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Reportaje exclusivo de Javier Milei con FORBES: "Soy áspero y no estoy dispuesto a cambiar"

El Presidente niega que haya atraso cambiario y adelanta su plan económico para el 2025: menos inflación, reducción de impuestos, los tres pasos para salir del cepo, privatizaciones y libre comercio con EE.UU. El rol de Karina. Su pelea con economistas y periodistas. Reivindica sus modales y condiciona al PRO: "Juntos en todo o separados".

Entre todos los regalos que el presidente Javier Milei atesora en su despacho en la Casa Rosada, hay uno omnipresente. No es el tablero de ajedrez autografiado por el niño prodigio Faustino Oro. Tampoco algunas de las camisetas de fútbol de distintos clubes que le obsequiaron en sus giras internacionales. Ni siquiera el casco de Adolfo Cambiasso o la docena de libros de economía distribuidos entre su escritorio, mesas de apoyo o sillas. En medio de la mesa principal reposa "La Sierra del Poder", un regalo del artista Tute Di Tella. Una motosierra enchapada en bronce pulido de 8 kilos, con la leyenda "Las fuerzas del cielo" cortadas en láser sobre la hoja de 75 centímetros. El Presidente la dejó visible en un espacio preponderante "para que los ministros sepan que esto recién empieza. Se los dije: Te dormís y te llevan puesto. Ahora, cuchillo entre los dientes, apretar y seguir".

Milei recibió a Forbes en la Casa Rosada pocos días antes de Navidad. Fue la primera entrevista que concedió a este medio desde que asumió la presidencia. En una charla de casi una hora, adelantó su plan económico para 2025 y lanzó definiciones políticas con amplias repercusiones, como su advertencia al PRO: "En las elecciones iremos juntos en todos los distritos o si no separados; trampas al electorado, no". En la entrevista, profundizó sus metas para el año próximo: más reformas estructurales, baja de inflación y los tres pasos para salir del cepo. Negó que haya atraso cambiario y respondió a quienes comparten su visión del país pero no sus formas.

Nadie está preparado para ser presidente. Usted además es un outsider de la política. A nivel personal, ¿qué fue lo más difícil y cuál fue su mayor satisfacción a lo largo de este año? 

Claramente soy un outsider. Nunca estuvo en mis planes ser presidente hasta que pasaron cosas. Vino la persecución del gobierno de Alberto Fernández (...). Me vi cercenado en la expresión y con las consecuencias que tenía para mi flujo de fondos (...) y entonces me tuve que involucrar, pero consideraba que era muy poco probable tener un resultado que nos permitiera llegar. 

¿Cuándo supo que sería presidente? 

El día que hicimos el sorteo de la dieta de Diputados, en Mar del Plata, nos encontramos que en las escalinatas del Costa Galana se habían juntado más de 10.000 personas. Mi hermana dijo: "Vas a ser presidente". No le erró. Nunca lo había pensado hasta que me dijo eso. Pero me preguntaste cómo había vivido todo lo que pasó. Y respondo: con mucho aplomo. Y, segundo punto, como un trabajo. 

¿Qué balance hace de este primer año de gestión? 

Hicimos lo que prometí en la campaña: bajar la inflación, que la economía se libere de tantas restricciones, reformas estructurales y terminar con la inseguridad, y en lo internacional, alineamiento con EE.UU. e Israel. Desde el plano de la política económica hicimos el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad (5 puntos en el Tesoro, 10 en el Banco Central). El equilibrio en el fisco lo alcanzamos el primer mes. En el balance del Banco Central, al sexto mes eliminamos el cuasi fiscal. Eso no estaba en los libros de nadie y hoy es motivo de admiración del mundo. Al mismo tiempo, sobreajustamos para dar contención social, y mientras que en el gobierno anterior se llenaban la boca hablando de los pobres y cubría el 50% de la canasta básica alimentaria, hoy cubrimos el 100%. Terminamos con los piquetes y los intermediarios de la pobreza, redujimos el Estado a 8 ministerios, eliminamos secretarías y subsecretarías, e hicimos una reforma estructural ocho veces más grande que la que hizo Menem. 

¿En cuánto tiempo cree que la Argentina podría tener una inflación de 2% anual? Cuando termine su mandato, ¿su sueño es una inflación en qué valores? 

