En Argentina, las licencias por paternidad duran menos que un fin de semana largo. Hablamos de tan solo 2 días, poco tiempo incluso para irse a la costa. Al momento de escribir esta nota estamos en vísperas de un nuevo día del padre y me pregunto ¿qué tipo de paternidad y de vínculo nos propone esta licencia que marca que cuando un bebé tiene 2 días su padre debe volver a trabajar como si nada hubiese pasado?
Desde ELA hace años que trabajamos para promover una reforma del esquema de licencias que amplíe el tiempo de cuidado que tienen los padres porque comprendemos que es una herramienta clave para promover una mayor corresponsabilidad de las tareas de cuidado y crianza, fortalecer los vínculos afectivos entre padres e hijos y contribuir a un mejor desarrollo infantil. Pero ¿qué piensan las y los argentinos al respecto? ¿Qué lugar consideran que tiene el padre en la crianza de los hijos? ¿Qué porcentaje de la población considera que debería haber una licencia extendida? ¿De cuántos días?
Estas y otras preguntas forman parte del nuevo informe Las voces del cuidado: Opiniones sobre paternidades, licencias y políticas públicas de cuidado en Argentina que realizamos desde ELA en el marco de la campaña global MenCare. El estudio da cuenta de los datos locales del State of the World's Fathers 2023, un estudio exploratorio realizado a varones y mujeres entre 18 y 65 años, con y sin hijos, de distintos géneros, orientaciones sexuales y nivel socio-económico, sobre representaciones, demandas sociales y experiencias de paternidad y cuidados a nivel mundial, basado en una encuesta on-line implementada en 17 países.
La investigación nos muestra, por un lado, que existe una gran distancia entre lo que la gente piensa y la realidad, porque mientras el 95% de las personas entrevistadas afirma estar de acuerdo con que la presencia activa del padre en las primeras etapas de la vida es fundamental para garantizar un mejor desarrollo infantil, nuestra normativa obstaculiza que esto suceda: quienes tienen suerte de tener un empleo formal en relación de dependencia, gozan de pocos días de licencia que varían entre los 2 días que dicta la Ley de Contrato de Trabajo y las ampliaciones que pueden dar las empresas o los convenios colectivos pero que, en promedio, rondan la semana de extensión. La licencia actual apenas te permite tener un recuerdo, pero no garantiza ni habilita una presencia activa paterna en una etapa clave.
Y, por otro lado, lo que vemos es que existe una creciente concientización en la población y consensos importantes que deberían ser llamados de atención para la dirigencia política. Uno de esos consensos se encuentra en la necesidad de mejorar el esquema de licencias actual -vigente hace 49 años-, extendiendo la licencia por paternidad e incorporando nuevas licencias como la de adopción. Los datos son contundentes: 8 de cada 10 personas encuestadas creen que la licencia de paternidad debería ser más extendida para que puedan generar un vínculo con su hijo recién nacido o adoptado y aprender a cuidarlo y 7 de cada 10 personas encuestadas consideran que la licencia debería tener una duración de por lo menos 30 días.
Y otro punto clave se vincula con una discusión que está presente hoy en el Congreso, donde se está debatiendo la reforma del esquema de licencias, que tiene que ver con el alcance de la reforma. Desde ELA consideramos que la reforma debe incluir a quienes hoy no tienen derecho a tiempo de cuidado. Hablamos de millones de personas trabajadoras excluidas del derecho que no pueden asegurar un buen cuidado y de niñas y niños que tampoco pueden recibir los cuidados que necesitan. El derecho al cuidado es un derecho de todas las personas, independientemente de su inserción laboral y es un deber del Estado asegurarlo. El estudio nos muestra que existen altos niveles de acuerdo con esta propuesta: 8 de cada 10 personas encuestadas consideran que el Estado debería otorgar algún tipo de licencia por nacimiento o adopción para trabajadores monotributistas y en la misma proporción consideran que debería ser una prioridad de la agenda política.
Uno de los grandes cuestionamientos a esta propuesta es sobre el costo fiscal que podría tener esta inclusión. Es por eso que junto a UNICEF calculamos qué costo tendría para el Estado incorporar a quienes hoy no tienen acceso a ningún derecho y lo que vimos es que es marginal: financiar una asignación especial para monotributistas y autónomos de acuerdo con la propuesta presentada por el poder ejecutivo en el proyecto "Cuidar en Igualdad" sería tan solo del 0.01% del PIB por cada año de ampliación.
Existe un consenso social en que necesitamos mejores licencias de paternidad para todos los padres, sin distinción de su inserción laboral. Es su derecho a cuidar, pero también de sus hijos e hijas a recibir cuidados y a tener padres más presentes. Queremos que la licencia sea más que un lindo pero breve recuerdo. No podemos seguir esperando, el momento es ahora.
*La autora, Delfina Schenone Sienres, es socióloga, responsable del Área de Políticas de ELA - Equipo Latinoamericano de Justicia y Género.