China quiere ser la próxima superpotencia cibernética y ya cuenta con 26 unicornios entre los top 50 del mundo.
De la mano de su presidente Xi Jinping, China avanza a toda velocidad hacia la transformación tecnológica y enfrenta a Estados Unidos en la carrera por liderar el avance científico, en la innovación en productos y servicios, en la capacidad para generar negocios y en la adquisición del conocimiento de ingeniería, entre otras áreas. La supremacía tecnológica norteamericana, profundizada durante la Guerra Fría entre los 50 y 80, generó patentes, Internet, computadoras, celulares inteligentes y hasta cohetes y satélites espaciales, entre otros grandes avances para la humanidad. Pero, ahora, su liderazgo se ve amenazado y puede que tenga sus días contados.
El objetivo de China es ser la próxima “superpotencia cibernética”. Para eso, busca la autonomía científica y tecnológica en base a grandes ejes: expansión de grandes empresas, fomento del ecosistema de start-ups y emprendedores, inversiones y aumento de alta tecnología como Inteligencia Artificial (IA), robótica, big data, computación cuántica, conectividad 5G y potencia de hardware.
Los dos grupos tecnológicos chinos más grandes, Alibaba y Tencent, tienen un valor de mercado que supera los US$ 500.000 millones. Hace tiempo que los productos tecnológicos chinos ?como los celulares y computadoras? dejaron de ser de menor calidad y se exportan con éxito al mundo. Un dato: de la lista de supercomputadoras publicada por Top500.com en noviembre, 202 eran chinas, contra 143 de Estados Unidos. El país asiático cuenta con el mayor mercado de pagos online e invierte cada vez más recursos en I+D.
Los empresarios Jack Ma (Alibaba), Pony Ma (Tencent) y Liu Jun (Xiaomi) lideran la revolución, que ya cuenta con 26 unicornios (las start-ups valoradas en
US$ 1.000 millones o más) entre una lista de los 50 principales del mundo. De todas ellas, la empresa más valorada es Ant Financial
(de Alibaba), que, con apenas seis años, ya supera los US$ 150.000 millones.
Pero el éxito chino no está dado solo por el impresionante crecimiento de sus empresas, sino también por las inversiones que recibe. Porque varias de las grandes tecnológicas norteamericanas, como Apple, Alphabet (matriz de Google), Facebook, IBM y Amazon (AWS), están invirtiendo fuerte en compañías del país de Xi Jinping. Por ejemplo, Google invertirá US$ 550 millones en el sitio de comercio electrónico JD.com, el segundo más importante después de Alibaba y uno de los rivales más fuertes de Amazon en Asia. Ambas empresas anunciaron que investigarán nuevos modelos para facilitar la compra online a los consumidores. “Se espera que los chinos gasten US$ 88.000 millones en 2020”, dijo el presidente de las operaciones de Google en Asia-Pacífico, Karim Temsamani.
La producción de robots en China creció un 35% en 2017 y Eric Schmidt, ex CEO de Google, alertó que en 2025 ese país dominará la IA. Tiene con qué: más de 800 millones de usuarios de Internet activos generan una impresionante cantidad de datos digitales para perfeccionar la IA.
Donald Trump quiere frenar las inversiones chinas en su país. Pero se encuentra en una encrucijada porque, si empieza a dinamitar los acuerdos comerciales entre Estados Unidos y China, debilitaría su propia infraestructura y, a su vez, comprometería a defensa y seguridad nacional, dos ítems clave a la hora de asignar presupuestos para los avances de ciencia, tecnología e investigación.