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La historia de Tromen, la herrería de barrio que se transformó en una de las principales fabricantes de salamandras

Uno de sus protagonistas cuenta cómo pasaron de fabricar pequeñas piezas en el balcón de un departamento a tener una compañía que factura cerca de $ 13.000 millones al año.

La historia de Tromen comenzó en 1978 cuando Mario Remondino, fundador de esta compañía argentina, empezó a fabricar pequeños artefactos de decoración de hierro en el balcón del departamento de sus padres. "Con el tiempo fue adquiriendo una gran habilidad en la compra de los insumos necesarios y en la fabricación de artículos de calidad, animándose cada día a más desafíos. Todos los productos los hacía a demanda y medida", relata Facundo Cáceres, gerente comercial de Tromen.

Para mediados de la década del '80, Remondino transformó su pequeño taller en una herrería de barrio en un galpón de 300 metros cuadrados, ubicado en la zona de San Martín, provincia de Buenos Aires. Allí se realizaban rejas, portones y techos metálicos. Una década más tarde, a fines de los '90 se sumó a este emprendimiento Cáceres. El objetivo de su incorporación era que organizara los distintos sectores que se iban agregando en la empresa y respondiera a los nuevos desafíos de expansión. 

Para el año 2000, el sueño de Remondino se había concretado: ya tenía una pequeña empresa con algunos empleados y varios clientes fijos -algunos de gran envergadura, cómo un retail chileno que estaba en plena expansión e inversión en el país. Pero pocos meses más tarde surgió un nuevo desafío: la crisis económica. Pero, como ocurre muchas veces, encontraron una oportunidad. Entre los productos que vendían había una salamandra de chapa importada. "¿Por qué no la fabricamos nosotros?", se preguntaron. Sin saberlo, ese fue el comienzo de Tromen, una de las marcas más importantes en el sector de calefacción a leña.  

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Tromen tiene una cartera de más de 200 productos y el año pasado facturó $ 13.000 millones.

"La crisis pudo superarse, justamente, gracias a que comenzamos a fabricar salamandras para el hogar y, al mismo tiempo, se tomó otra decisión más arriesgada, que fue la compra de un galpón de más de 1.000 metros cuadrados, también en San Martin", recuerda Cáceres. Esta arriesgada apuesta tuvo sus frutos. En el último año, esta compañía produjo cerca de 100.000 artículos entre productos y accesorios, y realizó, en los últimos años, una inversión en bienes de uso de más de US$ 3 millones. Además, cerró 2023 con una facturación de $ 13.000 millones.

En una entrevista con FORBES, Cáceres recuerda sus primeros pasos en la compañía y los desafíos que atravesó esta empresa familiar, y adelanta cuáles son los principales proyectos.

¿Cómo llegaste a Tromen?

Conocí a Mario (Remondino) en 1997, en una cena informal de un amigo. Me contó que necesitaba a una persona solo por dos o tres horas al día para "acomodar y ordenar un poco el papelerío" de la oficina. Yo estaba estudiando Producción Audiovisual y trabajaba como freelance en eventos, y en una compañía que fabricaba envasaba y distribuía miel. Había terminado el secundario hacía muy poco y disponía de ese tiempo. El primer día fue un shock. Todavía recuerdo lo que sentí esa primera jornada, aquel extraño olor a metal, el ruido de producción y el movimiento que había, aunque por ese entonces eran solo seis operarios. Me cautivó de inmediato. En las primeras charlas que tuve con Mario me di cuenta que ese "par de horas" no iban a ser suficientes y luego de unos días comencé a trabajar full time.

⁠¿Cómo pasaron de hacer trabajo de herrería a transformarse en uno de los principales fabricantes de salamandras?

Por aquel momento los calefactores a leña para el hogar eran un nicho desatendido. Y, por otro lado, era factible convertir la pequeña actividad de la fábrica en una empresa especializada en la fabricación y venta de ese producto. En esa época, el mercado de venta de calefactores y salamandras estaba ocupado por empresas pequeñas dedicadas casi únicamente a la fabricación de estos productos, sin afán de expansión, diversificación o crecimiento. Para nosotros, uno de los primeros desafíos fue tener que ir a buscar nuevos clientes. Superada la crisis de capacidad ociosa gracias a la producción de salamandras, en 2004 se incorporó a la empresa el hijo del fundador, Mariano Remondino. Rápidamente Tromen se hizo conocida gracias a la excelente calidad de sus salamandras y una la política expansiva a nivel nacional.

