidores esperanzados como Boehringer y Zealand Pharma, están analizando los fármacos GLP-1 como tratamiento potencial para la enfermedad del hígado graso, un cementerio de desarrollo farmacéutico desde hace tiempo hasta que la FDA autorizó el primer tratamiento, y otras investigaciones, ya que los ensayos sugieren que los GLP-1 podrían ser eficaces en el tratamiento de la enfermedad renal.

Los estudios también indican que la clase GLP-1 podría ayudar con una serie de trastornos cerebrales, en los que potencialmente ayudan a mejorar el estado de ánimo, la función cognitiva y aliviar los síntomas de afecciones como el parkinson, el alzheimer, la depresión, el trastorno bipolar y la ansiedad, áreas que durante mucho tiempo fueron notorios puntos de fricción para el desarrollo farmacéutico.

Los trastornos por consumo de sustancias y la adicción son otra vía prometedora tras los informes sobre la disminución del ansia entre las personas que toman fármacos con GLP-1, aunque los científicos siguen trabajando para averiguar por qué -el fármaco podría actuar factiblemente en partes del cerebro y del sistema nervioso, ya que éstas también producen la hormona GLP-1 o tienen receptores hormonales relevantes para ella- y confirmar si los medicamentos pueden frenar realmente la adicción.

Contra


Aunque los ensayos clínicos necesarios para sacar un fármaco al mercado son amplios, rigurosos y garantizan que los productos son seguros y eficaces, rara vez ofrecen una imagen completa de un medicamento. El gran número de personas que toman un medicamento tras su aprobación, especialmente los populares como la semaglutida y la tirzepatida, puede empequeñecer el número de personas que participan en un ensayo y tanto las empresas como los reguladores vigilan cómo les va en el mundo real.

 Aunque es emocionante cuando los informes y los datos recogidos de más personas que utilizan medicamentos indican nuevos posibles beneficios y usos, especialmente en áreas como la salud mental y las enfermedades hepáticas que eludieron durante mucho tiempo los esfuerzos de los investigadores farmacéuticos, también existe la posibilidad de que aparezca nueva información sobre los efectos negativos. En el caso de los medicamentos para la pérdida de peso y la diabetes, como el Ozempic y el Wegovy, los problemas de salud mental y un repunte de los pensamientos suicidas fueron objeto de un importante escrutinio, aunque las revisiones publicadas recientemente por organismos como la FDA y la Agencia Europea del Medicamento pusieron en duda la conexión y afirmaron que tal vínculo es inesperado.

  • 100.000 millones de dólares. Eso es lo que podría valer el mercado de los medicamentos para la pérdida de peso en 2030, según estiman los analistas, aunque algunos creen que el mercado podría valer mucho, mucho más que eso. Novo y Lilly ya recaudaron miles de millones con los fármacos contra la obesidad y la diabetes, y se convirtieron en algunas de las empresas más valiosas del mundo gracias a estos medicamentos.

¿Qué hay que tener en cuenta?


Novo y Lilly ostentan ahora mismo un duopolio efectivo sobre el mercado del GLP-1, sobre todo en lo que respecta a la obesidad. Expertos como Peter Verdult, analista de Citi, señalaron a Forbes que la gran cantidad de datos que ambas empresas son capaces de reunir sobre la semaglutida y la tirzepatida los ayudará a consolidar sus posiciones dominantes y a desbancar a los competidores que aún se apresuran a sacar fármacos al mercado.

 Añadir aspectos como los beneficios cardiovasculares a la etiqueta de Wegovy elevará el listón para que los nuevos competidores puedan competir, sobre todo porque hay un límite claro a las ventajas que aporta mejorar algo como la cantidad de pérdida de peso. "Ahora algunos pueden decir, bueno, está bien, me limitaré a aprovecharlo, porque son las mismas moléculas, el mismo mecanismo de acción y todo el mundo lo da por sentado. Pero la cuestión es que si  sos representante de un medicamento, no podés promocionar eso", dijo Verdult.


Nota publicada por Forbes US