El Grupo de los Siete –compuesto por las democracias económicamente avanzadas de Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá– finalizó su reciente cumbre con el compromiso de alejarse más rápido de los combustibles fósiles e ir hacia las fuentes de energía alternativas como los molinos eólicos, paneles solares y la incipiente tecnología de hidrógeno renovable. Pero las experiencias de la guerra de Ucrania requerían advertencias.
Europa, especialmente Alemania, depende en gran medida del gas natural y el petróleo rusos. Putin está recortando las entregas a ciertos países debido a su apoyo a las fuerzas por la libertad de Ucrania. Para reducir esta dependencia de Rusia, Europa aumentará la inversión en importaciones de gas natural licuado como medida temporal. Alemania se retracta de sus planes anteriores de cerrar las plantas de energía nuclear que le quedan y aumentará temporalmente su uso de carbón. Pero el objetivo de eliminar gradualmente los combustibles fósiles permanece intacto.
Sin embargo, ese objetivo es imposible de alcanzar y la razón es su costo prohibitivo. Hasta la invasión de Ucrania por parte de Putin, Alemania estaba empeñada en las energías renovables. Estaba cerrando sus centrales eléctricas de carbón y gas. En buena medida, Berlín también decidió desactivar todos sus reactores nucleares. Las renovables no son baratas. La electricidad alemana cuesta más del doble de lo que cuesta en Estados Unidos
En los últimos 20 años, los gobiernos gastaron cerca de US$ 5 billones en fuentes de energía alternativa. Pero la proporción de energía global procedente de combustibles fósiles bajó de un 86% a un 84% en todo el mundo. Dos puntos porcentuales por US$ 5 billones.
En mercados libres reales, la energía se vuelve más abundante y más asequible con el tiempo. Cada gran avance en el nivel de vida significa aumentos rápidos en el uso de energía, ferrocarriles, automóviles e Internet, entre otros. Lo que las naciones ricas han estado haciendo con las energías alternativas va en la dirección opuesta: energía más costosa y menos abundante. Desafortunadamente, Estados Unidos apenas ha sido inmune. Se opuso a los mandatos de energías renovables, que hicieron que la red eléctrica sea cada vez menos confiable. California es el ejemplo más notorio.
Entonces, ¿por qué esta extravagancia derrochadora llegará a su fin? Los gobiernos ya no podrán permitírselo. Las condiciones financieras de numerosas naciones se deterioraron gravemente y los gastos de todos los programas se dispararon, a excepción de los gastos en defensa. Los niveles de deuda también se dispararon, particularmente después de la crisis de 2008/2009, donde el crecimiento económico fue lento.
Debido a varios factores puntuales, los bancos centrales han podido comprar los bonos necesarios para ayudar a financiar la extravagancia de los gobiernos sin desencadenar terribles inflaciones. Hasta ahora. Los días de gastar sin preocupaciones e imprimir dinero, incluidas las indulgencias energéticas antieconómicas, llegarán a su fin.