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Mario y Mariano Remondino, de Tromen. Mario es el fundador y forma parte del Directorio. Mariano está al mando de la compañía, en la gestión y ejecución de la estrategia.

¿Cómo fue ese proceso de transformación?

Primero el taller se convirtió en una empresa industrial. Poco a poco, Tromen fue invirtiendo en varias áreas necesarias para crecer, como maquinaria de alta tecnología, lo que le permitió ofrecer un producto mejor que la competencia, un plan de marketing y el desarrollo de un servicio posventa. Además, se realizó el control de la estructura de costos, se trabajó en la estética visual de los productos, la diversificación de productos y líneas para salir de la estacionalidad. Así, Tromen fue elegida en muchos hogares argentinos como reemplazo de la tradicional chimenea o estufa a leña, pues la ventaja de estas estufas es que conservan y aprovechan mucho mejor el combustible por tener una estructura semejante a la de un horno cerrado, mientras que las chimeneas tradicionales dispersan gran parte del calor por la ventilación abierta hacia el techo de las casas. Además, lanzamos una línea Gourmet, con hornos y parrillas.

¿Cuáles fueron los últimos desafíos que atravesó Tromen?

Luego de la pandemia, el crecimiento siguió su curso acelerado, obligándonos a seguir desafiándonos en todo sentido, tanto la estructura de recursos humanos y edilicia como la producción y el abastecimiento. Además, invertimos en innovación, estrategias comerciales y de comunicación. La profesionalización, desafío que ya veníamos transitando, se hizo más necesaria; la diversificación de líneas fue otro desafío vital para la subsistencia de la compañía; y otro reto fue la adaptabilidad a distintos contextos del país, manteniendo un "músculo pyme" con una estructura cada vez más pesada.

¿Quiénes están hoy al frente de la compañía?

Padre e hijo, cada uno con un rol marcado: Mario, el fundador, sigue en plena actividad, pero no tanto en la gestión. Él forma parte del Directorio y está ligado 100% a la toma de decisiones estratégicas. Mariano, por su parte, está al mando de toda la compañía, en la gestión y ejecución.

¿Cómo se encuentra hoy el sector de calefacción a leña y cuáles son sus principales retos?

El segmento de calefacción a leña de precios bajos se encuentra en un momento casi explosivo de ventas debido al sinceramiento de tarifas y la búsqueda de los usuarios de una alternativa al gas y a la electricidad para calefaccionar sus espacios. Nos estuvimos preparando ya desde el año pasado para poder tener una oferta de productos, calidad y precios acorde al mercado que estimamos que íbamos a tener en 2024. Sin embargo, las distintas líneas de productos de calefacción a leña están experimentando diferentes dinámicas. Las líneas tradicionales, de alta gama o más ligadas a la construcción no están rotando en la misma medida. Hay un marcado sentido de necesidad en la rotación. Las líneas Gourmet y mobiliario, que son muy importantes para nosotros, sufrieron durante los primeros meses del año la misma caída de consumo que la general del mercado.

¿Cuáles son las claves para que Tromen se mantenga durante tantos años?

Estar un paso adelante de lo que va a suceder y adaptarnos rápidamente a los cambios. No perder el "músculo pyme" pero ser día a día más profesionales. Tener gente en el equipo que mire el árbol, para que otros puedan estar mirando el bosque. También es fundamental estar en contacto permanente con toda la cadena de valor, entendiendo dónde está parado cada uno, sus necesidades y experiencias. Siempre de cara a nuestros clientes. Y tener perseverancia.

¿Cuál es la oferta hoy?

Tenemos una cartera con más de 200 productos comprendidos en distintas líneas: Calefacción, Gourmet, mobiliario y accesorios. Contamos con una planta ubicada en el partido de Moreno, en el parque industrial. Cuenta con casi 13.000 metros cuadrados, que son ocupados por casi 260 empleados.

