Con 26 años de experiencia corporativa, Juan Ignacio de la Torre, VP senior y gerente general de Fiserv para Argentina, Uruguay, Chile y Perú, está acostumbrado a los cambios. Pero este año en particular fue intenso para el mercado de medios de pago y adquirencia en Argentina. Fiserv, proveedor global de pagos y tecnología financiera, conoce en detalle el mercado argentino: First Data compró Argencard a fines de 2006; en 2019 se fusionaron First Data y Fiserv, que a su vez tenía otro negocio de licencia de software y procesamiento core bancario.
En el mercado local son reconocidos, entre otros aspectos, porque PosNet, que se usa como genérico en la industria, es en realidad una marca de esta organización. "Esta es una industria que pasó por muchos cambios. Y este es un negocio en el cual, a la hora de desarrollar productos, es muy importante tener la posibilidad de escalarlos. Latinoamérica en general, y Argentina no es la excepción, tenía algunas anomalías en la estructura de mercado, con ciertas exclusividades que le ponían un límite a la posibilidad de crecer", asegura el ejecutivo. Y agrega: "En su momento, hacíamos lo que el mercado nos permitía, que era llegar con un negocio de terminales. PosNet era nuestro negocio principal".
Que se convirtió en un genérico...
Sí. Pero nuestro negocio es llevarles soluciones a los clientes a través de la tecnología. Les distribuimos medios de pago, les permitimos trabajar con distintos medios de pago y acercamos nuevos productos. Tenemos pago con transferencia, aceptamos todas las billeteras (o les permitimos a los comercios que trabajan con nosotros aceptar todas las billeteras) y, entendiendo la dinámica de lo que pasa en Brasil, fuimos los primeros en ofrecerles el Pix a los comercios argentinos y aceptar el Pix de los brasileños que vienen. Esa es una de nuestras ofertas.
¿Y las demás?
Les llevamos a los comercios productos financieros. Hay una necesidad insatisfecha del lado de los comercios en cuanto a productos financieros ágiles y fáciles, y tenemos la tecnología que permite vincular a las entidades financieras con los comercios. Y llevamos soluciones de software. Clover juega un papel esencial en eso. Lo que era el viejo negocio de PosNet estaba limitado a la aceptación de medios de pago, pero Clover nos abre un horizonte mucho mayor.
Ahora la tarjeta se apoya...
Fue un gran cambio en la industria. Hicimos la inversión para que todas nuestras terminales soporten transacciones contactless o NFC con billetera sin necesidad de usar el QR. Es un hábito que de a poco van incorporando los clientes, tanto el comercio como el usuario.
Hace un tiempo se reglamentó que sea obligatorio acercarle la terminal al usuario...
Lo impulsamos junto con el resto de la industria. Es súper importante desde el lado de la seguridad que la terminal vaya a la mesa y no la tarjeta a la terminal. Son terminales preparadas, no pierden la conectividad. Permiten que la gente pague también con el celular y tenga el control de la transacción. Además, tienen incorporada la tecnología para propinas. Ya teníamos el producto, pero primero hay que inculcar el hábito, y para inculcarlo, si la terminal llega a la mesa y al momento de pagar sale directamente (como en Clover) la opción en pantalla para agregar la propina, es mucho más ágil.
¿Por qué no se usaba antes?
Había varias barreras. La primera es un tema regulatorio laboral, si el comercio (o restaurante) les permite a los mozos cobrar la propina, eso era remuneración. Hoy ya es lo mismo, no importa que sea con efectivo o que sea con medio de pago electrónico, no es remuneración. Vemos que va incrementándose la cantidad de comercios que lo aceptan y todos los días hay un progreso. En el fondo, le estamos facilitando la vida a la gente, antes vos ibas a comer y tenías que pasar por el cajero a sacar plata para pagar propina. Pero en la medida en que ven que otro restaurante lo acepta, es un buen incentivo.
¿Qué falta?
Ahora viene la segunda fase, que es eliminar algunos impuestos que quedan en el medio (el impuesto a los débitos y créditos), que la propina se pueda pagar antes y no haya que esperar todo el ciclo de pago de una transacción con tarjeta... Todo eso se está trabajando como industria, no es fácil, pero el objetivo es tenerlo. Ya solo haber removido esa barrera está generando mucha más adopción. De nuevo: tenemos una tecnología buena, fácil, ágil, que lo permite. Así que es un cambio importante y conecta con el otro de la terminal en la mesa.
