Carlos Steneri se define como un ciudadano del mundo que lleva puesta la camiseta uruguaya. "Tuve experiencias por todo el mundo, pero construí mi vida en Uruguay", revela el ejecutivo que cuenta entre sus metas potenciar a Tiendamia en el nuevo rol de country manager para Uruguay.
Su nombre y apellido no pasan desapercibidos, su padre, homónimo, es un economista de fuste y fue una figura clave durante la crisis del 2002. Algunas de sus lecciones permean ahora en la visión de negocios de su hijo que sueña con un comercio más libre y con menos fronteras.
En el contexto de un e-commerce más maduro que en otros países de la región -como Ecuador y Costa Rica donde Tiendamia empieza a pisar con fuerza- la firma presenta en Uruguay nuevas líneas de negocios como Tiendamia Empresas o un servicio para acompañar exportaciones. En entrevista con Forbes Uruguay, Steneri se refirió a estas novedades, a cómo optimizar el sistema de franquicias que representa el 90% de sus operaciones y también hizo hincapié en el rol que las compras en el exterior pueden tener en el fomento de la innovación en Uruguay. A continuación, un resumen de la entrevista.
Viviste gran parte de tu vida en Estados Unidos, ¿cómo te resulta hacer negocios en Uruguay?
En Uruguay nos conocemos todos y es fácil generar esos vínculos personales con diferentes empresarios o con la competencia donde convivimos en los mismos eventos. Es un mercado particular en ese sentido. Hay que saber manejarse y tener la suficiente apertura mental para operar en un mercado en el que estas conviviendo continuamente con competidores-que al otro día pueden ser socios- y con socios, hay que ser flexibles y adaptarse a cada situación.
Estabas en el sector de pagos transfronterizos que, si bien tiene puntos de contacto con el negocio de Tiendamia, no es lo mismo. ¿Qué te llevó a dar el salto?
Siempre admiré muchísimo la empresa, su propuesta de valor. A primera vista para el consumidor lo fácil que es y yo me imaginaba que detrás de eso había una empresa compleja, con una cadena de valor muy amplia y cuando surgió la oportunidad de aplicar a este puesto quería saber más, cómo lo hacen y obviamente de mi lado aportar a que la empresa y el negocio crezca en Uruguay principalmente.
¿A qué porcentaje del mercado atiende Tiendamia?
En lo que es el mundo de las franquicias, que es nuestro fuerte, casi un 50% de las franquicias pasan por Tiendamia.
¿Qué planes tienen para 2025?
Para este año nuestro foco está en la zafra de fin de año, principalmente noviembre con Ciberlunes, Black Friday y un evento que Tiendamia va a traer a Uruguay que es 11:11, el día de los solteros de China, queremos traer estas oportunidades que surgen en otros mercados a Uruguay para que puedan comprar con los mismos descuentos.
Para 2025 la apuesta es diversificar los servicios. Franquicias va a seguir siendo nuestro corazón, pero como tenemos una estructura de logística tan desarrollada y aceitada apostamos a llevar ese servicio a otras líneas de negocios, por ejemplo, Tiendamia Empresas.
¿En qué se diferencia este servicio de la importación tradicional que puede hacer una empresa?
De la misma manera que Tiendamia.com simplifica las compras en el exterior y hace que luego de comprar el producto llegue a la puerta de tu casa, sin pasos adicionales, el caso de Tiendamia Empresas es muy similar. Para las compras mayores a US$ 200, por fuera de franquicia nosotros calculamos los impuestos a pagar, pagás en el momento, agregas tu RUT para descontar el IVA y nosotros nos ocupamos de todo: de la importación, de la declaración de los productos, usamos nuestro propio despachante para hacer la importación a Uruguay y se la entregamos a la empresa. El beneficio es no tener que lidiar con terceros ni cotizar con despachantes de Aduanas o transportistas, nosotros resolvemos todo con un e-commerce simplificado.
Están comenzando a trabajar en exportaciones, ¿cómo funciona esa línea de negocios?
Sí, estamos iniciando esta solución de logística como servicio. Toda la experiencia que hemos adquirido de logística, despacho aduanero, entrega de última milla no solo en Uruguay sino en varios países de América Latina, Estados Unidos y China queremos brindar un servicio a emprendedores o empresas. Ya hay algunas empresas que están empezando a armar sus propio e-commerce con productos específicos que usan toda la experiencia logística de Tiendamia pero el frente de su e-commerce es propio. Entonces pueden vender, por ejemplo, repuestos de autos europeos en América Latina y la logística y última milla lo ejecuta Tiendamia. Va a ser una línea de negocios paralela. Ese servicio no está dentro de Tiendamia.com y todavía no sabemos si va a existir en esa página o va a ser una empresa en paralelo.
