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Por qué para el número uno de Corteva "el campo tiene la oportunidad de ser el motor de crecimiento del país"

Florencia Radici Forbes Staff

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Juan Lariguet, presidente de Corteva Agriscience para la región Cono Sur, explica el rol de la compañía para lograr que Argentina pase a producir 200 millones de toneladas de granos para abastecer al mundo de las 130 toneladas que produce hoy. Productos biológicos, protección de cultivos, edición génica y biocombustibles, algunos de los ejes de trabajo.

16 Diciembre de 2024 07.31

Ingeniero Agrónomo por la UBA, el camino de Juan Lariguet presentó numerosos desafíos que lo llevaron a aprovechar oportunidades y reconstruir. De hecho, cuando vino de su pueblo natal de Intendente Alvear, La Pampa, a estudiar a Buenos Aires, un tema burocrático hizo que no pudiera arrancar la carrera cuando él lo planificaba. Entonces, en el durante, estudió paisajismo. En 2008 llegó la oportunidad de ingresar a Corteva, como pasante de Servicios al Cliente. Así, se quedó en la multinacional del agro, donde ocupó diferentes roles, incluida una asignación temporada en Estados Unidos. También fue líder de Categoría Semillas y líder de Marketing para Semillas Latam. En 2021 se convirtió en director de Marketing de Región Mesoandina, en México. Y finalmente, desde 2022, es presidente de Corteva Agriscience en la región Cono Sur
"Cuando miro mi carrera hacia atrás, una de las cosas que más valoro con mirada de hoy son las relaciones. El haber forjado relaciones, el trabajar en equipo, el hacer que las cosas sucedan y que seamos un grupo de personas involucradas. Sin importar el rol que me tocó ir cumpliendo dentro de la organización, es y seguirá siendo la herramienta fundamental como profesional. Porque si uno pretende hacer las cosas solo es difícil. En cambio, si sumás voluntades, esfuerzo y miradas, podés generar cosas más que significativas", hace un balance Lariguet de sus más de 17 años de carrera. "Tuve la oportunidad de vivir fuera del país y fue una experiencia increíble desde lo profesional y familiar. Fue conocer más gente, más realidades, más culturas. Al final del día, ese es el capital que uno se queda para uno", añade.

Y, en el camino, quizá tuviste que ir recalculando... 

Uno tiene que tener claro el rumbo. Y en la vida, igual que en los negocios, el camino no es recto, sino que está lleno de curvas sinuosas. Uno de los principales atributos es aprender a tener capacidad de adaptación. A veces cuesta más, a veces sale más fácil. Pero sí hay algo que para mí es fundamental es el poder ver en las situaciones difíciles la oportunidad para hacer algo. Después veremos qué. Pero siempre tratar de entender los problemas como una oportunidad. Se vuelve un motor, un combustible para poder seguir adelante y acelerar o mejorar cosas.

¿Cuáles son los desafíos de tu rol actual? 

Siendo alguien que vivió en el campo desde chiquito, tener la posibilidad de liderar una de las grandes compañías enfocadas 100% en soluciones para el agro me llena de orgullo. Más aún liderando la región desde mi país, sabiendo que Argentina está frente a una oportunidad inmejorable. Como uno de los grandes 10 países agroindustriales del planeta tenemos una oportunidad inmejorable de crecimiento hacia adelante. Argentina es un país que en los próximos años puede, de la mano de la tecnología y de las ganas de emprender de los productores, producir 200 millones de toneladas de granos, de cereales, persiguiendo el poder abastecer al mundo de alimentos y combustibles de una manera sustentable. Somos el tercer país productor de maíz y exportamos el 70% como grano, mientras que nuestros competidores transforman el 70% de ese maíz. Somos el tercer país productor de soja a nivel mundial, pero llevamos un estancamiento en ganancia genética donde Brasil y EE.UU. han crecido fuertemente en la última década. Argentina se quedó por falta de marcos normativos que permitan la inversión.

¿Qué se necesita para que ese potencial se concrete?

Sin duda, inversión. El reconocimiento de la propiedad intelectual es la mayor inversión para el futuro. Y en ese aspecto es que pongo la palabra orgullo cuando digo qué es lo que representa hoy mi función dentro de esta empresa. Somos un actor que trabaja de manera colaborativa en esta agroindustria. Desde finales del 2021 promovimos el lanzamiento de un sistema llamado Sembrá Evolución que está basado en la legislación vigente, reconociendo en las patentes de la tecnología un eje central para generar inversiones en un cultivo tan importante como es la soja en Argentina y que parece hasta loco pensar que lleva décadas de estancamiento en ganancia genética para generar mayor producción, mayor productividad. A partir de ese sistema en colaboración con los principales actores de la industria es que la inversión volvió al país y después de décadas los tres bancos de genética más grandes del planeta están invirtiendo en Argentina. Hoy está pasando con un sistema montado 100% en acuerdos entre privados basado en la legislación vigente y sin ningún tipo de intervención estatal. Es posible porque hay ganas por parte del campo argentino de crecer, de apuntalar ese desafío de generar 200 millones de toneladas, y hay ganas por parte de las empresas de I+D de acelerar la adopción de nuevas tecnologías. La inversión y el descubrimiento de nuevas tecnologías va más rápido que el marco normativo. Entonces, es importante avanzar en ese sentido para sortear los desafíos climáticos que enfrentamos en esta fábrica a cielo abierto que es el campo.

