Imaginemos una empresa en la Argentina, en octubre de 2020. ¿Cuál es el escenario posible? Sus ejecutivos de varios niveles desde hace meses que trabajan en forma remota. El CEO participa permanentemente en reuniones virtuales y no cuenta con disponibilidad suficiente para pensar, pero es consciente de que es necesario modificar su forma de operar dado que en algunas ocasiones el consumidor funciona diferente o tiene que desarrollar su negocio en el futuro de una manera distinta con el fin de evitar que la competencia pueda desplazarlos. O, ante la pérdida de ingresos en la Argentina, además tienen expandirse a otros países. Sin embargo, no encuentra el momento ni la forma de llevar a la práctica aquellos cambios a realizar. Allí surge como una gran solución el Interim Management.
Se trata de un conjunto de actividades en las que se definen objetivos específicos y plazos que son ejecutados por el Interim Manager, una persona destinada a lograr determinados resultados a través del gerenciamiento a los integrantes de una empresa. Si bien ya existe hace décadas, es un recurso para las compañías y para los ejecutivos especialmente aplicable a la época actual en que deben continuar operando en un entorno difícil y a su vez encarar las adversidades que se presentan. Los recursos existentes no les alcanzan, no cuentan con los conocimientos suficientes o no disponen del tiempo adecuado. Por lo tanto, los procesos de cambios se postergan, lo cual implicaría que el costo, si se calculara, sea muy elevado.
El Interim Manager se incorpora con una responsabilidad muy específica y cuenta con la capacidad para cumplirla en un periodo de tiempo establecido. Asimismo, también tiene por misión formar a un ejecutivo interno para que lo reemplace al finalizar su mandato. Normalmente, al no ser parte del plantel estable, su remuneración/compensación no responde a una estructura preexistente, sino al mercado, por lo que no hay limitaciones para incorporar al candidato adecuado.
En otros países donde ya está desarrollado el Interim Management, existen muchos profesionales que trabajan exclusivamente de esta forma, ya que les ofrece un mayor ingreso mensual, seguido quizás de un período de descanso y la posibilidad de formar parte de proyectos desafiantes sin tener que intervenir en la política de una empresa.
En un país como el nuestro, es posible que las personas adecuadas sean gerentes senior que, dada la situación, se encuentren en la búsqueda de nuevos proyectos. Podrán descubrir en el Interim Management una perspectiva de carrera transformadora, con ventajas respecto de la consultoría, la cual es más difícil de desarrollar por cuestiones de mercado y de innovación.
Una pregunta que surge habitualmente es cómo ejerce su autoridad. La respuesta es que es una combinación de elementos que son habituales hoy en día en muchas posiciones: por sus características individuales, por su know-how o a través de los integrantes apropiados de la compañía. De todas maneras, siempre debe quedar aclarado en el contrato que se realice para evitar conflictos posteriores.
¿Qué especialidades posee el Interim Manager? Las posibilidades son múltiples según lo que se busca lograr. En general son aquellas personas que están en el escalón superior de su área de conocimientos, es decir que probablemente sean profesionales sobre-calificados respecto de sus pares. Pueden ser gerentes generales, financieros, de supply-chain, de manufactura, de sistemas, entre otros. Sus cualidades deben permitirle actuar con independencia de los juegos políticos, concentrarse en alcanzar su objetivo a través de metas exigentes y lograr que su equipo se focalice en cada una de ellas.
Tal como se mencionó, es una solución ganadora para las empresas y las personas que, en el contexto actual, aumentará con tendencia a ser parte del nuevo normal.
Interim Management, un win/win para la etapa actual