¿Cuál es la estrategia para poder involucrar a más público masivo al nicho de las compras en el exterior?
Tenemos que comunicar los beneficios con más claridad porque los clientes que ya nos conocen están acostumbrados a comprar en el exterior y para ellos es un hábito durante el año y saben que durante el año van a consumir tres franquicias. Pero hay todo un sector de la población que no se imagina las posibilidades y lo fácil que es comprar en el exterior, la variedad de productos que pueden tener. Ahí falta tener comunicación conjunta con partners como medios de pago que estén enfocados a ese sector demográfico. Con esas herramientas que tenemos a disposición vamos a poder captar un sector del público que hoy no está usando las franquicias ni está comprando en Tiendamia.
Si pudieras cambiar una regla de la normativa que los rige, ¿cuál sería?
Yo creo que la libertad de consumo en el comercio internacional es clave, especialmente para un país chico como Uruguay. La normativa hoy en día permite tres franquicias anuales por US$ 200 y, según nuestros estudios, es solo el 1% de todas las ventas retail de Uruguay como pueden ser shoppings o e-commerce locales. Me parece que hay una distorsión en el mercado, porque si tengo una tarjeta que me permite comprar en el exterior tengo acceso al sistema de franquicias, pero hay personas que no puedan acceder a ese sistema por su situación económica. ¿Qué cambiaría? Lo simplificaría, unificaría el monto que un uruguayo se puede traer del exterior a un tope anual, por ejemplo, de US$600 -si se sigue lo que está permitido hoy- y que se pueda traer en la cantidad de veces que quieras, en una única compra de US$ 600 o en 100 compras de US$ 1. Qué sea el consumidor quien elige cómo usar la franquicia.
¿En qué limita ese tope de franquicia?
El tope de US$ 200 por franquicia es muy bajo. Pasa con los emprendedores, por ejemplo, que no pueden traer los materiales que necesitan como componentes tecnológicos que valen US$ 500 o US$ 1.000, eso frena la oportunidad que tenemos de ayudar a los emprendedores uruguayos a traer insumos del exterior para innovar y hasta patentar ideas. Por ejemplo, hay unos chicos que importaron drones de China, les modificaron el software y monitorean ganado. Eso es valor agregado uruguayo y creo que tenemos que ir hacia ahí.
¿Se puede soñar con un comercio transfronterizo con menos restricciones?
Sí, totalmente. Se tiene que soñar y es fundamental. En Uruguay no hay prácticamente industria local a la que deberíamos proteger. A diferencia de Argentina o Brasil Uruguay es un país chico y tenemos que enfocarnos en agregar valor, innovar y patentar ideas no solo en software, sino también vinculando productos físicos que probablemente no sean producidos en Uruguay, pero a los que se les puede agregar valor local y ahí se puede crear un producto nuevo que se patente y comercialice en todo el mundo.
El comercio libre va a facilitar que Uruguay sea un hub tecnológico de innovación no solo en software, sino también en hardware.
¿Estudiaste economía por herencia o por vocación?
En realidad, mi pasión es la historia. Yo estudié la carrera de historia con especialización en historia latinoamericana y después de dos años me propuse sumar otra cosa para tener una salida laboral. Entonces sumé economía porque me parecía que me daba mucha amplitud para poder después entrar al sector privado o público y también tenía mucho que ver con la historia entonces fue una buena mezcla.
¿Qué aprendizaje de tu padre, Carlos Steneri, aplicas en tu carrera profesional?
Me emociono un poco porque viví de lejos desde Estados Unidos cuando se atravesó todo ese momento crítico en 2001 y 2002, yo veía a mi padre 100% comprometido con la causa, siempre fue muy bajo perfil y ese es un aprendizaje que nos ha dejado a nosotros. Siempre tuvo un dicho que hasta el día de hoy se lo repite a los nietos que es: "Los partidos tienen 90 minutos", nunca hay que bajar los brazos cuando todo está oscuro, y tampoco hay que creérsela porque te pueden meter un gol al minuto 90.