A estilo Camus[1] este artículo se rebela contra el infantil péndulo argentino. Se rebela contra el anti-kirchnerismo , contra el anti-liberalismo y contra el anti-capitalismo. Si bien es cierto que este fenómeno del péndulo refleja las tensiones y contradicciones inherentes a la sociedad argentina[2], también refleja una característica común a la generalidad de los argentinos. Optamos por modelos supuestamente antagónicos que empiezan con un primer momento de crecimiento fiestero, para después hundirse en crisis, financieras en el caso de los modelos aperturistas y de hiper inflación en el caso de los modelos cerrados. En esos momentos de crisis, los argentinos tenemos un "fallo de memoria", y como un drogadicto al que se le agotaron las recetas, volvemos a esperanzarnos con modelos repetidamente fracasados en nuestro escaso tiempo historia. Mientras, Argentina cae en su posición relativa respecto a otros países de América Latina. En la década de 1950, Argentina ocupaba el puesto 22 en el ranking mundial de exportadores, pero para 2023 había caído al puesto 45[3]. En 1948, el PIB per cápita de Argentina era del 84% del promedio de las 10 economías más grandes del mundo, pero para 2024 este valor cayó al 34%[4]. Todo termina tan contradictorio que hoy nuestro Presidente ultra liberal se abraza con su supuesto "socio" presidente electo de los Estados Unidos, que propone para su próximo gobierno una economía "peronista" de protección de la industria local, y que además, pregona políticas que atentan contra el potencial argentino de exportar commodities agropecuarios, y ni hablar de nuestro potencial para diversificar la matriz exportadora argentina a partir de las exportaciones de gas natural licuado (GNL).
Al estilo del estratega chino Sun Tzu, este artículo propone a los líderes de ambos lados del péndulo una herramienta que finalmente les permitirá eternizarse en el largo plazo, a la misma vez que, lenta y clandestinamente, sus políticas se fusionan con el modelo opuesto, para finalmente desaparecer y ser reemplazadas por políticas ajustadas a las necesidades de la Argentina en el marco de la revolución tecnológica y social de nuestro planeta en el siglo XXI.
"Una vez que concluya la renegociación de la deuda y el impacto de la pandemia, Argentina seguirá arrastrando el mismo problema estructural: la dificultad para encontrar una fórmula que concilie crecimiento con progreso social. Para destrabar el bloqueo es necesario construir una coalición política y social pro exportadora. ... Argentina necesita dólares para comprar bienes de capital, insumos y bienes de consumo, y para eso necesita exportar. No necesita exportar para ser un tigre asiático, porque definitivamente no lo será. Necesita exportar para satisfacer sin chocar contra la pared las demandas asociadas históricamente a su nivel de vida. Las exportaciones son el aceite que lubrica el motor del consumo y la inversión, la garantía que sostiene al mercado interno."[5]
¿Pero cómo aumentamos las exportaciones en este recurrente péndulo en el que estamos inmersos, demoledor de cualquier alternativa de inversiones de largo plazo?
Es aquí en donde entra el RIGI como herramienta para hacer factible inversiones de largo plazo orientadas a mejorar y aumentar el perfil exportador de la Argentina.
En un trabajo anterior, aun antes de ni siquiera haberse sancionado, asociamos al RIGI, tanto lo que hace a su problemática subyacente como a la solución regulatoria, con las políticas que permitieron a China sustituir sus modelos de economía planificada al estilo soviético, por los modelos aperturistas que le permitieron convertirse en su condición actual de segunda potencia económica del mundo[6].
Este artículo demuestra que el RIGI es un invento de todos y todas, para todos y todas. Entonces, ¿Qué es el RIGI?
El RIGI es principalmente un régimen de estabilidad normativa que perpetua, para determinados proyectos de inversión, las condiciones macro en materia impositiva, cambiaria y regulatoria por treinta años, aun cuando gobierne Cristina, Mauricio, Alberto o Javier.
Los regímenes de estabilidad regulatoria tienen un antecedente muy importante en la ley de inversiones mineras de 1993[7], que permitió importantes desarrollos mineros como el de Veladero y Bajo de la Alumbrera. Con menos éxito también está la ley 25.080[8] de inversiones para bosques cultivados del año 1998. A diferencia de estos antecedentes históricos más orientados a brindar estabilidad respecto de los beneficios impositivos especiales otorgados a los respectivos proyectos, el RIGI se preocupa más por el aislamiento de los proyectos de los recurrentes cambios en las condiciones macroeconómicas en la argentina. Por ejemplo, en materia de control de cambios, el RIGI garantiza a los inversores de los proyectos que no se afectarán sus derechos a disponer libremente de sus cobros de exportaciones[9], la posibilidad de recurrir al financiamiento externo, y el derecho a repatriación de inversiones y dividendos. Es más, el régimen cambiario vigente a la fecha de adhesión del respectivo proyecto no puede ser afectado en el futuro por normas que establezcan condiciones más gravosas.
También el RIGI suma un elemento fundamental para su potencial éxito que es la posibilidad de los proyectos y sus accionistas de someter a arbitraje las disputas que pudieran existir con el Estado Nacional. Incluso permite la fijación de una sede arbitral fuera de la República Argentina garantizando así la imparcialidad de los tribunales en el caso de apelaciones de decisiones arbitrales.
Así, el RIGI se presenta como una herramienta regulatoria que viabiliza proyectos de inversión de largo plazo aun dentro de la actual coyuntura pendular argentina.
