Forbes Argentina
16 Septiembre de 2024 11.27

María Noel Durán

Diego O'Neill: factura US$30 millones al año y planea la sucesión de la constructora familiar

Diego O'Neill, propietario y referente de la empresa constructora Ceaosa desde hace más de 44 años, repasa los hitos de la compañía y analiza la actualidad de su rubro, uno de los más relevantes de la economía nacional.

A falta de 11 minutos para el final del partido que definiría el campeonato mundial Alcides Ghiggia anotó un gol histórico que caló hondo en la idiosincrasia de los uruguayos. Ese año, mientras todos focos apuntaban a la hazaña futbolística más relevante de la historia reciente, en tierras charrúas nacía una empresa que tenía en su destino formar parte de la construcción del Uruguay de los siguientes 70 años, y más. En 1950 se creó Ceaosa.

Su actual propietario, Diego O´Neill, tomó la capitanía de la empresa que había sido fundada por su padre y su tío, la profesionalizó y, en la actualidad, la compañía está involucrada en grandes proyectos de real estate y factura unos US$30 millones al año.

O´Neill se define como padre de familia, ingeniero civil y trabajador de la construcción, rubro al que le dedicó toda su vida. "También tengo una parte de vocación de servicio que he canalizado a través de la actividad gremial en estos últimos años", afirma el también presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay y ex presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay.

En entrevista con Forbes Uruguay habló sobre su historia, la actualidad del sector y los planes para el futuro de Ceaosa. 

¿Siempre tuviste claro que ibas a trabajar en el rubro de la construcción y a tomar el mando, en algún momento, de la empresa familiar?

Siempre me atrajo, me llamó. Obviamente cuando definí la carrera que iba a estudiar tuve alguna duda, pero después me volqué por ingeniería civil y rápidamente me convencí, me quedé conforme de la decisión y es una actividad que he desarrollado con mucha pasión hasta el presente.

En cuanto a la empresa, uno tiene siempre momentos de duda o encrucijadas. De hecho, cuando me recibí, me salió una oportunidad de ir a trabajar un año en otra empresa, a hacer una obra con el ingeniero Dieste que fue de mucho impulso profesional para mí, pero después decidí volver a la empresa porque o volvía yo o la empresa no se iba a continuar entonces tiró el legado familiar y desde que volví allí comencé a hacerme cargo hasta hoy.

¿Qué edad tenías cuando asumiste el liderazgo?

Era bastante joven. Tenía menos de 30 años, 28 o 29.

Viéndolo en retrospectiva, ¿estabas preparado para ese desafío?

Fue un  proceso con cierta gradualidad, no demasiada, en una empresa que era mucho más chica que hoy, pero le pusimos el pecho a las balas digamos y nos hicimos cargo.

¿Cuál recordás como tu mayor logro a nivel empresarial?

Un hito importante fue después de la crisis del 2002 que nos había pegado muy duro a todo el sector de la construcción, comenzamos un proceso de profesionalización de la gestión y una serie de cambios en la estructura de la organización, pero hubo un hito importante por allá por 2007 que nos contrataron para hacer la torre Le Parc II en Punta del Este y creo que eso fue un momento importante porque a partir de ahí identificamos un salto y comenzamos a crecer en forma sostenida.

Y por el otro lado, ¿cuál reconoces como el momento más complicado como empresario de la construcción?

La crisis del 2002 y los años posteriores. En un momento estamos trabajando como subcontratistas una empresa argentina en el puente de Santa Lucía y esos fueron tiempos complicados, de mucha dificultad financiera, dificultades para el cobro; fue un tiempo donde uno sentía que estaba al borde del abismo, pero logramos salir adelante.

¿Cómo lograron superarlo?

Teníamos un equipo muy comprometido que trabajaba a conciencia, poniendo el hombro para tratar de salir de esa situación.

Ahí, como en todos los otros momentos de la empresa, el hacer las cosas bien, el ser gente derecha, un poco la continuación del legado que traíamos de mi padre y de mi tío que fueron los fundadores de la empresa. Ser una empresa confiable, cumplidora, eso también fue lo que nos mantuvo a flote.

¿Cuántos empleados tiene Ceaosa en la actualidad?

Alrededor de 350. 

¿De cuánto es su facturación anual?

Estamos en los US$30 millones anuales más IVA.

¿Qué planes tenés para el futuro inmediato de la empresa?

Este año hemos tenido que hacer una reestructura a nivel de las gerencias por algún movimiento que hubo y ese es un objetivo conformar un equipo gerencial firme, estable, fuerte y es en lo que estamos trabajando para este año.

Si tuvieras que cambiar una regla del sector, ¿cuál sería?

Creo que la dolarización que caracteriza nuestra economía y también al sector no es una buena cosa. Es muy difícil salir de ello porque es una economía chica, somos importadores y tomadores de precios internacionales.

 La cultura uruguaya piensa en dólares, el inversor, el comprador, las transacciones en el sector se hacen en dólares, pero no es una cosa buena para el sector, en el fondo momentos como los que hemos vivido en estos últimos años de atraso cambiario impactan fuerte y no son pro cíclicos para la actividad. Si pudiésemos desdolarizar la economía, e ir a una economía más donde el peso o la unidad indexada fuesen la variable de las transacciones creo que sería saludable.