La inflación mayorista es una suerte de leading indicator. En los procesos tanto de aceleración como desaceleración inflacionaria, es un indicador anticipado. Recibimos en diciembre una inflación viajando al 54%, equivalente al 17.000% anual. El último dato dio 1,4%, o sea que es un poco más del 15%. Bajamos sustancialmente la tasa de inflación. Al mismo tiempo, tenemos un crawling peg, con el 2% mensual más la inflación internacional, que hoy dice que en términos de la inflación mayorista venimos a un ritmo de una deflación del 1% mensual. 

Pero la inflación para el consumidor está en 2,4%... 

Pero el 2,4% viene casi en línea con el crawling peg. Si hago la descomposición en el IPC entre bienes y servicios, donde servicios está impactado muy fuertemente por los ajustes tarifarios, la inflación de bienes viene al 1,6% y la de servicios al 4,4%. Estamos arreglando el desastre que dejó el kirchnerismo de haber utilizado las tarifas en sentido político para tratar de pisar la inflación. En ese contexto, bienes vendrían con una inflación en torno al 1%, 0,9%, con lo cual también venimos en deflación. En términos de alimentos y bebidas, estás en 0,9%, una deflación mucho más profunda.

Como en las dietas, los primeros kilos no son fáciles, pero se bajan. Pero los últimos kilos son los más difíciles siempre... 

Es cierto. Primero, hay que aceptar que la baja está fuera de manual. La evolución ya es más importante que en la Convertibilidad, el programa económico más exitoso de la historia argentina. Este programa es mejor y mucho más consistente porque está construido desde el equilibrio fiscal. Además, lo logramos sin una hiperinflación previa, sin una expropiación tipo de Plan Bonex, no hicimos controles de precios, sin fijar el tipo de cambio y recomponiendo tarifas. 

Javier Milei  
Tapa Forbes Argentina 
Edición Diciembre 2024 / Enero 2025
Foto: Ale Baccarat
Tapa de la revista Forbes Argentina Edición Diciembre 2024 / Enero 2025. Foto: Ale Baccarat

¿Cuál es el plan para bajar la inflación en esta etapa y para salir del cepo? 

El programa genera una inflación inducida de 2,5% mensual. En la medida que repitamos otro mes con inflación en torno al 2,5% mensual, habilita que pasemos a bajar el crawling peg al 1% y ahí vamos a tener una inflación objetivo de 1,5%. Si eso persiste, estamos en condiciones de ir a una parte vinculada ya a la flotación limpia, y si resolvemos el problema de stock del Banco Central y la base monetaria en el formato tradicional coincide con la base monetaria amplia, estamos en condiciones de abrir el cepo. Se tienen que cumplir esas tres metas para que podamos abrir el cepo sabiendo que no va a generar inestabilidad de la demanda de dinero. Ese es el eje central. Ya tenemos menos inflación que el mundo, porque sacás el crawl y estaríamos en deflación. 

¿Cómo juega en este contexto el hecho de que, por ejemplo, ir de vacaciones a Brasil sea más barato que ir a la costa argentina? ¿Cómo entra esa anomalía en esta secuencia? 

No me parece una anomalía. La anomalía fueron los últimos 20 años de la Argentina. Hay subyacente una discusión de si el tipo de cambio está atrasado o no. En 2002 no se iba nadie de vacaciones. Teníamos un superávit de cuenta corriente, que tuvo un pico de 16 puntos el PBI, después fue 8 y entraban dólares hasta por las orejas. La pregunta es si estábamos bien, porque fue uno de los peores momentos de la historia argentina. Cuando hacés las cosas mal, tu moneda se deprecia y destruís los salarios reales. Yo prefiero salarios de US$ 1.100 y no de US$ 300. 

¿Pero no considera que hoy hay atraso cambiario? 

Sobre esa discusión concreta, primer punto: una forma que refleja que tenés atraso cambiario es que tenés el tipo de cambio fijo y perdés reservas. Argentina en el último año compró cerca de US$ 25.000 millones. Otro indicador de atraso cambiario es que lo cubrís con endeudamiento. Argentina en el último año canceló deuda por US$ 35.000 millones. Y otra forma es que estés sosteniendo el dólar subiendo la tasa de interés. Recibimos la economía argentina con una tasa de interés del 235% y hoy es del 35%. Por lo tanto, no están ninguno de los mecanismos con los cuales generás apreciación cambiaria. 

