Mercado de capitales, real estate, derivados agrícolas y agtech son parte de la diversidad de negocios que propone el campo.
El sector agropecuario es el motor más tradicional de la economía pero lleva décadas evolucionando en producción, comercialización, tecnología e información y en agricultura de precisión. Todo ello refleja distintas oportunidades de inversión, algunas para minoristas, otras para grandes fondos.
Con una perspectiva de aportar entre US$ 6.700 y 6.900 millones al presupuesto de 2020, está claro que este es un sector ávido de negocios, destaca Delfín Morgan, gerente de Marketing, Planeamiento y Comercial de Morgan García Mansilla y Cía. S.A.
Las inversiones asociadas al sector pueden clasificarse en al menos cuatro grandes grupos: el mercado de capitales, real estate, derivados agrícolas, y también las agtech (empresas tecnológicas que invierten en el sector).
El más conocido es el mercado bursátil, destinado al inversor medio, de acuerdo con los montos que requiere, y puede ser a partir de Obligaciones
Negociables (ON) o de acciones, una opción de mayor riesgo. Dentro del mercado de capitales hay opciones vía ON. San Miguel y Cresud fueron casos recientes con emisiones de poco monto y una tasa en dólares atractiva; por ejemplo, en el caso de Cresud, se captó tres veces más de lo que se ofreció, cuenta Morgan.
Para un grupo más selecto, el mercado ofrece los FCI cerrados dirigidos al sector agropecuario, como por ejemplo el de Allaria y ADBlick Granos, donde además del rendimiento el inversor obtiene un beneficio impositivo, ya que está exento de pago de ganancias, salvo cuando paga las cuotas, agrega el especialista.
El mercado también ofrece instrumentos como los fideicomisos agrícolas. Al principio estuvieron más enf ocados en la producción y hoy los hay de ganadería, olivo, pecanes o de hidroponía. El retorno es muy bueno y, si la empresa es seria y el negocio es sustentable, vale la pena invertir en estos fideicomisos, cuenta Morgan.
El agro podría aportar entre us$ 6.700 y us$ 6.900 millones al presupuesto 2020, convirtiéndose en un sector ávido de inversiones y negocios.
Dentro de las opciones del mercado, la renta variable es el instrumento más clásico a través de empresas como Cresud, San Miguel, Carlos Casado y Agrometal. Empresas que de noviembre del año pasado a la fecha evolucionaron y se recuperaron mucho más rápido que otros sectores productivos que aún no levantaron cabeza.
El otro segmento para invertir está vinculado con el real estate agropecuario. La Cámara Argentina de Inmuebles Rurales elabora un índice que refleja la actividad del mercado. Hoy ese índice está en el 16%: es el valor más bajo de los últimos seis años debido a retenciones, múltiples tipos de cambio y presión impositiva, explica Morgan.
Según el especialista, hoy el índice refleja oportunidad, en especial de cara a una súper cosecha. Para ingresar a este negocio, el monto inicial es mayor y requiere un conocimiento mucho más sofisticado. El que invierte en este instrumento tiene que saber estratégicamente dónde se encuentra, cómo es la calidad de tierra que está comprando o su historial. Lógicamente no está al alcance de la mano del inversor medio, pero en el retorno inmobiliario la ganancia puede ser interesante, afirma. En este sentido, el inversor tipo está compuesto por los grandes pooles de siembra, exportadores que ya están dentro de la cadena.
El tercer subgrupo de inversión es el de los derivados agrarios. La plataforma Matba Rofex ofrece el mercado de futuros y opciones más grande de la región. Acá lo importante es que haya reglas del juego claras para que llegue inversión extranjera directa y crezca la financiación, aboga el analista, que grafica: El mercado de capitales hoy representa en Argentina el 2% de la población, mientras que en los Estados Unidos es del 54%.
El mercado de futuros y opciones ofrece una paleta de productos agrícolas que incluye soja, trigo, maíz y también commodities como petróleo y oro. Es una herramienta de cobertura para momentos como los que hoy estamos viviendo en el mundo, de gran inestabilidad, y donde el oro tuvo un crecimiento exponencial en el mercado de derivados, incluso local, agrega.
Para llegar a un público más general, el Matba Rofex lanzó los contratos mini que permiten la inversión en contratos de 10 toneladas frente al tradicional de 100 toneladas. Generan una opción para el inversor pequeño y el especulador: al tener una apuesta de menor valor, el riesgo es más acotado, explica, e indica que el potencial de suba de este segmento es enorme.
La cuarta opción, mucho más especializada, se encuentra en las agtech, que son empresas aceleradoras que desarrollan productos para el mercado de granos con tecnología e información no solo en la producción sino también en la comercialización. Estas aceleradoras que aportan tecnología al agro necesitan fondos para catapultarse al mercado y poder desarrollarse no solo de manera local sino también regional. Entrar acá es más difícil porque no son productos de oferta pública sino que se trata de un mercado más especializado donde hay que tener información, admite Morgan. El retorno puede ser mayor aún que el del real estate y el riesgo también es mayor, asegura.
Un ejemplo exitoso es ZoomAgri (una de las 30Promesas Forbes 2019), una empresa argentina que desarrolló un aparato para saber la calidad del producto en el momento de la cosecha, completa Delfín Morgan.