La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, destacó que el Proyecto Carem, el reactor nuclear nacional de baja potencia, es uno de los tres prototipos que están en construcción en el mundo, y que le permitirá al país ofrecer una solución exportable para generación eléctrica con cero emisiones, en el actual proceso de transición energética.
Durante una recorrida de prensa en el Complejo Atómico Atucha, donde se lleva adelante la construcción del proyecto Carem de 32Mw, Serquis presentó los avances de este reactor de diseño y tecnología nacional, para el cual la CNEA está trabajando en el desarrollo de la cadena de valor con proveedores con la idea de alcanzar un 70% de componentes locales.
En paralelo al desarrollo del prototipo, la CNEA avanza en el diseño conceptual del que será el módulo comercial del Carem, el que tendrá una potencia mayor (de entre 100 y 120 MWe), y sería la base de una central multi-reactor que permitirá alcanzar costos muy competitivos para el mercado internacional.
"Estamos en la etapa de construcción del Carem de 32Mw aspirando a poder mostrar todas las ventajas y posibilidades que tiene de poder construirse una central de potencia pequeña y modular, para poder satisfacer diferentes necesidades que puedan surgir tanto en la Argentina como en el exterior con la idea de poder tener un proyecto que pueda ser exportable en el futuro", explicó Sarquis.
La idea es que a partir de este prototipo se pueda avanzar en los detalles para "mejorar y cambiar su diseño y desarrollo, para poder entender otro tipo de situaciones que permitan brindar posibilidades del punto de vista tecnológico y tener un Carem de 100 a 120 Mw, que sea un producto exportable".
El prototipo está siendo construido en Lima, provincia de Buenos Aires. El edificio que lo contendrá comprende una superficie de 18.500 metros cuadrados, de los cuales alrededor de 14.000 metros cuadrados corresponden al llamado 'módulo nuclear', el sector que incluye la contención del reactor, la sala de control y todos los sistemas de seguridad y de operación de la central.
La obra civil comenzó el 8 de febrero de 2014, momento desde el cual el Carem se ha constituido como el primer SMR (reactor modular pequeño, por su sigla en inglés) del mundo en estar oficialmente en construcción.
"Con este tipo de reactores estamos en el primer nivel de desarrollo de tecnología, somos de los primeros países con capacidades de construir este tipo de centrales. Si bien hay más de 70 proyectos relacionados, hay solo tres en construcción y este es uno de ellos", resaltó la investigadora al admitir que los "vaivenes financieros y políticos" no permitieron avanzar a mejor ritmo.
Serquis explicó que "en todo el mundo los proyectos de reactores modulares se piensan como el futuro atendiendo las necesidades del cambio climático".
"Es necesaria la energía nuclear para poder moverse hacia una matriz energética con cero emisiones, y las soluciones que pueden brindar estos reactores mas pequeños con seguridad intrínseca puedan dar una verdadera solución a mas corto plazo que las renovables como parte de un conjunto de tecnologías para una mejora del cambio climático", agregó.
En este sentido, la titular de la CNEA destacó "el nivel de desarrollo del país en cuanto aportes tecnológicos y componentes, con el desarrollo de la industria metalmecánica y el trabajo con los posibles oferente y contratistas locales, desarrollando la capacidad de las pymes para poder estar calificadas desde el punto de vista nuclear".
Pero también se destaca en cuanto a "las aplicaciones posibles de esta clase de reactores que tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía, incluyendo la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar".
De esta manera los pequeños reactores escalables en potencia de manera modular permitirán ofrecer un desarrollo de potencia a diferentes niveles y según la escala que se necesita en cada lugar.
Esta primera versión de los reactores tipo Carem capaz de generar 32 megavatios eléctricos se destaca por un riguroso estándar de seguridad aplicado desde el diseño, obtenido mediante soluciones de alta ingeniería que simplifican su construcción, operación y mantenimiento.
Se prevé que alrededor del 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sea provisto por empresas argentinas certificadas bajo los exigentes estándares internacionales de calidad, supervisados por la CNEA.
El predio del Carem forma parte del Complejo Atómico Atucha donde se encuentran en funcionamiento las centrales Atucha I y Atucha II, y en un terreno lindero, se espera iniciar a comienzos de 2023 la construcción de Atucha III, una obra de US$ 8.300 millones que permitirá al país dominar la tecnología de uranio enriquecido y agua liviana.