El desembarco de Federico Sturzenegger en el gobierno nacional genera que la palabra desregulación ingrese con fuerza a la agenda política y económica. Tanto, que incluso está en el cargo que le asignaron: ministro de Desregulación y Transformación del Estado.
Entre las primeras medidas que tomó Sturzenegger se encuentran la desregulación de los sectores aerocomercial y eléctrico. Mientras tanto, hay otros que asoman en el horizonte y uno de ellos es la apertura de medios de pago para el transporte.
Si bien hace varios meses el gobierno prometió abrir los medios pagos en el transporte, centrado en el sistema SUBE que es cerrado, hasta el momento no había novedades al respecto. Eso cambió en las últimas semanas gracias al avance del decreto que desregula este modelo y a las negociaciones que ya existen entre empresas bancarias y fintech para ingresar al negocio.
Hay una versión escrita que está bastante avanzada, dice un experto del sector a Forbes Argentina. Y agrega: Yo estimo que dentro de dos o tres meses ya se van a estar haciendo las primeras pruebas pilotos.
Estos dichos son compartidos por otras fuentes consultadas y todo indicaría que en AMBA se realizarían las pruebas en una línea de tren o subte. La idea es dejar varios molinetes con el sistema actual de SUBE (ofrecido por la empresa Nación Servicios) y que dos o tres tengan uno abierto en el cual se pueda pagar con cualquier método de pago, detallan a este medio.
De obtenerse resultados positivos, el proceso se iría expandiendo en otras líneas de tren y subte y los colectivos quedarían para el final ya que el grado de complejidad en la implementación es mayor. Por un lado porque la tarifa no es plana y, por el otro, porque muchas unidades recorren zonas remotas donde la conectividad puede ser un problema.
En otras ciudades del mundo donde se llevó a cabo este proceso, el tiempo promedio para masificarlo fue de dos años. Así que no es algo que se puede lograr de un día para el otro, afirma una persona que sigue de cerca las tratativas.
Con este marco como contexto, hay instituciones bancarias y fintech que ven con buenos ojos ingresar a este mercado. No tanto por el negocio en sí mismo, ya que muchos señalan que no es tan atractivo, sino por el posicionamiento de marca. Hay negociaciones con las partes involucradas y las posibilidades son buenas. La idea es que se pueda elegir y que no sea monopolio. Nosotros tenemos terminales y sistemas para hacerlo, afirmaron desde una de las compañías que se encuentra en tratativas.
Los desafíos que implica la apertura de SUBE
Desregular el sistema de pagos de transporte puede sonar sencillo pero no lo es. Hay muchas cuestiones que requieren acuerdos y se presentan varios detalles a definir.
La primera de ellas es quién negociará con los oferentes. Parte de los involucrados cree que es mejor que sean las jurisdicciones las que se encarguen de esto, por ejemplo a través de una licitación. En ese caso, se presentan los interesados y quien haga la mejor oferta (tanto para instalar los equipos como en el cobro de las comisiones) trabaja con las empresas radicadas en la jurisdicción. Sin embargo, también están quienes creen que la negociación debería ser directamente con las empresas. El problema que te genera eso es que a una compañía de colectivos que tiene dos líneas en una zona alejada le va a resultar muy complicado que una empresa le quiera brindar servicio, analiza uno de los especialistas consultados por Forbes. Por el momento no está claro cómo se llevará a cabo esto y es uno de los debates que se están dando.
El segundo desafío es la inversión para cambiar los equipos. En experiencias de otros países fue el Estado el que se encargó de esta parte con el objetivo de promover los nuevos métodos de pago. Este no sería el caso argentino ya que el actual gobierno considera que es el sector privado el que debe afrontar este desembolso de capital.
En este punto hay muchas versiones encontradas. Una de ellas señala que deben cambiarse todas las terminales y que eso costaría alrededor de US$ 50 millones. Mientras tanto, otras versiones indican que solo se debe cambiar menos del 10% de los equipos y que al resto se le puede sumar un lector que acepte todos los métodos de pago. A precio real de mercado, si en el medio no ocurre nada extraño, esto último requeriría aproximadamente US$ 10 millones, calcula una persona allegada al proceso. Mientras tanto, otra fuente discrepa con todas las versiones anteriores: Son todos cálculos que corren pero que no tienen un argumento fuerte detrás. Es cierto que las inversiones las terminará haciendo el sector privado, por lo menos hasta ahora, pero no hay un número real al respecto.
Finalmente, otro desafío para afrontar se relaciona con los hábitos de pago de los usuarios. Yo creo que la mejor estrategia es NFC porque es un método rápido, simple, de poco contacto y más seguro. Además, en la Argentina ya hay un gran parque de tarjetas contactless. Después sí podemos debatir si queremos ir hacia una modernización con pago mobile, señala una fuente involucrada en las discusiones.
De todas maneras, no todos están de acuerdo con esto. Una parte cree que debería hacer con QR porque ya está difundido en la población, porque no todas las personas tienen acceso a dispositivos con NFC y porque tuvo buenos resultados en otras partes del mundo. Esto requeriría que la persona genere el QR en su celular, lo acerque al lector y se emita el pago. Quienes están a favor afirman que lleva pocos segundos pero quienes están en contra remarcan que el pago es rápido pero el proceso de sacar el celular, abrir la aplicación, generar el QR y acercarlo al lector lleva mucho tiempo. Imaginate hacer todo eso en la hora pico del subte, advierte una fuente que no cree que sea la mejor opción.
A final de cuentas, los consultados consideran que la mejor opción es que todos los métodos de pago estén disponibles y que los propios usuarios sean los que determinen cuáles son los más eficientes con el propio.
Qué ocurrirá con Nación Servicios
Hasta ahora el pago del transporte está centralizado en una empresa estatal llamada Nación Servicios que es la desarrolladora de SUBE. Según sus datos, hay 14 millones de usuarios SUBE en el país y tienen presencia en 60 localidades de la Argentina.
La posición de Nación Servicios le permite imponer la comisión por cada transferencia realizada y el estándar promedio actual es del 7%, aunque en algunas jurisdicción o transporte en particular puede llegar a tener otra condición. Quienes fueron consultados por Forbes aseguran que con la apertura a más jugadores, esa comisión debería bajar a un promedio que ronde entre el 3% y el 3,5%.
Nación Servicios no debería desaparecer ante esta apertura sino convertirse en un jugador más. Claramente deberá bajar sus comisiones pero tiene infraestructura y profesionales para continuar ofreciendo servicio, reflexiona una de las fuentes consultadas. El resto de las personas que aportaron sus abordajes para esta nota coincidieron al respecto por lo que, en un escenario normal, la empresa continuaría existiendo aunque deberá hacer algo que hasta el momento no hizo: competir.