La pasión por la tecnología siempre estuvo. Aunque estudió contabilidad, su gusto por aplicar nuevos desarrollos y facilitar las tareas diarias lo impulsó a cambiar de camino. Hoy, casi 20 años después de haber ingresado en la multinacional estadounidense y tras posicionarse como country manager de Uruguay, Alejandro Pazos mantiene su espíritu y asegura que para entrar en el mundo de la informática no es necesario ser ingeniero o saber programar. "El interés y las ganas tienen que estar por delante del conocimiento", opina durante una entrevista con Forbes Uruguay. Su visión del país, los cambios de la empresa y las próximas metas.
Sos argentino pero vivís acá hace algunos años. En este tiempo tanto el empresariado como el gobierno buscaron impulsar a Uruguay como hub de innovación, ¿cuál es nuestro principal diferencial?
En Uruguay hay mucho talento y se nota. Este año en Punta Tech, por ejemplo, había un ecosistema de inversores extranjeros, sumado a toda la gente del ecosistema de tecnología que estamos acá, y se notaban esas ganas de invertir en Uruguay, en el talento. El mundo lo ve como un país próspero donde hay un balance institucional, económico y social. Incluso estadísticamente se puede analizar la educación, la justicia y otras cuestiones comparativas entre Uruguay y el conjunto de Latinoamérica, y probablemente sobresale por encima de la media. Creo que hay que seguir por esa misma línea de incentivar. Hay muchos inversores de afuera que quieren meterse en el ecosistema de las startups, que me parece que es fantástico. Claramente a nivel de escala Uruguay es pequeño, pero creo que tiene un gran ADN de innovación y de emprendedurismo.
¿Y qué hace falta?
Que haya mayor empleabilidad o mayor cantidad de personas que puedan responder a esa necesidad. Es complejo estructurarlo, porque además después pasa lo de la sábana corta. Incentivás una profesión y desincentivás las otras, como puede ser un doctor, un psicólogo. Creo que en ese sentido hay que encontrar un balance y buscar formas de traccionar, atraer y retener talentos.
Hace casi 20 años que estás en la empresa, ¿cuál fue el cambio que más te sorprendió?
Como empresa de tecnología acompañamos los movimientos de lo que pasa en el mercado para así ser competitivos. Hubo varios momentos que marcaron un antes y un después. El primer gran cambio que noté fue el de la incorporación de los servicios cloud, ahí pasamos a un mundo muchísimo más grande a nivel de market share. Además, fue clave la llegada de Satya (Nadella, CEO de Microsoft), acompañando esa evolución donde salían versiones de Office 365, versiones Exchange Online, entre otras. Esto llevó a que entraramos en un negocio de escala, de servidores y plataformas. Microsoft cambió un modelo donde tenía casi todo el market share, con el office instalado en todas las máquinas a un negocio de servicios, infraestructura y tecnología, donde los competidores eran muchos más y había que reestructurar toda la compañía.
¿Cómo percibís la incorporación de la inteligencia artificial, que generó una revolución en todo el mundo?
Lo que se está viendo es que la curva de adopción es muy rápida. También puede ser que sea una disrupción inicial que después se caiga, como ha pasado en otros casos. Lo que sí sabemos es que llegó a transformar un montón de cosas, de procesos y a mejorar el tema de seguridad y productividad. Entonces hay una disrupción donde se está empezando a ver algo que no sabemos todavía hasta dónde va a llegar, pero sabemos que va a tener un impacto en la economía, en la empleabilidad, incluso en cómo hacer el negocio.
¿Hoy Copilot es tu mejor amigo?
(Risas). Me parece que es fantástico y creo que es muy interesante el concepto y el nombre: "Copilot". No es el piloto, vos sos el piloto y Copilot te va a ayudar a hacer las cosas, mejorar el análisis, la escritura o el concepto. Es un asistente que te permite darle velocidad a diferentes temas dentro de lo que es el paquete office: lo podés tener para Excel, Word, Power Point, Teams y para todos los productos. Cuanto más lo usás, más vas a poder sacarle el provecho y lo vas a entender mejor.
La idea es preguntarse cuánto tiempo se dedica a tareas que pueden acelerarse, mientras que tal vez ese tiempo que se ahorra se puede usar en tareas que requieren más creatividad, más estrategia, mayor análisis. A mí realmente me soluciona un montón.
¿En qué casos te resulta más útil?