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Juan Lariguet ingresó a Corteva hace 17 años como pasante y hoy es el número uno para la región del Cono Sur. 

¿Cuál es hoy el problema más acuciante de la macro?

Hoy nuestro mayor desafío es pasar de 130 millones de toneladas métricas producidas a 200. Argentina tiene ambientes productivos con la capacidad de entregarlas. Sin duda, un ordenamiento desde la macro va a generar previsibilidad hacia el futuro, como en cualquier industria es necesario un planeamiento estratégico. Nuestra función es apoyar a los productores para generar producción de alimentos y biocombustibles de manera sustentable y rentable. Nuestro mayor interés es impulsar la rentabilidad en el sector. La innovación tiene que ir de la mano de un crecimiento económico para el sector agroindustrial y para el país. El 65% de las exportaciones que realiza Argentina son de la cadena agroindustrial, si pasamos de 130 a 200 millones de toneladas es inevitable que Argentina crezca. El campo tiene el desafío y la oportunidad de ser el motor de crecimiento de este país.

¿Cuáles son los desafíos globales a los que busca responder Corteva? 

Primero, la seguridad alimentaria. Si somos un jugador que está presente tanto en la generación de semillas y biotecnología como en protección de cultivos para que esos cultivos rindan más, la seguridad alimentaria es un desafío global y un motor para que invirtamos más de US$ 4 millones por día en I+D. Estamos en un mundo que enfrenta cambios: somos una fábrica a cielo abierto y el clima es vital para expresar al máximo el potencial de rendimiento de un cultivo. Entonces, adaptamos los cultivos a condiciones extremas, porque queremos estar preparados para producir más y mejor en cualquier ambiente. Y, tercero, la transición energética. Estamos convencidos del rol que el agro puede jugar en la movilidad del futuro a través de innovar en el tipo de cultivos que producimos. Corteva hoy está a la vanguardia investigando en un montón de especies a través de las cuales creemos que podemos aportar, generando dobles cultivos en superficies donde hoy hay solamente uno y poder generar un negocio para los agricultores vinculando a quienes producen combustibles con quienes producen esa tierra. Somos una empresa que quiere brindar soluciones innovadoras para el productor agropecuario en los más de 100 países donde participamos.

¿Cómo lo hacen?

Corteva tiene seis líneas de negocio en las que apunta a generar su crecimiento futuro basado en estos tres desafíos. Por ejemplo, somos líderes a través de nuestras marcas en los negocios y países en los que participamos con semillas de maíz principalmente. Somos líderes en la producción de semillas de maíz de EE.UU. (el mercado más grande a nivel mundial) y queremos ser líderes en Argentina y en Brasil. Somos líderes en algunos países donde participamos con el negocio del girasol y queremos seguir haciendo crecer ese negocio, el del sorgo y el del trigo. Semillas es un pilar principal y es de la mano de biotecnología. Corteva está decidida a poder montar paquetes biotecnológicos 100% propiedad de Corteva en nuestra genética y estamos en una visión de poder abrir esa genética y esa tecnología al mundo.

¿Qué significa eso? 

Que otros colaboradores y otras empresas semilleras locales en diferentes lugares (Argentina puede ser uno de ellos) puedan acceder a nuestro paquete de genética y tecnología para que sus clientes puedan tener nuestra línea de trabajo que, consideramos, es la mejor en cada uno de los países en donde jugamos.

Trigo- Alimentos- Inflacion
El 20% de las calorías consumidas como alimento en el mundo vienen del trigo, por lo que Corteva está trabajando para mejorar el rendimiento.

¿Y en productos biológicos? 

A partir de nuestras inversiones en los últimos dos o tres años adquiriendo empresas e invirtiendo a nivel interno en investigación nos transformamos en la empresa líder a nivel mundial en productos biológicos. Hoy, son un mercado cercano a los US$ 10.000 millones en el mundo en cultivos extensivos  e intensivos. Es un mercado que tiene una tasa de crecimiento compuesto cercana al 14% anual por los próximos 10 años. Argentina puede jugar un rol clave, hay que romper la barrera entre el rendimiento actual y el potencial, y la única manera es siendo eficiente en el uso de insumos. Por ejemplo, lanzamos un biofertilizante llamado Utrisha o BlueN (de acuerdo a sus presentaciones) que es una bacteria que fija nitrógeno del ambiente y lo aporta nitrógeno a un cultivo de maíz o papa para achicar esa brecha de rendimiento.