También se terminó de concretar la interoperabilidad del QR...
Estamos llegando y estamos un poco mejor. La interoperabilidad es súper importante porque en el fondo le deja al comercio la libertad de elegir con qué QR quiere trabajar y facilita el pago para el usuario. La regulación está y estuvimos trabajando con Mercado Pago, ellos tienen que hacer una actualización masiva de sus aplicaciones, que están en proceso, y nosotros una actualización masiva del software de las terminales, que también estamos en proceso de hacerlo. Estamos en la última milla de un cambio súper importante que les va a dejar a los comercios la total libertad de trabajar con el proveedor que quieran. Se eliminan las fricciones, como en la propina. Son cosas que suceden solas con la tecnología, que no necesitan una conversación.
El usuario quiere pagar e irse...
Tal cual. El objetivo es facilitar. Que el comerciante se pueda dedicar a vender y no tener que estar perdiendo tiempo en entender que para una cosa necesita usar algo, para otra necesita otro, que le demore el proceso de pago. Y para los clientes, lo mismo, puede ir y pagar con el celular de la manera que quiera, con tarjeta, QR. Cada vez hay más opciones. Los medios electrónicos de pago le ganan al efectivo.
¿Cómo está la Argentina en términos de adopción de medios electrónicos?
Los mercados desarrollados prácticamente no tienen transacciones en efectivo. Todavía estamos lejos. Estamos más atrás que Brasil, pero por encima de la media de otros países de América Latina, como Colombia y México. Tenemos un gran tema: la economía informal. No se puede negar que tiene una participación súper importante y eso tiene que ver, sobre todo, con la carga impositiva. De alguna manera, los incentivos en la estructura impositiva están puestos al revés, para incentivar el pago en efectivo. Cuando alguien vende con medios de pagos electrónicos, lo que cobra en una cuenta lleva impuestos de débitos y créditos, pero lo que se mueve en efectivo no. Es 1,2%. Muchas veces se habla de que hay un recargo del 10% para el cobro con tarjeta.
¿Cómo se llega a ese número?
El arancel más caro que cobramos para venta con tarjeta de crédito es de 1,8%, y de ahí para abajo. Tenés el impuesto de débitos y créditos. Cuando se le acreditaba un pago con medios electrónicos llevaba a retenciones de impuestos nacionales y provinciales. Ahora se eliminó la retención de los impuestos nacionales, pero sigue estando la retención de los provinciales. Es un gran avance, pero hay que seguir trabajando. Incluso a pesar de esto, los medios electrónicos van ganando espacio. A la gente no le gusta andar con plata encima. En la medida en que sigamos removiendo los incentivos al efectivo y lleguemos a nivelar las condiciones, vamos a ir a lo que pasa en los países más desarrollados.
¿Qué medios de pago electrónicos se usan más en Argentina?
Cuando miramos por cantidad de transacciones, lo que más crece son los pagos inmediatos (o sea, teléfono con QR). En tarjeta de crédito es una menor cantidad de transacciones pero de montos más altos, sobre todo por las cuotas. De eso se trata: de tener distintas opciones para que cada uno elija.
Otro de los sectores con movimiento es el de transporte. ¿Van a sumarse?
Cuando miramos a nivel mundial, el transporte nació primero en efectivo, después se fue a las tarjetas de transporte con exclusividad y ya vemos en otros mercados donde eso se abre. Es lo que está sucediendo en Argentina: abrir la exclusividad de SUBE a otros medios de pago. La decisión que se tomó cuando se viabilizó esto es: Nación Servicios es un empresa del Banco Nación, que es la que administra la SUBE, y se le dio la exclusividad para manejar la aceptación de otro medio de pago. Estamos interesados en participar, pero hoy estamos impedidos porque ahí hay un espacio que se le dio a Nación Servicios. Así que en la medida en la que eso se flexibilice claramente tenemos el conocimiento y la tecnología para hacerlo.
Si se flexibilizara, les interesaría...
Exacto. Pero también es entendible, Nación ha hecho una inversión en la tecnología de la SUBE, entonces el paso natural es reaprovechar esa inversión para aceptar otros medios de pago. En la medida en la que el juego se vaya abriendo, vamos a estar participando.
Otra solución que tienen en Uruguay son las tarjetas bimonetarias. ¿Podría hacerse acá también?
