La directora ejecutiva de Fundación Endeavor Argentina explica por qué Argentina es un "país emprendedor" y cómo puede potenciar a sus emprendedores.
¿Quién hubiera pensado hace 15 años que un grupo de cuatro amigos crearía una multinacional argentina que ayuda a las mayores empresas del mundo a transformarsé ¿Y que un emprendedor fundaría una compañía que tiene una mayor valuación que YPF y está democratizando el acceso al comercio y al dinero en Latinoaméricá Seguramente, nadie.
Y probablemente la mitad de los argentinos sepa que otra empresa ?también nacional? será capaz de generar imágenes del mundo entero en alta resolución, a través de nanosatélites; y que un grupo de emprendedores científicos argentinos está desarrollando una vacuna contra el Síndrome Urémico Hemolítico, contratando talento local y generando conocimiento e impacto social de Argentina al mundo.
Estos son solo algunos ejemplos: cientos de argentinos, desde diferentes puntos del país, que desarrollan soluciones que mejoran e innovan en todas las industrias: desde las más tradicionales hasta las más impensadas para el país que se sabe “granero del mundo”. Lo que los une es el ADN: una mezcla de talento, resiliencia y un propósito claro: “más grande que uno”. Sin dudas, somos un país emprendedor. Y, para que este ADN se multiplique y sea el eje transformador del país, es necesario que se faciliten los caminos para que los emprendimientos puedan crecer; para que el talento se potencie y la energía se mantenga es necesario que haya incentivos y un contexto favorable.
En este sentido, la reglamentación de la nueva Ley de Economía del Conocimiento será una oportunidad para los emprendedores: menores costos laborales, promoción del talento y más oportunidades para integrarse con nuevos mercados. Creará más de 200.000 puestos de trabajo calificados para la próxima década.
El contexto también se va moldeando cuando las grandes empresas comienzan a apostar por los emprendedores. Vemos cómo, de a poco, las firmas más grandes del país como Swiss Medical Group, CCU, Novartis y Tenaris, entre otras, se acercan a los emprendedores: para generar nuevos negocios, acelerar sus procesos de innovación y aportar para el desarrollo del emprendedurismo en el país, a través del capital de corporate venture. El desafío del financiamiento sigue estando latente para todos los estadios de desarrollo del emprendedor. Para las empresas y los inversores ángeles, apostar por start-ups implica un riesgo mayor, pero el impacto que se genera cuando un emprendedor crece es exponencial, económica y socialmente.
En este marco, el rol de Endeavor es clave al ser el puente natural entre el ecosistema emprendedor y las empresas, asesorando a cada parte sobre la mejor forma de trabajar juntos en función de sus objetivos. Hace más de 20 años que trabajamos junto a diferentes actores para consolidar el ecosistema emprendedor argentino y, a su vez, localmente, en las regiones más productivas del país. También, desde nuestro directorio, participamos del debate de políticas públicas para crear mejores condiciones para emprender y hacer crecer empresas.
A pesar de las condiciones, nuestra institución es testigo de varios casos de éxito de emprendimientos que crecieron en contextos más desalentadores que el actual; con esto volvemos a reforzar el espíritu, el trabajo y el talento argentino. El emprendedor argentino se caracteriza por reinventarse constantemente, tiene una pasión y resiliencia únicas, creatividad y vocación que le permiten adaptarse a diferentes escenarios. La clave es visualizarnos como país emprendedor; hacer una introspección de hacia dónde queremos ir en términos de posicionamiento global y generar, cada uno desde su rol, las condiciones para que esto suceda.