Pero...

Voy a dar un ejemplo conceptualmente más violento. Una de las cosas que podés hacer es decir: "Mi tipo de cambio real viene dado por la relación del precio de los transables respecto de los no transables". Cuando la relación del precio de los transables cae, se aprecia la moneda. Suponete que partís de una situación de equilibrio. Por algún motivo se reduce a la mitad tu capacidad productiva en el sector no transable; dada la demanda, el precio de los no transables tiene que volar. El sistema está mostrando que se te estaría apreciando el tipo de cambio. Si a partir de eso querés inducir una devaluación, en lugar de arreglar el problema lo empeorás. Porque esos precios que están altos en el sector de no transables es porque tuviste un impacto negativo en la oferta. Están mandando una señal al sistema para que vos inviertas. Si en lugar de dejar que los precios fluyan y vayan hacia ahí les hacés caso a los brutos, estos fanáticos de la devaluación, terminás agravando el problema. Es más, si te pasa tenés una cuestión importante porque quiere decir que tenés que asignar recursos en el sector no transable, que es más intensivo en trabajo, con lo cual genera además que tengas salarios de mayor calidad. 

¿Pero cuál es el impacto del tipo de cambio actual en la competitividad? 

¿Alguien se puso a pensar que todos los que piden devaluación lo que están pidiendo es que los salarios de los argentinos bajen? Si tomás el PBI per cápita en dólares, medido al tipo de cambio paralelo o contado con liqui, subió 120%. Y sin embargo no hay ningún elemento de los que prueban que hay apreciación cambiaria. Esto es bien de econochantas, de un nivel de mediocridad exasperante, hacen el cálculo del tipo de cambio real arrancando con el 2002. ¿Por qué no arrancás desde que empezó la Convertibilidad? Porque te da 700. Cuando tenés un gobierno expropiador, espanta capitales y por ende el tipo de cambio real es más alto, la moneda está más despreciada y, cuando generás confianza, la moneda se te aprecia. ¿Este es un momento en el que se vulnera la propiedad privada o se la respeta? Una forma de ganar competitividad en un modelo de transables y no transables es achicando el gasto público. Bajamos el gasto público 30% en términos reales. Es un conjunto de brutos que no están dispuestos a pensar en algo distinto más allá de un gráfico en el que es muy tendencioso dónde cortás la serie, ignora que tenés períodos fuertes de apreciación consecuencia de si ganás o no credibilidad. Aparte de que cuando decís que el tipo de cambio está atrasado, quiere decir que conocés el tipo de cambio de equilibrio. 

El gran dilema de Argentina... 

Ahí entrás en lo que (Friedrich) Hayek llamaba la fatal arrogancia, porque para poder sacar ese número deberías saber las preferencias de todos los agentes de la economía argentina, por lo menos presente y futura, la tasa evolución de la población... 

Usted es el primer presidente argentino economista. ¿Cómo es el vínculo con el ministro de Economía? 

Es fabuloso. Tenemos un vínculo simbiótico. Estoy orgulloso y feliz no solo de haber elegido a un tipo verdaderamente brillante como es Toto Caputo, sino que además es un excelente ser humano, y me ha generado una felicidad enorme que lo hayan condecorado como el mejor ministro de Economía del mundo. 

Teniendo en cuenta su vínculo con Trump, que abre una nueva etapa en el vínculo entre EE.UU. y Argentina, ¿imagina dentro de este primer mandato un eventual tratado de libre comercio con EE.UU.? 

Es el objetivo. 

¿Y qué impacto podría tener esto en el Mercosur? ¿Estaría dispuesto a salir del Mercosur o evaluar la conveniencia si se pone como obstáculo un tratado de libre comercio con EE.UU.? 

