The 1841 Foundation, la fundación que fundo y presido, publicó la segunda edición del Índice de Infiernos Fiscales y Argentina volvió a estar en el podio. En esta oportunidad, el indicador evaluó 82 países de Europa y América, en función de datos obtenidos de fuentes públicas, específicamente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial.
De esta forma, el trabajo diferenció tres grupos: los infiernos fiscales (del puesto 1 al 13 del ranking), los países en riesgo de convertirse en uno (ocupan del lugar 14 al 32) y los países en situación de normalidad (del lugar 33 al 82 del ranking).
La Argentina no repunta
El podio del índice se mantuvo sin cambios con respecto al año pasado. De esta manera, Argentina volvió a ocupar el tercer lugar, lo que vuelve a sentenciar al país como uno de los infiernos fiscales más importantes del mundo.
¿A qué se debe este pésimo resultado? Las principales causas de este mal resultados son su elevado endeudamiento, la alta inflación -alrededor del 100% en 2022, la cifra más alta en décadas- y a la debilidad de sus instituciones (vale destacar que el actual gobierno ha aumentado o creado 24 impuestos desde que asumió).
La inflación descontrolada, como es de esperar, ha generado una situación compleja. Se han desarrollado múltiples mercados cambiarios paralelos, las reservas del Banco Central se han vuelto prácticamente inexistentes y se estima que el déficit fiscal consolidado, incluyendo el del Banco Central, es del 8%, o incluso más, del PBI. A este catastrófico escenario, se le suma que la deuda soberana y la del Banco Central están aumentando a un ritmo que se ha tornado insostenible.
Argentina tiene un historial destacado en cuanto a defaults desde mediados del siglo pasado, siendo el país con mayor duración de esta situación y habiendo incurrido en falta de pagos en diversas ocasiones. Además, ha llevado a cabo la confiscación de los ahorros de su población como medida para enfrentar crisis financieras en cinco oportunidades.
Para coronar la situación, es necesario mencionar que la protección del Estado de Derecho y la privacidad de la información de los ciudadanos se ha vuelto prácticamente inexistente. Este gran cúmulo de factores llevan a Argentina a ocupar, por segunda vez consecutiva, el tercer lugar en el nuevo Ranking de Infiernos Fiscales, solo por detrás de Bielorrusia y Venezuela. Así, se convierte en uno de los países de Latinoamérica y del mundo con peores resultados en el estudio.
¿Cómo se realizó el estudio?
La metodología utilizada para realizar este índice consistió en evaluar a cada uno de los 82 países integrantes del ranking a través de una variable cuantitativa, que representa el 60% de la puntuación total, y una variable cualitativa, que responde a la calidad de gobierno, y representa el 40% de la puntuación total.
En la variable cuantitativa se tuvo en cuenta la presión fiscal -medida como impuestos totales en porcentaje del PBI-, la presión de la deuda media -medida como el total de la deuda pública sobre el PBI-, la presión inflacionaria -medida como un índice de inflación- y la potencial presión fiscal -medida como la diferencia entre gastos e ingresos públicos sobre el PBI-.
Toda la información fue extraída de datos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. A nivel cualitativo, los indicadores considerados fueron la voz y rendición de cuentas, el Estado de derecho, la calidad de la regulación, la estabilidad política, la eficiencia estatal y el control de la corrupción. El índice completo se puede descargar en este link.