Semana económica clave: Nielsen en la Asamblea del FMI, el mensaje de los empresarios de Idea a Alberto Fernández y el nuevo proyecto de promoción de inversiones con el que Macri busca reconquistar a los hombres de negocios.
Faltan apenas dos semanas para la definición electoral y los movimientos de todos los candidatos empiezan a ser milimétricamente calculados, en plan de evitar errores no forzados. Previsiblemente, es la economía el terreno más fangoso para todos. Particularmente para Alberto Fernández, quien suele calmar los ánimos de algunos con gestos y declaraciones promercado para, horas después, elevar el tono de las críticas y retomar un discurso duro para apaciguar el enojo de los otros. En ese marco de administración de tensiones es que desde el búnker del candidato del Frente de Todos se decidió que tanto él como todos sus asesores económicos estarán ausentes, al menos oficialmente, de los dos grandes foros económicos que se desarrollarán esta semana, uno en Washington y el otro, en Mar del Plata.
La Asamblea Anual del Fondo Monetario, que comienza este lunes 14, no tendrá para la Argentina mayor atractivo que el encuentro de la flamante autoridad del organismo, Kristalina Georgieva, con el ministro Hernán Lacunza, más protocolar que otra cosa ya que está confirmado que no habrá más desembolsos hasta una nueva negociación con el presidente electo. Lo más interesante, como siempre, se dará en diálogos de pasillo, encuentros reservados en hoteles y eventos paralelos, Ahí sí dirá presente Guillermo Nielsen, viejo conocedor de ese laberinto y sus corredores, quien aprovechará para una visita también a Nueva York, aunque desde el comité de campaña de Alberto Fernández se ocupan en aclarar que no hay enviados oficiales del candidato a Estados Unidos. Tampoco, dicen, los habrá a Mar del Plata.
En esa ciudad, como todos los años, María Eugenia Vidal dará inicio, el miércoles por la noche, al tradicional Coloquio de Idea. Se trata del foro empresario más distante del kirchnerismo, por lo que la falta de de figuras relevantes de ese espacio inquieta a los organizadores. Por un lado, porque temen volver al tono confrontación que caracterizó la relación con los anteriores gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. La presencia de un nombre de peso del entorno de Fernández hubiera sido, en ese sentido, interpretada como un gesto, un puente al diálogo. Precisamente por eso, sin embargo, el faltazo. Así se les explicó a los organizadores desde la calle México. Estamos en el tramo final de la campaña, no tenemos margen para dar ni un paso en falso, fue el sentido de las palabras con las que la mano derecha de Alberto, Santiago Cafiero, les transmitió el rechazo a la invitación.
Autocrítica por el "silencio" empresario
No sorprendió, en rigor, la respuesta a los ejecutivos IDEA, quienes incluso ponen en duda ahora la presencia en principio confirmada e impresa en el programa del presidente Mauricio Macri, precisamente por el mismo motivo. Entre los actos del ´sí se puede´ y los debates...la verdad es que no sabemos si va a terminar viniendo, se sinceran. Lo concreto, en cualquier caso, es que desde la conducción de la asociación empresaria, que en los últimos años tuvo un fuerte recambio generacional con Gastón Remy y Rosario Altgelt a la cabeza, anticipan su mensaje: no volver a la confrontación de otrora pero tampoco al silencio empresario, casi sumiso, de aquellos años. Eso no puede volver a pasar, aseguran y, como indicio alentador, señalan los más de 200 inscriptos aún en lista de espera y la cantidad récord de sponsors. Ambos parámetros supieron mostrar, en los tiempos kirchneristas, la decadencia de la hoy revitalizada organización. Independientemente del resultado electoral, nuestra agenda tiene que seguir siendo la misma. Eso es lo que queremos dejar claro, aseguran. Le tocará recoger el guante al sindicalista Rodolfo Daer, quien será, en definitiva, quien aporte la voz del candidato opositor, junto a otros cinco gremialistas que lo acompañarán.
Ley de credibilidad (en busca de inversión)
Desde el oficialismo, otra vez Hernán Lacunza y Dante Sica serán los encargados de insuflar alguna esperanza de reactivación entre los empresarios. En ese plan, es probable que se presente un nuevo proyecto de ley de promoción de inversiones que se giraría por estos días al Congreso. Es curioso: el objetivo de esa iniciativa es, en definitiva, ofrecer un seguro contra los propios desaciertos del Gobierno. Una apuesta a recuperar, con formato de ley, la credibilidad perdida.
En el Gobierno creen que, eventualmente, puede resultar un instrumento útil para destrabar la puesta en marcha de unos U$S 50.000 millones de inversión privada que se anunciaron pero nunca entraron en etapa de ejecución. De acuerdo al diagnóstico de la Agencia Argentina de Inversiones que dirige Juan Pablo Tripodi, existen dos elementos clave que frenan esos desembolsos y que el proyecto apunta a superar. El primer escollo es la falta de estabilidad macroeconómica y también normativa -entiéndase por esto los controles de cambios, los cambios de interpretación por los subsidios en Vaca Muerta, modificaciones impositivas- mientras que el segundo es la falta de retorno. Para el primer punto, la propuesta es enmarcar las nuevas inversiones bajo un paraguas que las deje a salvo de cualquier cambio de regulación, ley, decreto, resolución, incluyendo nuevos impuestos o modificaciones en las alícuotas existentes, respecto al momento de inicio de la inversión. Una suerte de seguro de cambio normativo. De haber estado vigente, muchas de las nuevas inversiones no habrían estado a resguardo de la devaluación ni de las tasas imposibles de la economía actual pero sí del control de cambios o de las nuevas retenciones. Seguramente la iniciativa traerá polémica.
Para solucionar el bajo retorno de las inversiones, el proyecto prevé el clásico menú de incentivos fiscales, amortización acelerada y medidas inspiradas en las leyes de promoción de inversión aplicadas (exitosamente) en Colombia, Perú y también Chile. El proyecto de ley entrará por el oficialismo a Diputados y se descuenta que no tendrá chances de tratamiento antes de fin de año. Aunque, quién sabe, tal vez a Alberto la iniciativa le resulte también de alguna utilidad.