¿Qué otras líneas hay? 

Sumamos nuevos productos de protección de cultivos en la manera tradicional con una química cada vez más sustentable, en donde hemos demostrado en los cinco años de vida de Corteva que pudimos lanzar entre 150 y 200 nuevos productos. Por ejemplo, para nuestra región estaremos lanzando Adavelt, que es un fungicida orientado a los cultivos intensivos en una primera instancia. Hay muchos nuevos productos de protección de cultivos que se suman a lo que ya hicimos. Solo por resaltar el caso más relevante en Argentina: viene de la mano del sistema Enlist, de control de malezas, con una biotecnología montada en cultivos de soja y maíz a través de la cual los productores pueden acceder a Colex D, que es una tecnología de formulación que les permite tener un amplio espectro de control de sus malezas en el campo.

¿Y hacia adelante? 

La edición génica es el cuarto pilar de crecimiento. Es una innovación desde el punto de vista de lo que podemos o no hacer con un cultivo en un campo. A través de la edición génica podemos acelerar los procesos generando resistencia a enfermedades o tolerancias a estrés, podemos mejorar la calidad nutricional de nuestros cultivos o la calidad desde el punto de vista de combustibles. Corteva, con más de 500 patentes, tiene una de las mayores capacidades operativas para edición génica en el mundo. Pero hay un montón de otras empresas especializadas, con lo cual estamos haciendo asociaciones. Esto nos va a servir para acelerar los procesos de innovación en cada uno de los países donde jugamos.

¿Y en biocombustibles? 

A partir de esa creciente demanda por una transición energética hacia biocombustibles nos vemos en la obligación de generar líneas de trabajo en ese aspecto. En noviembre anunciamos una asociación con British Petroleum en la cual buscamos desarrollar nuevos cultivos enfocados en combustibles, orientados a aviación, pero que se pueden abrir a un montón de nuevos usos en el futuro. Anunciamos estar enfocados inicialmente en dos cultivos: Canola y Brassica Juncea (una especie de mostaza). Ya estamos haciendo ensayos en Argentina con estas especies y estamos convencidos de que Argentina va a generar un rol clave en la generación de biocombustibles a partir de cultivos alternativos y de maíz.

Campo De Maíz
Uno de los principales objetivos del agro es que Argentina pase de las 130 toneladas que produce actualmente a más de 200 millones.

Argentina es uno de los grandes productores de trigo. ¿Qué rol juegan ahí? 

El trigo es uno de los grandes cultivos a nivel global: 20% de las calorías consumidas como alimento en el mundo vienen del trigo. Anunciamos que tenemos una tecnología disponible para hibridación de trigo, que puede exponenciar los rendimientos de este cultivo en las diferentes bases genéticas que existen alrededor del mundo entre un 10% a 20%. El mundo no tiene mucha más tierra por descubrir, es nuestra obligación poder generar soluciones que permitan producir mucho más persiguiendo el crecimiento de la población. Hablar de tecnologías que pueden incrementar 10% a 20% el rendimiento es innovación.

¿Qué rol juega la sustentabilidad en el negocio? 

Somos una empresa 100% comprometida con la sustentabilidad. Producir más en la misma tierra es un pilar fundamental para producir de manera sustentable, porque el mundo crece. Además, nuestro compromiso es generar una reducción del 30% de nuestras emisiones de acá al 2030. A su vez, nuestro crecimiento va a darle la oportunidad a los más de 10 millones de productores con los que hacemos negocios en el mundo de poder producir más en la misma tierra.

¿Y la tecnología? 

La tecnología ha tenido un impacto increíblemente positivo en la agricultura de Argentina. Estamos frente a una oportunidad insuperable. Somos una empresa dedicada a generar soluciones para que ese futuro y esa oportunidad estén. Tiene que ser un vínculo entre todas las partes, donde también el Estado juega un rol protagónico en la accesibilidad a esas nuevas tecnologías. Articulamos permanentemente con el sector público para que la innovación llegue en forma de soluciones a los productores. Por ejemplo, este año, frente a una plaga, el gobierno actual permitió rápidamente generar soluciones. Eso es lo que necesitamos: un Estado que articule, que esté dispuesto a apostar por la innovación, por la tecnología. Eso es lo que queremos con esta articulación entre el productor, nosotros y el Estado: generar un marco normativo acorde a los desafíos que mencioné al principio. Tenemos una oportunidad tangible en el campo. La pregunta es si estamos dispuestos a abordar esa oportunidad de manera sustentable, porque no dudamos de la capacidad que tiene Argentina para expandir su producción y su exportación a partir de la agroindustria.

¿Soñás con volver al campo?

Estando en Corteva estoy en el campo. Sin vivir in situ tengo la posibilidad de interactuar con toda la cadena y vivir diversas realidades que van mucho más allá de nuestro campo familiar. La riqueza en esa diversidad de situaciones que me toca transitar es capital mío. Pero, de nuevo, estando en Corteva estoy en el campo.

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