La familia Vázquez lleva más de 100 años haciendo colchones. Cómo sobrevivir en la competitiva industria del descanso sin que la inflación les quite el sueño.
En 1916, Don Manuel Vázquez y su esposa Carmen montaron un negocio de venta de artículos para colchoneros, aquellos esforzados reparadores de los primigenios colchones de lana, y pronto empezaron a construir los suyos de modo artesanal. Poco más de un siglo después, la fábrica a la que llamaron Springwall sigue en el rubro, con una planta en Valentín Alsina con capacidad para 10.000 colchones. Springwall tiene 200 empleados en total y 23 locales entre propios y franquicias, además de su estructura de venta en retail, online y para hotelería.
Cuatro integrantes de la tercera generación de la familia están hoy al mando de la operación; cada uno de ellos tiene un área a cargo: Producción, RRHH, Administración y Logística. La empresa pasó por todas las crisis y las superó gracias al trabajo de todos los colaboradores, cuidando siempre la calidad y nuestra marca y manteniendo, como nos enseñaron nuestros antecesores, la ética y la transparencia en todas las relaciones comerciales, dice a Forbes Javier Vázquez, actual presidente de la compañía.
Para él, la enseñanza principal que nos dejan las distintas crisis que vivimos es que nunca hay que abandonar la relación con los clientes y hay que escuchar sus opiniones. Y, paralelamente, saber aprovechar las oportunidades que se generan en momentos difíciles. Como todas las empresas con insumos dolarizados y ventas en pesos, la devaluación los afectó duramente. Lo mismo el nivel actual de la tasa de interés, que impide cualquier proyecto de desarrollo y muchas veces atenta contra la operación diaria. Pero no descansan en el pesimismo: Nos seguimos diferenciando gracias a la calidad de nuestros productos y el profesionalismo de nuestra fuerza de venta.
Fundación: 1916
Cantidad de empleados: 200
Facturación 2018: $ 400 millones
Facturación estimada 2019: $ 580 millones