Lo hacíamos en Argentina cuando estaba la convertibilidad y lo hacemos en Uruguay. De alguna manera, las tarjetas de crédito ya son bimonetarias: cuando consumís en otro país, tu resumen de cuenta tiene un saldo en pesos y uno en dólares. Hay gran parte del camino que ya está recorrido. El termómetro más cercano es el mercado uruguayo y funciona. Quizás lo más complicado es coordinar a todo el ecosistema, porque el desafío que hay en un mercado donde hay muchos adquirientes y procesadores es que todos estén listos, porque si uno solo está listo no alcanza. Y eso es lo que estamos trabajando junto con las marcas.
¿Cómo funcionaría? Si quiero comprar un electrodoméstico...
El comercio te da un precio en dólares y la transacción se hace en dólares. Si es en débito, se debita en la cuenta en dólares; si es crédito, el día de mañana te vendrá en el saldo en dólares. El comercio cobra en dólares, tiene una cuenta en dólares y cobra en una cuenta en dólares. El banco emisor también paga en dólares. Los comercios tienen que tener cuentas en dólares y tienen que estar preparados para facturar en dólares y llevar la contabilidad bimonetaria. Son varios cambios. ¿Es imposible? No.
Pero todavía es incipiente...
Correcto. El tema es terminar de alinear con todo el resto del ecosistema. Por el blanqueo hay más depósitos en dólares y todos queremos facilitar el movimiento de ese dinero para dinamizar la economía.
Muchas veces, la realidad va más rápido que las reglamentaciones...
El ideal es que haya menos restricciones y dejarlo librado a la creatividad de los participantes de la industria. Clover, por ejemplo, es un ecosistema abierto que permite que cualquiera desarrolle una aplicación, la suba al Clover Market, y tiene a disposición nuestra red de comercios y todas las Clover que ya están instaladas. Hemos invertido muchísimo y vamos a seguir invirtiendo en crecer en la cantidad de Clovers. Argentina es el segundo mercado (después de Estados Unidos) en cantidad de Clovers disponibles en el mercado.
En el CEO Summit, dijiste que Fiserv quería pasar de ser un proveedor de aceptación de pago a un proveedor de soluciones para el cliente...
Exacto. Nosotros no emitimos tarjetas, no tenemos una marca de tarjetas, les hacemos llegar a los comercios medios de pago que son de otros, productos financieros que son de los bancos y softwares que son de terceros. Somos un canal de distribución de soluciones a comercios. Por eso lo planteamos de esa manera. Y administramos un ecosistema abierto. Y si hablamos de procesamiento emisor, hay otro abanico con otros clientes que no son comercios, sino instituciones financieras a las que les procesamos los medios de pago con los que quieran trabajar. Históricamente hemos estado muy asociados a Mastercard y ahora tenemos nuestros primeros clientes que nos han confiado para que les procesemos sus tarjetas Visa. Desde el centro de procesamiento que tenemos en Parque Patricios procesamos para toda la región todas las marcas. Así que es algo en lo cual también estamos poniendo mucho foco para ofrecerles a nuestros clientes en Argentina la posibilidad de procesar todos los medios de pago con nosotros.
Teniendo en cuenta la caída generalizada del consumo, ¿qué perspectivas ves? ¿Cómo prevén cerrar el año?
A nivel compañía, invertimos mucho. Como dato, el año pasado duplicamos nuestra base de Clover, incluso en pleno proceso de restricciones a las importaciones, con un aporte de nuestro accionista. Estamos en camino de hacer lo mismo este año. También tenemos una ventaja: estamos creciendo en las soluciones que les llevamos a los comercios, entonces puede ser que el volumen de compras con algún medio de pago haya estado más flojo, pero tenemos más productos para llevarles a los comercios y nuestra posibilidad de crecimiento es mucho mayor que algún problema coyuntural. En cuanto a la economía, marzo y abril fueron los meses más complicados, pero dejamos de ver una caída y estamos viendo un rebote.
Hacia adelante, ¿qué tendencias ves?
Las ventas por comercio electrónico crecen más rápido que las presenciales. Sacando el pico de la pandemia, es una tendencia creciente. Y el uso del celular cada vez se incorpora más. El nivel de penetración depende de la franja etaria, pero definitivamente los medios electrónicos le van ganando al efectivo. Hay distintos productos y desarrollos, pero todos apuntan a lo mismo: hacer que el proceso de pago sea lo menos friccionado posible.
¿Harían su propio medio de pago?
No es nuestro negocio ni nuestro foco.