La economía argentina ha presentado una decadencia importante en los últimos años, la cual ha afectado tanto a la macroeconomía nacional internacional del país, como a la microeconomía. El aumento y los impagos de las deudas internacionales, la fuerte devaluación del peso, la inflación y la inestabilidad política han causado una gran desconfianza en la moneda nacional, la cual está reforzada por las acciones anteriores del Estado con el afamado corralito en 2001 y las medidas parecidas que ha tomado desde 2019.
El mal escenario a día de hoy es consecuente con el historial que ha vivido el país en su historia contemporánea. A lo que hay que sumarle la crisis internacional causada por el covid, tanto a nivel sanitario como a nivel económico, que golpeó con fuerza a un país con una economía ya bastante debilitada. Después se le sumaron la crisis energética (junto con el intento del Estado de aumentar los precios de la energía eléctrica) y una de las mayores crisis de la agroexportación que ha ocurrido en Argentina, causada por la sequía desde 2020 hasta 2023.
¿Qué pasa con las reservas y la deuda con el FMI?
Con todo este escenario expuesto, el resultado ha sido una disminución crítica de las reservas en divisas desde el pico más alto de 2019 hasta el presente: de aproximadamente 77 mil millones descendieron las reservas a los apenas 39 mil millones de dólares actuales. Que, además, hay que noticiar que a finales de febrero del presente año, las reservas brutas del país disminuyeron 325 millones de dólares.
La relación entre Argentina y el FMI se complica todavía más, ante la imposibilidad del país de pagar las deudas que presenta. Sin embargo, el FMI no ha ejercido presión para que se ejecuten los pagos, sino que se espera que reestructure de nuevo la deuda. Además, se tiene en cuenta la situación actual de la sequía y el cambio climático que están afectando seriamente la situación de Argentina.
Cristina Fernández, por su parte, declaró que el gobierno argentino tiene que revisar la deuda con el FMI y las condiciones bajo las que se hicieron los acuerdo de pago y en las que se firmó el préstamo. El gobierno no propone un cese abrupto del pago de la deuda, sino una reestructuración que considere el crecimiento económico y tecnológico del país.
Entonces, ambas partes, tanto el gobierno argentino como el FMI, coinciden en la necesidad de la reestructuración de la deuda, con el fin de que el país destine los fondos a solucionar los problemas que está causando esta sequía histórica y la crisis financiera vigente (que sigue empeorando). Esto evita el estallido financiero por el motivo del pago de la deuda.
¿Cuáles son las consecuencias de la sequía en Argentina?
La falta de lluvias en el país se han visto desde 2020 y hasta la fecha no ha mejorado la situación, lo que ha tenido un impacto lógico en las reservas de agua argentinas. Se ha llegado a un punto de inflexión, como no se había visto en el territorio, después de estos 3 años de irregularidades pluviales.
El sector agropecuario es, sin duda, el más afectado. Más de la mitad del país ha visto su producción severamente comprometida, lo que se traduce en una disminución significativa en la producción agrícola. Por ejemplo, la soja argentina ha tenido una pérdida del 25% —a lo que el gobierno argentino ha tratado de solventar con un nuevo tipo cambiario: el dólar soja, el cual ha sido poco fructífero para alivianar el impacto económico que ha tenido el déficit de la producción de soja. Con el maíz y el trigo la situación es bastante similar.
La producción ganadera también está viéndose comprometida, ya que los cultivos para su alimentación no están creciendo como deberían. De hecho, hay zonas en las que el pasto no ha crecido en más de 3 meses. El alimento para el ganado, a causa de la escasez, está encareciendo su precio.
La consecuencia de las dificultades de la producción, se espera, será un encarecimiento todavía más grande de la comida, una menor calidad y escasez de productos. Todo esto contribuye a la ya casi insostenible inflación que está aconteciendo.
Las estimaciones en cuanto a las pérdidas económicas apuntan a que la sequía disminuiría un 20% aproximadamente las reservas en divisas del país, en el escenario más optimista. El más pesimista apunta a un 30%.
Hay que aclarar que estas son estimaciones económicas, no financieras. Por lo que hay factores que pueden variar con el tiempo y son escenarios inexactos que estarán afectados por factores que no necesariamente se pueden medir ni controlar. Por supuesto, lo que más afectará es lo que menos control se tiene: si llueve o no, y cuándo será.
La inflación y la devaluación del peso argentino
La inflación se estima en un 100% anual, aproximadamente, en el país. Es posible que esta situación empeore a causa de la sequía, si continúa manteniéndose en el tiempo la situación. La población se ha visto empujada a buscar alternativas para generar ingresos que la ayuden a sobrellevar la inflación, como guía de trading de Forex para principiantes.
Por su parte, la devaluación del peso argentino es un problema más que conocido en el país, que corresponde a un porcentaje bastante parecido al de la inflación. Pero la brecha entre el oficial y el blue es lo que más alarma a la población en general porque no hace más que crecer porcentualmente.
Ya que el blue es el tipo de cambio al que puede acceder la población sin las regulaciones excesivamente estrictas al cambio del Banco Central de Argentina, es el que se suele comerciar entre particulares. Y, además, es el que se puede obtener sin el miedo a un posible corralito. Este tipo de cambio sigue ofreciendo más confianza a los argentinos que la moneda en curso legal.