Como toda persona que se crio en la Patagonia argentina, Sebastián Serrano conoce a la perfección esos caminos que se vuelven intransitables, esos que son
de ripio, que son rellenados con grana piedra y otros materiales para garantizar el acceso a localidades que de otra manera estarían incomunicadas.
Es toda una gran metáfora que ayuda a entender por qué a la hora de bautizar la que es hoy una de las mayores compañías especializadas en tecnología blockchain y ompra venta de criptomonedas la llamó, justamente, Ripio. Como el ripio, construimos acceso, dice el slogan de la empresa.
Parte de la historia comienza en Choele-Choel, localidad de la provincia de Rio Negro, cuando los padres de Serrano se mudaron allá luego de la compra de una chacra.
A los 8 años se topó con una revista de computación y desde ese momento no hizo más que molestar a sus padres para que le compraran una computadora. Así conoció a su primera Commodore 64, con la que rápidamente comenzó a programar en lenguaje Basic. Luego llegó el entusiasmo por la física y hacer carrera en el Instituto Balseiro de Bariloche.
* La nota completa, en la nueva edición de Forbes