Ser como Irlanda es para la Argentina un objetivo superior a ser como Alemania: esa es una insistente idea de Javier Milei, y hay una explicación para aquellos que se sorprenden de que el presidente descarte a la tercera economía mundial como modelo final de su plan.
"Irlanda tiene índices de libertad económica mucho mejores que los de Alemania", destacó Manuel Adorni, portavoz de la presidencia, en entrevista con Forbes Argentina.
La "economía social de mercado", en los últimos años reversionada a "economía social y ecológica de mercado", ha sido el credo de Alemania desde que en la post guerra emprendió un potente y constante crecimiento. Se habló también durante décadas del "capitalismo renano", un modelo en el que, a diferencia del capitalismo de Estados Unidos, el Estado tuvo y tiene un papel clave.
Milei estará este domingo en el imponente edificio del gobierno alemán, en el centro de Berlín, para reunirse con el canciller Olaf Scholz, un ex alcalde, ministro de Finanzas y vicecanciller de larga trayectoria en el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Más trayectoria tiene incluso el propio SPD, un partido de 161 años de historia, fundado en 1863.
Pese a que fue rebajado de visita oficial a reunión de trabajo, el encuentro de Milei con Scholz es todo un hito: es la primera vez desde que asumió el poder, que el presidente se reúne con un par que milita en el socialismo, esa corriente política que él descalifica de plano.
En ese contexto, Adorni explica por qué Irlanda (vigésimo sexto PBI del planeta, con 529.000 millones de dólares) es el modelo perfecto de Milei, y no Alemania, tercer PBI mundial con 4,59 billones de dólares. Argentina se ubica vigésimo quinta en términos de PBI a nivel mundial, con 604.000 millones de dólares.
Usted es también economista ¿Por qué Irlanda y no Alemania?
Es que el presidente toma los índices de libertad económica. Irlanda tiene muchos mejores índices de libertad económica que Alemania. Nosotros tenemos claro lo que puede dar una economía de libre mercado. Una economía liberal en un país que no es sólo lo económico. Para que la economía sea la que nosotros queremos, necesitás instituciones fuertes, necesitás el respeto por la ley. El respeto por la ley de los que la tienen que cumplir y de los que la tienen que hacer cumplir. O sea, una justicia efectivamente independiente. Y es un proceso largo.
Sí, el presidente plantea un horizonte de 35 años para que Argentina sea como Alemania y de 40 para que sea como Irlanda. ¿A qué se refiere exactamente?
Nosotros, efectivamente, pensamos en un largo plazo para la Argentina. Entonces, no es que hablamos de mejores y peores. Hablamos de un camino. Venimos del fondo de la tabla. La Fundación Libertad y Progreso, de Agustín Echebarne, nos ha hecho un trabajo muy pormenorizado de lo que implica ese ranking de libertad económica y cómo puede impactar la Ley Bases y cómo puede impactar el resto de medidas que tomamos.
Y esa transposición nos ubicaba cerca de Alemania en términos de libertad económica. Pero no es nuestra meta, lejos está de ser nuestro techo.
¿Dónde se ubica Argentina en términos de libertad económica según ese índice?
- Hoy creo que Argentina está en el puesto 144. Muy en el fondo, muy en el fondo Lo que hizo la Fundación Libertad y Progreso fue aplicar la ley bases y el DNU a ese informe que, por supuesto, tenía 200.000 variables. La ley bases te lleva al puesto en torno al 54. Y te lleva en el largo plazo a ser como Alemania.
Entonces, ¿es Alemania un país en el que el presidente quiera reflejarse, más allá del aspecto de la libertad económica?
Es que nosotros no copiamos modelos. Es interesante lo que el presidente le dijo a a los empresarios en el encuentro en el Llao Llao: miren, yo les puedo estabilizar la macroeconomía, darle todas las condiciones, corregir todo lo que haya que corregir y sacarles el pie del Estado encima. Yo puedo hacer todo lo que esté a mi alcance. Ahora, los que tienen que jugársela son ustedes. Los que tienen que invertir son ustedes. Los que tienen que innovar son ustedes. Y eso indica que nosotros no copiamos modelos. Nosotros damos libertad. Nosotros decimos, mirá, vos tenés problemas con los impuestos, te los vamos a corregir. Tenés problemas con que un sindicato te para la planta, te lo vamos a corregir. Con los juicios laborales, o con la industria del juicio laboral, te lo vamos a corregir. Con la inflación, te lo vamos a corregir. ¿El comercio exterior, el tipo de cambio? Te lo vamos a corregir. Pero después vos decidís qué hacer.
¿Cuál es el modelo, entonces?
Nosotros creemos que los argentinos no necesitan seguir modelos. No necesitan que nosotros les digamos che, vamos a ser tan industrializados como Alemania. No. El argentino necesita hacer lo que sabe hacer. Vos sabrás hacer periodismo. Yo seré el vocero presidencial hasta cuando me toque. Y si no volveré a la radio o a la tele donde estaba. Y en tal caso el que produce trigo lo seguirá haciendo. Y el que quiere hacer cualquier otra cosa, ser emprendedor o tener alguna startup, lo hará. No hay modelos a seguir. La propia libertad y las decisiones de los individuos van a hacer Argentina grande, no nosotros. Nosotros en tal caso colaboraremos con implementar las condiciones desde el Estado para que eso ocurra y nada más. Lo demás corre por cuenta de nosotros. Hace muchísimas décadas que el mundo se dio cuenta que se crecía comerciando y que se sacaba gente de la pobreza creciendo. Entonces, el cálculo es fácil. Acá, por alguna misteriosa razón, en Argentina nos alejamos de conceptos muy elementales. También nos hemos alejado del concepto de cómo eliminar la inflación. El mundo ya lo resolvió.
Cambio de tema. Se habla mucho del poder de Karina Milei, la hermana del presidente. El propio presidente habla de ella como "el jefe". ¿Es cierto que tiene más poder que el presidente incluso?
Es muy divertido porque yo convivo con ellos, los veo todos los días. El presidente de la Nación es el presidente de la Nación. Karina Milei es la secretaria general de la presidencia, con todo lo que ello implica. Y, por supuesto, los une una relación de hermandad. Entonces, hay temas que supongo que se hablarán como los hablás con tu hermano. Él es el presidente. Él define. Y, en tal caso, ella acompaña, sugiere y maneja lo que le corresponde en virtud de su cargo. Les tengo un cariño y un aprecio personal a los dos. Y doy fe de que se respetan, se adoran. Y el presidente es él. Y la secretaria general de la presidencia es ella. Punto.
¿Nada más que decir?
Bueno, ella es la primera secretaria general de la presidencia mujer en la historia de la Argentina. Obviamente que son cosas distintas que empiezan a pasar, ¿no? Ni hablar de la relación de hermandad, de la relación de hermanos, que también es extraño, ¿no?
La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se refirió al presidente como "pobre jamoncito", como si estuviera aprisionado entre ella y su hermana. ¿Eso le molestó al presidente?
Esa entrevista fue de noche, y al otro día yo desayuné con el presidente y nos reímos porque la frase se viralizó. El jamoncito se viralizó y fue tendencia en Twitter.