Por ejemplo, me pasa que me agregan en toda una cadena de mails que lleva meses de intercambio, en varios idiomas, y me preguntan: Alejandro, ¿qué opinas al respecto? En vez de estar luchando, yendo hasta el comienzo y leer todo para poder entender, ver quiénes más están copiados, etc., le pido a Copilot un resumen de la conversación. El asistente lo hace en base a quién soy yo, el rol que tengo y selecciona lo que a mí me interesa saber de todo lo que está en discusión. En pocos segundos tengo el concepto de lo que está pasando para poder analizar a partir de eso qué tiene interés, qué quiero ver en profundidad.
Como líder de una empresa tecnológica tan grande ¿qué habilidades considerás esenciales en un colaborador?
Voy a tomar algo que me dijo alguien de la industria. Él busca perfiles de tecnología en personas que no son de tecnología, por ejemplo un artista, un músico, un psicólogo, porque lo que tienen que tener son las ganas de saber, el conocimiento general, el know how. No se necesitan sí o sí únicamente ingenieros o desarrolladores, creo que tiene que ser mucho más amplio. La inteligencia artificial acerca, rompe barreras de ingreso. Lo que tiene que tener una persona es el interés, las ganas de formarse en algo y animarse porque seguramente después, si le falta conocimiento, lo va a poder aprender. No pondría el aprendizaje por encima de las ganas.
Sin ir más lejos, vos sos contador y estudiaste economía, ¿cómo te incorporaste en el mundo de la tecnología?
Sí, soy egresado de la UBA en Argentina y aunque no desarrollo en Python, siempre me encantó estudiar y leer sobre tecnología. También me gustaba la docencia, explicar las cosas, así que daba alguna clase de apoyo en la facultad en lo que era la parte de impuestos y explicaba cómo aplicar la tecnología que había en ese momento: Excel 97, Quattro Pro, Lotus Notes, plataformas que te permitían hacer análisis contables, matemáticos. A partir de ahí empezamos con un pequeño emprendimiento con un socio para explicarle la tecnología a personas que no eran del palo. Hicimos una editorial y empezamos a publicar libros, pero dedicados a ciertas especialidades como abogados, contadores, empresas financieras, y explicábamos el office como herramienta. El primer gran éxito fue un libro que se llamó "Excel para contadores", que fue best seller en Argentina.
¿Cómo llegaste a Microsoft?
Primero me acerco a ellos con la idea de explicar la tecnología a personas que no eran del rubro. Microsoft contrata a la empresa para hacer diseños que enseñaran sobre el contenido. Después, en 2005, surgió una oportunidad de negocio directamente en Microsoft, me presenté y quedé. Era para hacer más o menos lo mismo, pero desde adentro. Explicar la tecnología a las empresas para que vieran el valor de comprar sus productos. El desafío siempre era, y hasta hoy es, generar versiones, productos o servicios nuevos y entenderlos para aplicarlos a temas de seguridad, infraestructura y productividad principalmente. Vos tenés que saber explicar esas funcionalidades novedosas para que entiendan el impacto que tiene en la persona, en el proceso o en la empresa.
Durante tu gestión se marcaron diferentes hitos, por ejemplo la implementación del laboratorio de inteligencia artificial, ¿cuál es el próximo paso?
Antes de empezar a buscar otra cosa que tenga tanto impacto, hay que enfocarnos en lo que tenemos, que además es muy dinámico.
El laboratorio, por ejemplo, se pensó hace muchos años atrás. Hoy con la transformación de la tecnología a través de la inteligencia artificial eso cambió, lo que implica muchos desafíos. Actualmente hay 150 casos presentados, principalmente en Uruguay, donde vamos a impactar realmente en la velocidad de desarrollo de prototipos para que las empresas tengan mayor velocidad para generar nuevos productos o servicios. Primero tenemos que llevar esto a su máximo potencial para que realmente se note el impacto, así como lograr que mucha más gente pase por el laboratorio. No hay que olvidar que sigue siendo el único de Latinoamérica y que ya hay algunas empresas que están usando el laboratorio desde afuera, si bien la mayoría de los casos son de empresas de Uruguay, lo que le da un impacto en el mercado local muy fuerte. Hay muchas ideas que tenemos y que ya estamos trabajando, si bien no tenemos una agenda definida de proyectos que vamos a lanzar ahora.
¿Cuáles son tus tres reglas de oro?
Transparencia, ganas y siempre siempre levantarse y seguir caminando. Insistir, insistir, insistir. Esto es así tanto en mi trabajo como en mi vida personal.