En este momento, soy el presidente del Mercosur. Planteé tres puntos en la agenda. Por un lado, una agenda de seguridad contra el narcoterrorismo. La agenda puertas adentro es empezar a bajar el arancel externo, eliminar las barreras para-arancelarias, empezar a tratar de que pase de ser una simple unión aduanera defectuosa. Al mismo tiempo, propuse que cada uno de los países tenga libertad de poder negociar tratados de libre comercio. Si no, el Mercosur se convierte en una carga, y nosotros lo que necesitamos es comercializar, no cerrarnos. A efectos prácticos, no ha funcionado como una herramienta para promover el comercio. No digo salir del Mercosur, lo que digo es cambiar las condiciones en las cuales nos relacionamos porque nos estamos perjudicando todos. Dentro de esa agenda, vamos a avanzar en un tratado libre comercio. 

Uno de los objetivos que planteó en los últimos discursos es la necesidad urgente de una reforma laboral y, sobre todo, impositiva. ¿Es uno de los desafíos para 2025?

Sí, obviamente. Presentamos una reforma laboral que salió con la Ley Bases y que verdaderamente ha trabajado muy bien (...). Con una reforma laboral que permita ampliar el mercado de 6,5 millones a 14,5 millones de personas, los números previsionales cambian de manera dramática en favor de que los jubilados tengan mejores jubilaciones. Dicho sea de paso, hoy las jubilaciones son más altas que las que recibimos y en dólares se más que duplicaron. Esto es muy importante porque venimos bajando la pobreza de manera sustancial, lo que pasa es que en Argentina se mide de manera semestral. Cuando tenés un indicador creciendo y ponés el promedio, evidentemente el dato punto está por encima del promedio. Esa es una forma de ocultar la bomba que nos dejaron. No estaba sincerada. En Argentina la pobreza se mide por canastas, sacás qué ingresos deberías tener para no ser indigente o pobre... 

¿En qué niveles de pobreza desearía terminar su primer mandato? 

No, no, yo no caigo en esas estimaciones. Yo me ocupo de hacer bien mi trabajo. Después, hay un montón de cuestiones que tienen que ver con las decisiones de los seres humanos que me exceden a mí, sobre todo siendo liberal. Teníamos controles de precios que ocultaban la verdadera pobreza (...). Para diciembre/enero, las estimaciones de González Rosada, de la Di Tella, dicen que era de 57% la pobreza verdadera que nos dejó el kirchnerismo. Hoy ese número está en 46%, la bajamos en 11 puntos porcentuales. Hace más de seis meses que los salarios no solo le vienen ganando sistemáticamente a la inflación minorista, sino que le vienen pasando por arriba a Alimentos y Bebidas. La pobreza va a seguir cayendo. Erradicamos el peor impuesto que hay para los vulnerables, la inflación. La otra forma de seguir bajando la pobreza es generando crecimiento económico. Argentina tocó piso en marzo/abril y a partir de ahí la tasa de crecimiento implícita a hoy sería 10%. Si tomo la última estimación de las cuentas nacionales, el tercer trimestre la economía creció 3,9%.

¿En qué invertiría hoy Javier Milei si fuera empresario en Argentina?

No, hoy trabajo de presidente. Pero Argentina es un buen deal, porque tiene potencial de crecimiento, porque está la recuperación cíclica de la mano de salarios y jubilaciones, está la recomposición de stocks. Al mismo tiempo, el equilibrio fiscal ha hecho que el riesgo país pase de niveles de 3.000 puntos cuando ganamos la elección a hoy debajo de 700, lo cual baja el costo del capital y favorece la inversión. Estamos eliminando la inflación, con lo cual se está eliminando la distorsión de precios relativos y eso favorece la acumulación de capital. Estamos bajando impuestos. Hicimos 800 reformas estructurales. Todos los días quitamos regulaciones. El ministerio de Federico Sturzenegger -que también es maravilloso- saca cerca de entre tres y cuatro regulaciones por día. Se fusionó el trabajo de Federico con el que había hecho intensamente Rodríguez Chirilo y la reforma del Estado. Esa fue la primera etapa y ahora se viene la motosierra profunda. Hicimos un primer gran recorte y ahora vamos a las cosas más profundas, que no es solo desregular y quitar estas trabas, sino que implica una nueva reforma al Estado para achicarlo más todavía. 

¿Cuáles son los puntos más salientes que podemos ver en 2025 de esta profundización de la motosierra?

