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Fernet Branca
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La planta de Branca en Tortuguitas produce decenas de millones de litros de fernet al año y guarda los secretos de una receta que no cambió en 180 años. Ingredientes de todos los continentes, toneles gigantes bajo tierra y más de 200 personas que trabajan para llevar esta bebida a todo el mundo.

10 Agosto de 2024 09.00

- “La receta es la misma hace 180 años”. 

- ¿No cambiaron nunca nada?

- “No. Desde que Bernardino Branca la creó hasta ahora se usan los mismos ingredientes”. 


Martin Olivera, Brand Ambassador de Fernet Branca, lidera el grupo que recorre la fábrica ubicada en Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires. Hasta hace no mucho tiempo, la compañía no realizaba este tipo de visitas. Sin embargo, recientemente se decidió hacer algunas pocas por año e incluso llevar a cabo sorteos en fechas especiales para que los ganadores la conozcan junto a sus amigos o familiares. “Al primero se anotaron unos cientos, al segundo ya fueron miles y la última vez varias decenas de miles. Eso demuestra lo popular que es la marca y el interés que despierta”, cuenta Olivera. 

 

Martin Olivera, Brand Ambassador de Fernet Branca
Martin Olivera, Brand Ambassador de Fernet Branca

 

La visita es llamativa por varias razones. Por un lado, porque permite conocer cómo se hace el fernet, la tercera bebida alcohólica más consumida en el país luego de la cerveza y el vino. Por otro lado, para descubrir como Branca, que domina el 95% del market share del segmento, trabaja para continuar cautivando a sus clientes con el mismo producto año a año.

Lo que hace a Branca único no es solo que produce fernet sino que es el creador del fernet. Bernardino Branca era un botánico italiano experto en su época. Estamos hablando de 1845 y ya en ese momento logró juntar decenas de botánicos de todo el mundo que, al combinarlos como lo hizo, dieron como resultado a esta bebida. Desde entonces la receta no cambió y se mantiene en secreto”, explica el Brand Ambassador de la marca. 

En la actualidad, quien resguarda esa información es el Conde Niccolò Branca, tataranieto de Bernardino. Si bien vive en Italia, donde está la destilería pionera, ubicada en Milán, viaja a la Argentina con frecuencia. Y no es para menos, ya que la fábrica en Tortuguitas no solo es la segunda y única por fuera de la original sino que también es la más grande y donde se produce el mayor porcentaje de fernet del mundo.

 

Conde Branca
Conde Niccolò Branca, tataranieto del creador del fernet

 

Branca no revela cifras exactas de producción pero la estimación de Forbes, según fuentes del sector, es que son varias decenas de millones de litros al año. “Los últimos tres años hemos roto los récords de producción y venta. Hemos visto niveles de consumo que hasta ahora no habíamos visto. Argentina domina en ese sentido, porque es el país donde más fernet se consume a nivel global, pero estamos creciendo mucho en países como Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia e incluso Brasil. Y todo inicia acá”, cuenta Carolina Eugenia del Hoyo, Regional Marketing Director en Fratelli Branca.


 

El paso a paso de Fernet Branca 


Como ya se mencionó, la receta de Branca es secreta y se mantiene al resguardo de quienes quieren conocerla. Por ese motivo, es imposible saber exactamente cómo se lleva a cabo. Aunque eso no quiere decir que no haya ciertos datos que permitan comprender la complejidad que hay detrás de una botella de fernet producida por la empresa. 

Para la receta se necesitan varias decenas de botánicos que provienen de todas partes del mundo. Hongos de Rusia, raíces de Sudán y azafrán, una de las especias más valoradas del mundo, son solo algunos de ellos. “Piensen que Bernardino las juntaba todas a finales del Siglo XIX. No solo es único por lograrlo sino también por la visión de comprender que mezclando todos en las cantidades correctas podía lograr este resultado”, reflexiona Olivera. 

 

Carolina Branca
Carolina Eugenia del Hoyo, Regional Marketing Director en Fratelli Branca

 

Pero en la actualidad, la empresa enfrenta un desafío que su fundador no tenía: producir a grandes cantidades. “Lo destacable de esta compañía es que genera millones de litros pero el proceso para obtener las materias primas sigue siendo muy artesanal. No hay nada como esto en el mundo”, dice Olivera, demostrando el orgullo que siente por ser parte de la compañía. 