¿Tienen inconvenientes por la taba de las importaciones?

No hemos experimentado problemas serios de abastecimiento. Aunque utilizamos alguna materia prima importada, no la importamos directamente. Por otro lado, con las nuevas políticas y apertura de mercados, estamos en búsqueda de proveedores en el exterior para conseguir mejores calidades y materias primas que acá no se conseguían, con el objetivo de elevar el producto que ofrecemos en calidad y prestaciones.

¿El cambio de gobierno les implicó cambios estructurales? 

Sufrimos un primer trimestre muy difícil con bajas en ventas importantes, lo cual nos hizo ajustar la producción en algún punto. Pero a partir de abril experimentamos un repunte significativo.

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Facundo Cáceres se sumó a Tromen en la década del '90. Hoy, es el gerente Comercial. 

¿Qué cambios viven sus canales de venta y fábricas? 

En estos últimos años el mercado cambió rotundamente, y se modificaron los comportamientos tanto del canal como del consumidor final. En el caso del canal de ventas, ya no acopia como antes, no hace pretemporada, no guarda valor en mercadería. Esto nos hizo replantear internamente nuestros procesos comerciales, financieros y productivos.  Y el consumidor final ya no compra por especulación, la rotación que se genera es por necesidad del producto. Por último, la venta online es generada por nuestros clientes, ya que no vendemos directo de fábrica, pero es una fuente de información y termómetro vital. El pasado Hot Sale nuestros productos tuvieron gran cantidad de ventas y eso dio un empujón significativo a gran parte de nuestro canal de ventas.

¿Exportan productos? ¿En qué mercados del exterior tienen presencia? 

Exportamos desde hace muchos años cerca del 5% de nuestra facturación. Si bien siempre tuvimos una intención marcada de exportar, la competitividad y distintas trabas hicieron que nunca podamos poner foco en esa expansión. Por otro lado, nuestros costos nunca fueron lo suficientemente competitivos por la estructura impositiva y el atraso cambiario. Actualmente tenemos presencia en cerca de 15 países y los principales mercados externos son Uruguay, Costa Rica, EE.UU., Canadá y España. Pero ahora, con las aperturas, y cambios impositivos y laborales implementados por este nuevo gobierno queremos llevar ese 5% al 15%, en los próximos 24 meses. El año pasado viajamos a Europa, recorrimos seis países, más de 50 puntos de ventas, cinco fábricas y cuatro exposiciones. Tomamos ese viaje cómo el puntapié para emprender un nuevo camino de comercio exterior.

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Tromen busca aumentar su exportación del 5% al 15% de la facturación.

¿Cuáles fueron sus últimos lanzamientos y cuáles son los proyectos a futuro? 

A comienzo de año lanzamos una batería de salamandras acordes al mercado que estamos viviendo, en dos líneas, "Austral" y "Pehuén", con una oferta de diseño renovada y accesibilidad en términos de precio. Recientemente lanzamos una nueva salamandra, la más económica del mercado, manteniendo la línea y calidad de todas las Tromen para acompañar el contexto económico actual. Para el corto plazo tenemos proyectado realizar más de diez lanzamientos nuevos, para la "temporada Gourmet". En unos pocos días lanzaremos nuevas parrillas y accesorios gourmet de cocción.

¿Cuál es tu visión del futuro frente al complejo contexto actual?

Estamos conviviendo con una baja de costos mucho más fuerte que la reflejada por el Indec, a la inversa de lo que nos sucedió los últimos meses del 2023. Nuestra política desde comienzos de año es lograr una baja en los costos productivos y trasladarla 100% a los precios de venta. De esta manera logramos bajar los precios en promedio un 15% en abril, impactando sustancialmente en las ventas. Estamos convencidos de que el futuro va a estar marcado por la necesidad y un poder adquisitivo justo, por eso cada compra va a ser premeditada y por necesidad, no por especulación. Nuestra misión es continuar ofreciendo productos de alta calidad, que satisfagan una necesidad puntual, que sean accesibles para todos y que ofrezcan valor agregado.

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