Vamos a seguir quitando regulaciones. Este año subimos 70 puestos en libertad económica. Pasamos del lote de los peores 35 al medio. Y solamente aplicamos un cuarto de las reformas, todavía nos quedan 3.200 pendientes. Las vamos a ir sacando en la medida en que nos permita el Congreso. Vamos a avanzar en una agenda de privatizaciones y en una profundización de la reforma laboral. En la medida en que salga la reforma laboral podemos avanzar en una reforma previsional. Además, vamos a eliminar cerca del 90% de los impuestos -no de la recaudación-, con lo cual vamos a ir a un sistema que tenga no más de seis impuestos. 

¿Todo en 2025? 

Sí, son las cosas que estamos impulsando en 2025.

Con miras a las elecciones, ¿la alianza con el PRO va a seguir siendo clave o verá según qué jurisdicción si van juntos o separados? 

No hago ese cálculo. Me niego rotundamente. Eso es hacerle trampa al electorado. O vamos juntos en todo o vamos separados. Trampas al electorado, no. Los que estamos del lado de las ideas de la libertad nos ponemos de este lado. Del otro lado no me interesa porque yo no estoy, no tengo nada que hablar con los kukas. Las elecciones van a ser extremadamente importantes para marcar la velocidad de la reforma. La hicimos de una manera rápida, pero el dolor que tuvo que soportar el pueblo argentino durante el primer trimestre, si no hubiera sido porque la política empastaba todo, hubiera sido mucho más breve. 

¿La dinámica de la política es lo que más lo mortifica siendo un presidente outsider? 

Son la máquina de impedir. Defienden ideas que han fracasado sistemáticamente en Argentina y en todos los lugares que se aplicaron. Uno se pregunta por qué defienden estas cosas. Puede ser porque son ignorantes. Pero pueden ser ignorantes con capacidad de aprendizaje. O no quieren aprender porque tienen intereses. Es muy difícil convencer a alguien de que está equivocado cuando sus ingresos dependen de ese error. La política encontró un negocio para la propia casta política y esto pone en jaque su modo de vida. 

La frase del economista Jorge Bustamante: "El problema de Argentina son los lícitos, no los ilícitos". 

No la conocía, pero es brillante esa frase. Los kirchneristas eran cavernícolas. Literalmente. Querían controlar los precios mandando matones a los supermercados. Entraban con las pecheras a apretar gente y a controlar por la fuerza. Lo único que generaban era escasez. Pero en Juntos por el Cambio, la monumental ignorante de Carrió es la responsable de la Ley de Góndolas, que es una suerte de control de precios. La diferencia es que, mientras que el kirchnerista te mandaba los matones, los cobardes tipo Carrió o Prat Gay te mandan a las fuerzas de seguridad, para no tener que hacerlo ellos, pero a los efectos prácticos es lo mismo. Es grave. 

En general, un tercio del electorado no lo va a querer nunca; otro lo va a acompañar siempre. Y hay un tercer tercio fluctuante en la Argentina. ¿Qué le dice a ese sector en este año de ajuste?

Que pulverizamos la inflación, que era una promesa de campaña, y la cumplimos. El ajuste recayó sobre la casta -es mentira que cayó sobre la gente-, porque cuando cortamos la obra pública, les pegamos a los chorros de los políticos. Cuando vamos por una reducción de las transferencias discrecionales de las provincias, es a la casta. Cuando bajamos 10 puntos de déficit cuasi fiscal, se lo sacamos a los bancos. Cuando bajamos los ministerios de 18 a 8, cuando sacamos secretarías y subsecretarías, ¿a quién le pegó ese ajuste? También les pegó a los empleados públicos, pero creo que estamos de acuerdo en echar empleados públicos y que los salarios del sector público caigan. No me pueden decir lo de las jubilaciones porque están en términos reales arriba de lo que recibimos. Menos me lo puede decir el gobierno anterior, que las hizo caer más del 30%. Si tenemos una economía con mucha menos inflación y en un sendero de crecimiento; una economía cuyo PBI está creciendo en términos per cápita; los salarios reales están subiendo; hay menos pobres e indigentes; terminamos con los piquetes; y los sectores vulnerables son contenidos hasta que se puedan reinsertar; y además somos un país modelo a nivel internacional, con el reconocimiento de las grandes potencias. 

