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Cuáles son los sectores más afectados por la devaluación del real en Brasil

Carlos Boyadjian

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Crecen las dificultades en las ciudades de frontera. Analistas advierten sobre el riesgo de caída de actividad en Brasil, lo que impactará en la demanda y en las exportaciones a ese destino.

9 Diciembre de 2024 07.34

A punto de comenzar la temporada veraniega en Sudamérica, los operadores turísticos tienen al menos dos certezas. Argentina está cara para los extranjeros, por lo que el turismo receptivo, que ingresa dólares en concepto de alojamiento, gastronomía, diversión, excursiones y compras, vendrá en cuentagotas.

Por otro lado, y como parte del mismo fenómeno, las playas brasileñas se llenarán de argentinos, aprovechando las ventajas de un diferencial cambiario y la amplia oferta en las costas del gigante sudamericano.

En este contexto, la última semana el real brasileño volvió a subir otro escalón en la paridad con el dólar estadounidense, para ubicarse por encima de 6 reales por billete verde. Esta nueva devaluación vuelve a golpear a la competitividad de la economía argentina, con especial con impacto en las localidades de frontera.

"No podemos hacer nada con la devaluación del real en Brasil, es algo que hacen todos los veranos", confiesa Rodrigo Blanco, presidente de la Cámara de Comercio de Iguazú.

Blanco sostiene que al atractivo de un real devaluado frente al dólar y los precios acomodados que resultan de ello, se suma este año un "peso fortificado, algo que no es habitual", por lo que se da un doble impacto. Hoy es mucho más barato en dólares viajar y consumir en Brasil y mucho más caro hacerlo en Argentina, por la apreciación del peso.

Esto lo notan no sólo los argentinos y brasileños sino también residentes de Paraguay, Uruguay, Chile y otros países de la región, que toman en cuenta este diferencial al momento de decidir dónde vacacionar o hacer compras a precio conveniente.

Tránsito hormiga

En épocas de devaluación en alguno de los países, la frontera seca se transforma en un hormiguero de vehículos que cruzan el límite internacional para hacer compras a buenos precios e incluso cargar combustible. Es lo que ocurre en localidades como Posadas, Iguazú, Bernardo de Irigoyen o Eldorado en Misiones, y también en Clorinda (Formosa), o Santo Tomé y Paso de los Libres en Corrientes.

"Hasta 2023 los brasileños y paraguayos venían a cargar combustible de este lado de la frontera, traían además bidones, cargaban a mitad de precio, pero a partir de la devaluación del peso en diciembre la caída de ventas fue muy notoria, de un 60% más o menos", explica Faruk Jalaf, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio y Afines del Nordeste (Cesane).

Con el correr de los meses la situación se fue estabilizando a partir de sucesivos aumentos en los surtidores y la actualización de dos impuestos (a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono) que se venían postergando por más de dos años durante el gobierno anterior.

"Hoy no se nota la caída, antes teníamos ventas suplementarias, eso es lo que bajó", considera Jalaf, para quien con los valores actuales se perdió el incentivo a cargar en surtidores del otro lado de la frontera. "Allá (en Brasil) la nafta súper está 1 dólar y acá 1,10 dólares, no justifica el costo del viaje, pero sí hay diferencia con Uruguay donde se vende a 1,80 dólares el litro".

"Los brasileños antes rompían los pesos, ahora se quejan de lo caro que está todo", recuerda Rodrigo Blanco. Pese a ello, sostiene que lo más perjudicial es la inflación "porque no permite proyectar". Con la desaceleración de la inflación "hoy todo es más predecible, podemos poner precios para la temporada de verano a tres meses, antes no sabíamos qué precios poner para no perder".

Con la temporada veraniega en el horizonte, todos empiezan a evaluar las oportunidades de venta de bienes y servicios que pueden perderse, no sólo vinculadas al sector turístico.

"En enero y febrero va a haber gente, incluso porque muchos argentinos van a ir de vacaciones a Brasil en auto y aprovecharán a quedarse unos días en Iguazú", destaca Rodrigo Blanco.

Industria en jaque

En el sector industrial, por su parte, crece el temor a una pérdida de competitividad por la devaluación del real. Terminales automotrices y autopartistas son algunos de los sectores que están en guardia ante la posibilidad de un impacto en las ventas.

Jerónimo Montalvo, analista senior macroeconómico en Abeceb, asegura que la devaluación del real es una cuestión que el último mes llamó la atención por la velocidad de la depreciación, pero viene ya desde hace varios meses, una situación en la que inciden aspectos estructurales y coyunturales.

"El último mes el real se devaluó 4,5% pero el último año acumula ya una devaluación del 22%", explica Montalvo. Entre las cuestiones coyunturales menciona el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos y la posibilidad, cada vez más cierta, de que se dispongan medidas proteccionistas como aranceles a importaciones, que terminen fortaleciendo al dólar. También menciona la sanción una ley para reducir el déficit fiscal "que no le gustó al mercado".

Pero claramente entre los factores estructurales sobresale el abultado déficit fiscal que lleva varios años y que en 2023 llegó al 8% del PIB. "A Brasil no le viene mal la devaluación para reacomodar las variables", explica el experto.

Pero lo cierto es que este fenómeno se dio en momentos en que el peso se está apreciando por una devaluación que corre con el crawling peg al 2% mensual, por debajo de la inflación. Sumado a que los dólares alternativos están retrocediendo, el resultado es un atraso cambiario que complica más las cosas con el principal socio comercial.

"Argentina se encarece y venir a invertir a Argentina se complica", anticipa Montalvo. Sostiene además que hoy la relación peso-real "está como a fines de 2015 cuando terminaba el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner" y entre 5 y 10% más que en la crisis de Brasil de 1999, recordada como "efecto Caipirinha".

"Son valores que incomodan a sectores como el automotriz, el autopartista, la metalmecánica, vastos sectores de alimentos como lácteos, carne y trigo", asegura. Entre el 20 y el 30% del volumen de exportaciones de Argentina está explicado por la relación con Brasil.

Pese a ello, el analista deja en claro que más allá de la devaluación, lo que más impacto puede tener es si se contrae la actividad económica en Brasil o sube la tasa de interés, porque "ahí se cae la demanda con mayor probabilidad que con estos movimientos del tipo de cambio".

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