Además, hay otro factor a tener en cuenta y es el tiempo. Si un lector de esta nota abre un Branca esta noche, debe saber que llegar a esa botella demoró aproximadamente 18 meses. Maceraciones, extracciones y reposo de varios meses en toneles especiales son los principales procesos que atraviesa el fernet antes de llegar a la línea de embotellamiento para, posteriormente, distribuirse por el país y la región. Además, entre el equipo de operaciones y el de administración, son más de 200 personas las que trabajan para hacerlo posible

“Hacemos mucho y el secreto es que tenemos talento joven y fresco y también personas con experiencia de muchos años, incluso gente que lleva 20 o 25 años acá. Eso genera una eficiencia y una rapidez enorme que posibilita conseguir los objetivos que nos planteamos. Las personas con más trayectoria conocen la marca y el contexto a la perfección y si a eso le sumamos ideas nuevas, nos fortalecemos aún más”, afirma Carolina Eugenia del Hoyo. Y suma: “Nos gusta mucho que venga gente con espíritu emprendedor porque es una empresa que permite traer ideas y da mucha autonomía para innovar”. 


 

Curiosidades dentro de Branca


A lo largo del recorrido por la fábrica de Branca hay varios detalles que llaman la atención. Como los carteles de publicidad originales de la marca que cuelgan en la recepción y la torre en el medio del predio que fue intervenida por un reconocido artista para plasmar el logo de Branca y la esencia de los ingredientes que hacen a su fernet. 

 

 

Sin embargo, eso no es todo y quizás una de las cuestiones más atractivas no está a la vista de quienes pasan cerca de allí. Y es que todo el sector destinado al reposo de la bebida se hace bajo tierra en cientos de toneles creados especialmente para la empresa. “Incluso está la original, la primera que se hizo acá en la Argentina. Si el abuelo de alguien que está leyendo esta nota tomaba Branca, seguro salió de acá”, explica Olivera mientras muestra la estructura de madera. 

Vale recordar que el fernet Branca llegó mucho antes a la Argentina que la fábrica. Primero, varios comerciantes de la época lo transportaban en estado concentrado para luego venderlo en el país. No fue hasta 1941 que se construyó la primera fábrica para empezar a producir de forma local. La misma se ubicaba en Parque Patricios, Capital Federal, y funcionó allí durante seis décadas. En el año 2000, se tomó la decisión de mudarla a Tortuguitas porque la demanda aumentó a niveles tan grandes que se requería de más espacio para poder satisfacerla. 

Todas los toneles que estaban en la fábrica original se trasladaron a la nueva y durante las últimas dos décadas se fueron agregando más a medida que fue necesario. Otro dato de color es que acá está la barrica para fernet más grande del mundo, con capacidad para más de 100 mil litros. No hay otra de tal tamaño en todo el mundo, según cuentan en la compañía. 

 

Los toneles de Branca donde el fernet reposa por meses antes de ser embotellado
Los toneles de Branca donde el fernet reposa por meses antes de ser embotellado

 

Como si todo eso fuese poco, hay otro ingrediente que se suma a la historia de los toneles. Desde la primera hasta la última, fueron construidas por la misma familia de eslovenos. Radicados en Mendoza y especializados en construir estas estructuras para bodegas, fue el abuelo quien inició los trabajos para Branca y en la actualidad lo continúan sus nietos. “Cuando decimos que todo es artesanal, no exageramos”, remarca Olivera. 


 

El futuro de Branca


Branca es una empresa distinta a las demás porque puede innovar en sus procesos pero no en su producto. Como subrayan una y otra vez sus miembros, la receta no cambia. Entonces, surge una pregunta en una actualidad donde los consumidores demandan experiencias nuevas todo el tiempo: ¿cómo crecer en este contexto?.

“El concepto de innovación en Branca es bastante particular porque nosotros innovamos en el cómo pero nunca en el qué. Somos muy cuidadosos en no cambiar lo que lo hace único, no solo la receta sino también la botella y la estética de la marca. No cedemos a la tentación de hacer cambios que es bastante común en el consumo masivo”, cuenta Carolina Eugenia del Hoyo. 

En esa línea, la Directora de Marketing Regional explica que la innovación recae en sumar tecnología, experiencias de marca y la comunicación. “Tenemos una audiencia muy amplia con segmentos que están en espacios diferentes. Entonces, siempre estamos buscando en qué festivales estar, a qué géneros de música podemos asociarnos y cuáles son los espacios donde el consumidor de Branca puede estar. Somos muy curiosos en la conexión con ellos”, asegura la directiva. 

Por lo tanto, los amantes del fernet no deben esperar nuevas versiones o líneas de la bebida pero sí experiencias que los unan más a ella. “Es lo que buscamos y lo que vamos a seguir buscando. Que quienes eligen la marca se sostengan con ella y quienes ingresan por primera vez, que traen sus propios intereses, logren lo mismo y así se genere una pluralidad”, dice Carolina Eugenia del Hoyo. Y agrega para finalizar: “Es una marca de culto, aspiracional y también popular. Eso, y el hecho de que no cambia, la vuelve tan emblemática”. 

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