¿Qué les diría a los que lo apoyan dentro del espacio del PRO, que comparten su visión y aplauden su coraje, pero que a veces se sienten incómodos por su estilo y sus formas?

Supongamos lo siguiente. Te doy dos cajas cerradas para elegir. Hay una muy desprolija y otra estéticamente brillante. La que tiene un montón de falencias estéticas está llena de lingotes de oro. La muy linda está llena de estiércol. ¿Con cuál te quedás? Que prioricen que estamos haciendo el mejor gobierno de la historia. Quizás ese coraje que me reconocen tiene como contrapartida que tengo formas ásperas. Pero arreglar los problemas que tenía la Argentina cuando llegamos requería de una dosis de coraje fuerte. Eso votaron los argentinos. ¿Cree que los argentinos no sabían que yo era una persona áspera?

Le cuestionan que esos modales pueden ser perjudiciales para la república...

Sí, también están todos esos ñoños republicanos que parecen adolescentes con déficit de IQ, que hablan de las instituciones. ¿Alguna vez violé la Constitución? Los imbéciles disfrazados de constitucionalistas que me acusan de hacer decretos, ¿no está contemplado dentro de la ley? "No me gusta". Es un tema de preferencia, no estoy violentando las instituciones (...). Porque la casta no son solo los políticos corruptos, también son los empresarios prebendarios, los sindicatos que hacen cosas a espalda de sus trabajadores y los profesionales, es decir, los econochantas, los encuestadores que venden las encuestas con el número que usted quiere, los periodistas ensobrados. 

Permítame ser corporativo, Presidente. Cuando dice "periodistas ensobrados" tiene que tener alguna prueba, si no es una acusación muy fuerte... 

¿Es correcto que los periodistas mientan, calumnian, injurien, extorsionen a la gente? En el mundo de hoy, que es más horizontal, en el cual los medios perdieron el monopolio de la palabra, si ellos golpean se tienen que bancar el vuelto. ¿Irías a ver una pelea de boxeo donde uno de los púgiles está atado y el otro le pega todo lo que quiera? Las redes sociales rompieron esas cuerdas. Esos púgiles que se creían tan grandes y tan fascinantes no son ni grandes ni fascinantes; y el otro, tan curtido de todo lo que le pegaron, cada vez que le pone un cazote, lo duerme.  

La extorsión es un delito, es otra cosa. 

El día que dejen de mentir como lo hacen, de calumniar como lo hacen, pueden tener una pretensión moral de ser tratados como seres nobles. Mientras no lo hagan, no pretendan que los traten como reyes y dioses cuando se dedican a basurear y ensuciar la vida de la gente. 

Pero, Presidente, digo de diferenciar entre una crítica o una opinión en la que usted no está para nada de acuerdo de una acusación de un delito. 

Tuve la campaña sucia más grande de la historia de la humanidad. No tengo problemas con la crítica, estoy en contra de la mentira, el problema es que hay muchos periodistas que mienten. El otro día lo hablábamos en Olivos con el profesor Juan Carlos de Pablo: "Ponete 5 minutos a hablar de un tema que sabés y te grabás". Cuando lo desgrabes, vas a encontrar que dijiste un montón de estupideces, y es un tema del que sabés. Imaginate a los periodistas, que son un océano de un milímetro de profundidad. Porque en general son todos unos ignorantes; opinan de Economía y no saben de Economía; opinan de Derecho y no saben. Se quedaron con la idea de los editorialistas de los 80, pero para eso tenés que tener otras virtudes. Perdieron el eje central. En el periodismo, la estrella es la noticia, no la opinión de alguien que no tiene formación al respecto. De qué me vale la opinión de un millón de personas sobre economía si no saben nada. 

No está dispuesto a que el Presidente de la Nación domestique al "Javo" Milei... 

No estoy dispuesto a cambiar. A mí me votaron por ser como soy. Yo no soy un engendro del coaching. Una de las cosas por las cuales admiro a Santiago Caputo y soy feliz trabajando con él es porque en ningún momento tuvo la osadía de querer cambiarme. No voy a ficcionarme. Yo soy el que soy. Te gusta, bien. ¿No te gusta? No me votes (...). Estoy cumpliendo con todas las promesas que hice, algo inédito para la política. Prefiero decir una verdad compleja antes que una mentira agradable. 