¿Somos UPM dependientes en materia de construcción?

Somos dependientes de inversión extranjera, creo que sí. Indudablemente la inversión local es importante también, pero hay saltos de inversión extranjera que en la construcción han sido muy importantes, UPM sin duda, ahora tenemos un poco la perspectiva del hidrógeno verde que puede ser también una fuente de inversión extranjera directa grande.

Sí, indudablemente como una medida chica nosotros dependemos mucho de la inversión extranjera y eso en el sector se siente. Incluso, a nivel del real estate, Hay mucho desarrollador local, hay mucha inversión local, pero también hay mucha inversión extranjera, fundamentalmente argentina, aunque no solo. La presencia de desarrolladores argentinos en la plaza también es importante y se siente.

¿Cómo ves el dinamismo de la construcción en Punta del Este? 

Tiene un ritmo de actividad bastante sostenido en estos últimos años, no muy importante, pero con valores todavía razonables y sostenidos en el tiempo.

No es un momento de auge, pero se mantiene un número de proyectos interesantes y de inversión.

Ahora, por ejemplo, se concretó finalmente la inversión de Cipriani en San Rafael y eso es emblemático, se destaca por sobre las demás. Hay un nivel sostenido en los últimos años que, sin ser explosivo, es interesante.

¿La vivienda promovida mueve la aguja del sector?

Si se mira en inversión la vivienda promovida es importante, pero explica un 30% del total de la inversión, ha sido muy importante la vivienda promovida desde muchos aspectos, para la construcción de ciudades, el aprovechamiento de los servicios en determinados barrios donde no se construía, trasladar por inversión de la costa a barrios centrales. En estos últimos años también ha explicado buena parte del nivel de actividad de la construcción. Pero hay mucha construcción, no solo bajo la Ley de Vivienda Promovida también los beneficios de la COMAP (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) han ayudado a que se hagan proyectos en las zonas costeras o en las zonas donde no se puede hacer vivienda promovida.

Diego O´Neill proyecta el futuro de Ceaosa
FOTOS: Javier Calvelo.

¿Es posible que se sature el mercado de vivienda promovida?

La vivienda promovida lo que tiene hasta ahora en general es que el comprador no es el usuario final, sino que es un inversor que la vuelca al mercado de arrendamientos.

Gracias a esto el mercado de arrendamientos ha experimentado una baja en los valores en términos reales y eso es gracias a todo el stock que se ha volcado precisamente.

El mercado de alquileres todavía mantiene un nivel de demanda interesante, así que todavía hay espacios, pero indudablemente se está construyendo mucho y es probable que en algún momento haya un stock del que tome más tiempo desprenderse, posiblemente eso ralentice la construcción.

¿El punto fuerte durante este periodo estuvo en la construcción de infraestructura?

Ni hablar. Fuera de lo que es edificios ha habido una inversión muy fuerte. Antes en UPM, la inversión en infraestructura vial, el refuerzo de puentes, el ferrocarril, una cantidad de cosas que han movido la aguja fuerte.

¿Cuál es el mayor desafío que consideras que tenés por delante?

Personalmente la sucesión de la gestión, porque uno tiene que ir pensando en eso. Lo estamos trabajando. Es una empresa familiar, hay algunos de mis hijos que ya están trabajando en la empresa entonces tamos en el tema de la sucesión de la gestión, para el futuro no inmediato, pero tampoco lejano.

¿Ya tenés un sucesor definido?

No, estamos trabajando en ese proceso, pero todavía no hay sucesor claro. Al menos en los tiempos en los que estamos pensando.

¿Cómo te llevas con las nuevas tecnologías constructivas?

En la construcción hay una incorporación permanente de tecnología, de nuevos materiales, de nuevos productos y hay que ir a ese ritmo porque si no te vas quedando atrás.

Además, hay que mejorar la productividad. Nosotros tenemos un sector muy competitivo, los márgenes son chicos, entonces hay que ser muy eficientes y la incorporación de tecnología y todas las novedades son importantes. Quizás seguimos todavía haciendo un tipo de construcción tradicional en cierta forma, no algo rupturista, pero sí con incorporación de tecnología permanente y los trabajadores también se van adaptando.

¿Puede bajar el precio del metro cuadrado de construcción en Uruguay?

Instrumentos como este de la vivienda promovida a lo que apuntan es precisamente a tener un precio de venta menor, porque una serie de beneficios fiscales que se trasladan al precio.

Después, la construcción tiene por un lado insumos que no depende de nosotros, pero probablemente hay insumos en los que se podría estar un poco por debajo, el cemento es uno de ellos, ahí está la incidencia del precio el cemento, que creo que es una incidencia al alza, que si no estuviese Ancap probablemente podríamos tener un precio más bajo. De hecho, el cemento a nivel internacional es más barato que Uruguay. Pero después hay muchos insumos que son importados, somos tomadores de precios. La mano de obra tiene una incidencia, el salario real en el sector ha crecido en las últimas dos décadas; yo creo que eso está bien, es bueno, pero también pega en el precio.

Para hablar de un precio del metro cuadrado de construcción más bajo tenemos que pensar que toda la economía del Uruguay es cara. Quizás hay que ir a temas más estructurales para lograr reducir eso. No está en manos de las empresas constructoras una mejora del precio sustancial, depende de temas estructurales.

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