Texanas, mocasines, botinetas y sandalias, con brillos, lunares, de charol o con plataformas, son algunos modelos de calzados a los que buena parte de la población con talles por fuera de los más habituales no suele tener acceso, pero hoy son diseñados y vendidos a todo el país por una mujer que estuvo en ese lugar.
Verónica Celia tiene 51 años y calza 32. A lo largo de su vida se dedicó a diferentes labores, entre las que se encuentran un trabajo en un estudio jurídico, donde por primera vez, en sus palabras, sintió el "inconveniente" de su talle. "Quería calzarme mejor que con unas zapatillas o un zapato de niña", explicó Verónica a Télam.
A través de su experiencia, hace cinco años se cruzó una idea: "Como en las estanterías no había calzado para mí, decidí que alguien tenía que hacerlo", dijo la mujer que hoy tiene una firma de zapatos XXS y XXL, dirigida a mujeres que calzan entre 31 y 35, las cuales se ven limitadas a usar calzado para niñas, y a aquellas cuyo talle está entre el 41 y 45 y sólo pueden usar zapatos de hombre. LK Buenos Aires -contracción de "Lucky" (afortunada, en inglés)- arrancó su desarrollo en diciembre de 2019.
"Me costó mucho el tema de la producción porque como esto no se produce al no ser un calzado de talle tradicional muchos lugares no lo querían hacer. Me decían que estaba loca, que nadie iba a poder hacer esa curva en el zapato que se requiere. Incluso viajé a Brasil a una feria de calzado para traer ideas, pero tampoco tuve mucha atención; hasta que conseguimos un lugar que podía hacerlos", narró.
Finalmente, el 29 de mayo de 2020 -en plena pandemia de coronavirus- lanzó el emprendimiento de forma online y el 4 de junio tuvo su primera venta.
Con las aperturas de comercios producto de las mayores flexibilizaciones que se dieron en el marco de la pandemia, en noviembre de 2020 pudo inaugurar una boutique que abre sus puertas con turno previo en el barrio porteño de Belgrano. Además, a través del servicio "LK at home", los modelos de calzados pueden llegar a los distintos puntos del territorio argentino.
"Les envío seis calzados junto a una alfombra. Así, quienes lo reciben hacen como que tienen la boutique en su casa: se prueban, si les gusta alguno se lo quedan y si no, devuelven la caja sin cargo. Esa experiencia está buena porque así pueden acceder clientas de distintas provincias", contó Verónica. El emprendimiento lo conforma un equipo de tres personas con Celia a la cabeza junto al diseñador Fabián Paz y Federico de la Torre, a cargo de las campañas de marketing.
Sobre los zapatos, detalló: "Hay desde stilettos, botas texanas, sandalias de fiesta, botinetas, bucaneras, borcegos, mocasines y ahora se vendrán en la nueva colección algo más casual, para todos los días. El material es de cuero y hay de todas variedades, colores y texturas".
"Por un lado, las de talles más pequeños sólo encuentran calzado de niñas y, por otro, las de talles grandes tienen el inconveniente de que se tienen que calzar con zapatos de hombre. En este sentido vienen mujeres trans, drag queens que se han llevado calzados para espectáculos. Además, la fabricación tiene un aguante de peso de 120 kilos", describió.
La Encuesta Nacional de Talles realizada este año por la organización no gubernamental AnyBody Argentina informó que el 45% de las 7.777 personas que participaron expresó tener dificultades para encontrar calzado de su talle.
Entre ellas, a un 9% le cuesta conseguir talle "siempre", al mismo porcentaje "frecuentemente" y a un 27% "a veces".
La reglamentación de Ley de Talles (N° 27.521) -aprobada en diciembre de 2019- contempla en su alcance a los números de calzado.
La ley crea un "Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria" (Suniti), que establece medidas corporales estandarizadas a partir de un estudio antropométrico a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que hasta el momento reveló el 60% de la muestra necesaria para la elaboración del informe.
A partir del Decreto 375/2021 se reglamentó la ley y se incluyó en su artículo N°1 al "calzado y los uniformes de trabajo" dentro del Suniti.
Para Verónica, lo más lindo de este proyecto es "calzar a mis clientas". "Lo que siempre me dicen es que están felices, las escucho a través de los audios llorar. Me dicen que no hay mejor experiencia que entrar y llevarse el calzado en el momento. Ver llorar de emoción a alguien que por primera vez logra verse como quiere, es algo que no se puede explicar con palabras porque yo estuve en ese lugar".
* Por Agustina Ramos para Télam