¿Siempre tuvo esa personalidad, esa parte áspera? 

Es parte de la marca Javier Milei. 

¿Cómo lo fue manejando a lo largo de la vida? ¿Fue cambiando desde cuando era arquero de fútbol, por ejemplo? 

La personalidad del arquero es muy fuerte. El arquero es el que se viste distinto, el que entrena solo, el que puede jugar con las manos, el que tiene un entrenamiento específico. Cuando tu equipo hace un gol, festeja todo el equipo y vos estás solo. Cuando el gol entra, tenés toda la responsabilidad. El penal, que es la pena máxima, es un tipo disparándole a otro que está dentro de un marco de 7,32 por 2,44. ¿Por qué los arqueros son los héroes en las definiciones por penales? Atajar un penal no es fácil. Tenés que tener una personalidad muy, muy fuerte. Si a eso le sumás que fui cantante de rock... Ves al cantante de rock, al arquero y al economista. Un tipo con esas características que los argentinos decidieron que fuera su presidente. No les mentí en nada y hoy sorprendemos a todo el mundo con las reformas que estamos haciendo y los logros que estamos obteniendo. Hay gente que lo cuestiona, eh. 

¿Le cuesta pedir disculpas? 

Estuve en la misa del Gordo Dan e hice una autocrítica de que me equivoqué, por ejemplo, cuando lo eché a Ferraro. No tengo ese problema, entiendo que me puedo equivocar. El problema es que muchos proyectan. 

En 2024 fue reconocido como uno de los líderes más influyentes del mundo. ¿Cuál es su antídoto para evitar la obsecuencia y para controlar la vanidad? 

Así como Maradona se motivaba mirando Rocky IV, yo me motivo mirando Los 10 mandamientos. Todos saben que soy un estudioso de la Torá y un ferviente admirador de Moisés. De hecho, tengo un mural en Olivos que me regaló mi amigo Nik, con una parte de la película, cuando se abren las aguas del Mar Rojo. Tiene una serie de lecciones para la libertad maravillosas. Estaba el pueblo judío frente al Mar Rojo y venían los egipcios que querían hacer una carnicería. El pueblo le pedía a Moisés que le pidiera a Hashem que abriera las aguas y él les decía que vayan y crucen. Ninguna de las partes cedía. El príncipe heredero empezó a caminar y cuando tenía el agua a la altura de los ojos tenía que decidir si avanzaba o volvía. Creyó en el Creador, avanzó y se abrieron las aguas. Ser libre es una decisión y hay que tomar riesgos. Algo que lo caracterizaba a Moisés era su gran humildad. Si este ser tan maravilloso no se subía al pony, ¿vos quién sos? Cuando el ego empieza a mostrar facetas fuera de los datos, estamos en problemas. 

¿Tiene un detector para sentir cuando le sucede? 

Sí, mi hermana: me recontra caga a puteadas si me engancha meando afuera el tarro.

¿Va a ser candidata su hermana? 

No lo creo. El otro día estaba desde Italia dando una nota, me lo preguntó Luis Majul, se lo preguntamos y dijo que no. Igual yo no me meto con esas cosas. Porque yo recuerdo que en diciembre del 2018 le dije a Alberto Benegas Lynch (h) que ni loco y, sin embargo, mire dónde terminé. Lo que yo entiendo, y mi hermana me manifiesta, es que está construyendo la herramienta política para que podamos estar confortables en nuestros armados políticos. Eso es lo que a ella la motiva y la mueve. 

Aparte de ser su cable de tierra, ¿qué es su hermana para usted?

Es la tierra. Es quien no me permite tener ni el más mínimo desvío de nada. 

¿Qué mensaje de fin de año quisiera compartir con la audiencia de Forbes y con todos los argentinos? 

Cuando estábamos haciendo la campaña dije que íbamos a hacer a la Argentina grande nuevamente y ponerla en el sendero que la convierta en 40 años en una potencia mundial. Lo estamos haciendo y lo vamos a seguir haciendo. Mi sueño es que, cuando termine mi desempeño en la función pública, Argentina sea el país más libre del mundo. No voy a descansar un minuto hasta asegurarlo. 

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