El incremento poblacional y el aumento del uso de aparatos electrónicos genera una mayor presión sobre la producción, el transporte y la distribución de energía. Pero además, el cambio climático y la contaminación producto de los combustibles fósiles obliga a migrar hacia una matriz que pueda abastecer las necesidades de las comunidades sin dañar al medio ambiente.
Lograr ambos objetivos es un desafío complejo, sobre todo en países como la Argentina donde la falta de inversión en el transporte y distribución de la energía desencadena cortes de luz y fallas en el suministro como la experimentada por los usuarios esta semana. En ese contexto, las energías renovables se imponen como una solución ambiental y económicamente sostenible.
En el último año se reforzó una discusión que para nosotros es clave: la independencia energética. Una instalación renovable tiene muchos beneficios pero uno de los mayores es que genera energía con recursos autóctonos. Así los países pueden expandir su matriz energética y dejar de depender de la importación, destaca Andrés Gismondi, Country Manager de Argentina y Vice President Sales Director LATAM South Cone en Vestas.
La compañía de origen danés desembarcó en Argentina a principios de la década de 1990 y fue la primera en instalar un aerogenerador en el país. Desde entonces ha instalado parques eólicos, muchos de los cuales actualmente opera y mantiene, en Chubut, la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y La Pampa, entre otras provincias del país. Esto lleva a que más del 50% de la potencia instalada de energía eólica en el territorio sea de Vestas.
En Argentina, a lo largo de todo el período en general, somos importadores de energía pero Uruguay, que hace 15 años dependía energéticamente de sus vecinos, logró en la última década ser independiente gracias a instalaciones renovables, destaca Gismondi. Y agrega: Esto lo desacopla de situaciones como la del año pasado con los combustibles fósiles luego de la invasión de Rusia a Ucrania. Además, es una tendencia que se observa mucho globalmente pero no solo por cuestiones de sustentabilidad sino también por independencia energética.
- ¿Se puede lograr esto en la Argentina?
- Estoy convencido que sí pero no es un problema exclusivamente de generación. Hay un enorme potencial energético, renovable o no renovable, pero lo que falta se relaciona más con la distribución y el transporte, algo que también se observa en Vaca Muerta con el gas por ejemplo. Yo creo que como sector es algo que tenemos que atender en lo inmediato para poder seguir creciendo. Este es un tema prioritario en agenda porque nos va a permitir seguir abasteciendo y mejorando el sistema eléctrico.
- O sea que la energía renovable está, solo hace falta llevarla a través del país…
- Como sector no tenemos más capacidad para instalar energías renovables. La red está prácticamente colapsada entonces hay que crecer en las redes de distribución para poder llevar esta energía barata y competitiva a todos los lugares que lo necesitan.
- ¿Qué se necesita para alcanzar este objetivo y solucionar problemáticas como los cortes de luz en Buenos Aires?
- Yo no soy un especialista pero lo que observamos de la información es que en el caso concreto de AMBA hay que reforzar bastante los anillos para que toda esa energía que viene del Corredor Comahue y Patagónico pueda llegar a esta zona. Está faltando la conexión de refuerzo del mallado de alta tensión para poder mover esos flujos. Para eso hay que construir líneas de alta tensión, que no son proyectos nuevos y son obras que todos conocemos pero se han ido postergando.
La energía renovable en la Argentina
A lo largo de su historia en la Argentina, Vestas ha trabajado en la instalación de parques eólicos con empresas como YPF, Pampa Energía, Aluar, Genneia y Central Puerto, entre varias otras más.
Según un reporte de la consultora internacional Grand View Research, el tamaño del mercado mundial de energía eólica se valoró en US$ 99.28 mil millones en 2021 y se espera que se expanda a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de 6.5% de 2022 a 2030, cifras que demuestran el potencial del sector para lo que resta de la década.
- Mucho se habla en el país de los subsidios a la energía. ¿Cómo repercute esto en el sector?
- Nuestro sistema tuvo durante muchos años subsidios en la oferta y demanda y es difícil invertir con ese tipo de distorsiones. Creo que en los últimos años se ha trabajado para mantener exclusivamente subsidios a aquella parte de la demanda que lo necesita realmente. Eso lleva a que los grande usuarios colgados en las redes de distribución ya hace un tiempo tengan precios que reflejen mejor los costos y que busquen contractualizar energía y hoy pidan fuentes renovables porque es más barata. Como mencioné, no se puede generar más porque no se puede transportar a esos clientes. Solucionando esto, se puede llevar más energía de privados a privados y el impacto indirecto para el estado es la quita de subsidios a esa oferta. Igual aún queda pendiente en el caso de las distribuidoras y los precios regulados, como Edenor y Edesur, que los precios reflejen el costo real. Eso hoy no sucede en su totalidad aunque hay un camino virtuoso que se inició y que hay que tratar de cerrar. Hay que ser muy selectivos sobre los sectores a subsidiar, algo que se trabajó el año pasado, pero está pendiente ese último empujón para poder invertir y mejorar los sistemas de transporte.