Es cierto que la ley 27.742 que creó el RIGI no fue votada por un importante sector del radicalismo y fue ferozmente criticada por el Kirchenrismo. Sin embargo, esto se debe más a politiquería coyuntural que una sincera voluntad de deshacerse de este régimen en caso de que alguna de estas fuerzas políticas asuma como fuerza política mayoritaria en el futuro. El RIGI tiene su antecedente más cercano y parecido en el proyecto de ley del kirchnerismo del año 2023. Este proyecto otorgaba estabilidad cambiaria, impositiva y regulatoria por 30 años a los proyectos destinados a la exportación de gas natural licuado (GNL). En esa oportunidad el presente Milei votó en contra de ese proyecto, mientras que Juntos por el Cambio se abstuvo. Tampoco pretendamos que nos parezcamos a Uruguay en materia de madurez política.
Es más, si comparamos la supuesta entrega de nuestra soberanía y nuestros recursos que, a través de los privilegios impositivos, otorga el RIGI a las multinacionales extractivas, con los beneficios otorgados en la ley kirchnerista a las mismas empresas, observamos que en materia de impuesto a las ganancias, ambas normas otorgan a sus beneficiarios amortización acelerada y alícuotas especiales (30% el proyecto kirchnerista contra 25% el RIGI), ambos prevén similares beneficios en materia de IVA, y finalmente ambos otorgan la misma garantía de estabilidad de régimen por 30 años.
Más allá del sarcasmo, lo cierto es que, en materia de alícuota de impuesto a las ganancias para proyectos de GNL, la rebaja del RIGI del 25% compite con alícuotas de ganancias del 21% en los Estados Unidos (principal exportador de GNL del mundo), 10% en Qatar, y 15% en Canadá. Es decir, que estos beneficios no hacen más que colocar a la argentina en una posición competitiva respecto de otros países receptores de inversión.
Es por eso por lo que hablamos de un RIGI para todos y todas. Se trata de crear riqueza vía exportaciones. Riqueza que es solo posible generar con mayores inversiones. Inversiones que, en la actual coyuntura pendular de la Argentina, solo es posible con un marco fuerte que aísle a los proyectos de inversión de largo plazo de tal coyuntura. Se trata además de una herramienta normativa que sirve tanto a los liberales como a los peronistas o kirchneristas, ya que les ofrece generación de riqueza, generación de empleo y generación de divisas de exportaciones, todo ello fundamental para el sostenimiento de sus gobiernos en el lago plazo, más allá de sus políticas económicas por fuera de tales proyectos. Para los pecadores aperturistas, les permitirá mitigar el sobreendeudamiento externo generado por la apertura indiscriminada de las importaciones y la sobre apreciación del peso. Para los pecadores proteccionistas, les permitirá mitigar las consecuencias inflacionarias y de infra apreciación del peso al fomentar el consumo interno protegiendo y subsidiando la industria nacional.
Además, el RIGI blinda únicamente los proyectos aprobados (inicialmente pueden estimarse de cuatro a ocho proyectos por período presidencial de 4 años). No blinda los requisitos para los proyectos futuros. Esto quiere decir que cada gobierno que asuma puede flexibilizar, agravar o redireccionar el RIGI de acuerdo con sus propias políticas, como, por ejemplo, limitarlo para proyectos de exportación estratégica, reducir sus beneficios impositivos, o incluso la incorporación de requisitos de creación de empleo o desarrollo de PYMES. Eso sí: Las condiciones propuestas siempre deberán ser suficientemente competitivas como para que los inversores, teniendo en cuenta el RIGI y demás condiciones que ofrece la Argentina, elijan desarrollar sus grandes proyectos de inversión de largo plazo en nuestro país y no en otro.
[1] "Camus, Albert. El Hombre Rebelde. Editorial Sudamericana, 1951.
[2] Gerchunoff, Pablo, y Lucas Llach. El ciclo de la ilusión y el desencanto: Políticas económicas argentinas de 1880 a nuestros días. Crítica, 2018.
[3] Rubies, Francisco, y Emilce Terré. "Parece haber perdido el tren: un estudio midió el colapso de la Argentina en el ranking de exportaciones." Infobae, 12 Feb. 2024, www.infobae.com/economia/2024/02/13/parece-haber-perdido-el-tren-un-estudio-midio-el-colapso-de-la-argentina-en-el-ranking-de-exportaciones/.
[4] "Informe global: el triste récord de la Argentina según el Banco Mundial." La Nación, 13 Jun. 2024, www.lanacion.com.ar/economia/informe-global-el-triste-record-de-la-argentina-segun-el-banco-mundial-nid13062024/.
[5] Gerchunoff, Pablo. "El nudo argentino." Embajada Abierta, 14 Feb. 2024, www.embajadaabierta.org/post/el-nudo-argentino-por-pablo-gerchunoff.
[6] Rueda, Pablo. "Cambios Regulatorios para un Modelo de Exportación de Gas Natural a Escala Global" Revista del Colegio de Abogados, Número 82, Tomo 1, Julio de 2022, en https://colabogados.org.ar/larevista/82t1/cambios-regulatorios.html.
[7] https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=636F7BC8FD072EE9EC4CE2190DA66F07?id=591
[8] https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=55596
[9] 100% después del cuarto o tercer año dependiendo el tipo de proyecto.