- ¿Qué rol cumple el Estado en ese proceso?
- Nuestro sector se ha desarrollado en los últimos 40 años sobre una base de políticas no existentes y variación de mercados. Eso nos hace tener un ADN de ser pioneros y creadores de condiciones por lo que estamos acostumbrados a la adversidad. En el caso de la Argentina, hay un avance notorio a partir de políticas públicas como la Ley 27.191 del 2015 que ya lleva tres gobiernos desde su creación y cada uno ha sabido interpretarla para acompañar en la mejor forma que ha podido. Eso es lo más importante más allá de la volatilidad económica, que hemos sufrido como sector en los últimos años porque son proyectos de capital intensivo donde el cambio de reglas impacta mucho. Pero con la ley se han respetado ciertas particularidades y eso ha sido clave para crecer.
- ¿Qué beneficios hay para el Estado al implementar energías renovables?
- El costo de la energía es normalmente menor al costo promedio del sistema. Entonces, cada instalación eólica que se hace en el país permite desplazar generación más costosa que a su vez genera un ahorro fiscal. Además, son proyectos ambientalmente sustentables, que es otra prioridad de los gobiernos por acuerdos internacionales en los que participan. Finalmente, es una industria federal, con inclusión de empresas locales y generación de pequeñas economías regionales alrededor de los parques eólicos.
- ¿Cómo logran financiamiento para ejecutar las obras?
- Es la parte compleja en la Argentina pero hemos podido traer multilaterales que han trabajado en el país, agencias de créditos de exportación e implementar bonos locales atados al dólar que hoy funcionan muy bien. Esto nos permite seguir siendo un sector dinámico y protagónico.
- ¿Cuáles son sus planes para el 2023?
- Tenemos, producto de contratos que hemos cerrado durante el año pasado, proyectos a ejecutar con los principales actores del sector. El objetivo para este año es entregar todos estos parques eólicos que son siete en total. Es un gran desafío porque es un año electoral con mucha volatilidad pero estamos enfocados en eso. Sobre todo porque cuanto antes estén, más ahorro fiscal generan. Después, tenemos proyectos que en breve anunciaremos. Eso nos permite ver una continuidad para 2024 y 2025.
- A nivel global, ¿cómo impacta que gran parte de los gobiernos hayan puesto al cambio climático como un asunto primordial en sus agendas?
- Creo que ese es el centro. Lo que ha dado a este sector en los últimos años una dinámica distinta y de mucha fuerza es que todos los gobiernos en el mundo entendieron el reclamo social sobre el cambio climático. Estamos viendo acciones en el camino correcto y nosotros como Vestas tenemos que ser los primeros en tener a la sustentabilidad como principio rector porque no podemos predicar sin el ejemplo.
- ¿Qué medidas toman?
- En primer lugar, hace año que registramos la huella de carbono de nuestra actividad y logramos que en menos de un año de vida de un parque eólico se recupere. Pero además estamos obligados a reducirlas por lo que pedimos a nuestra cadena de producción que haga lo mismo. Un ejemplo es el acero, que pedimos que reduzca su huella de carbono y eso genera que se reduzca pero no solo por nosotros sino porque compañías de varios sectores productivos también lo solicitan. También hemos anunciado palas 100% reciclables, lo que hace que todo el generador tenga esta característica, ya que no podemos generar más basura. Además, nosotros y nuestros clientes buscamos que los parques eólicos estén construidos con plena aceptación de las comunidades para que el ecosistema sea compatible y amigable. Finalmente, tenemos la sustentabilidad financiera. Todo el sector, producto de la distorsión de los últimos años en commodities y logística, ha tenido un impacto muy grande y todavía nos estamos recuperando. Tenemos que aspirar a ser una industria económicamente sustentable porque si no van a desaparecer las empresas y no lo podemos permitir. Creemos que la corrección se está realizando y esto permitirá repartir beneficios entre todos los jugadores, lo que nos dará un punto de equilibrio para todos.