Dentro de los campos tecnológico y financiero existen oportunidades excepcionales de desarrollo profesional y crecimiento. Sin embargo, observamos que la proporción de hombres y mujeres continúa siendo despareja. Diversidad, inclusión y equidad son los tres componentes fundamentales a tener en cuenta para realmente generar un impacto positivo pero, a su vez, son aspectos que requieren trabajo y compromiso en el día a día. A modo de ejemplo, aún en la actualidad nos encontramos con mujeres que tienen una compensación menor a los hombres. Hasta que no tomemos conciencia de que hay que pagar en base a competencias y el tipo de rol desempeñado, no vamos a poder eliminar esa brecha, por lo que el esfuerzo para lograr la equidad requiere ser constante o no será suficiente para generar cambios reales.
A través de nuestro Centro de Servicios de Buenos Aires, desarrollamos y exportamos tareas de valor agregado en materia de finanzas, créditos, investigación económica, desarrollo tecnológico, ciberseguridad y legales, entre otros, fundamentalmente para Estados Unidos, Europa y América Latina. En base a la experiencia que pudimos ganar en esos terrenos, hemos notado que las mujeres sienten interés por el ámbito tecnológico y financiero, teniendo una apreciación positiva acerca del potencial que estas áreas ofrecen.
Sin embargo, los principales obstáculos que enfrentamos las mujeres son los prejuicios a la hora de la contratación y la falta de representación femenina en puestos jerárquicos como modelos a seguir. De esta manera, los estereotipos y sesgos son factores de gran influencia a la hora de pensar en las oportunidades. Estos existen desde las etapas iniciales en la construcción de los intereses de las jóvenes, en cierta medida por parte de su ámbito familiar y educativo y, posteriormente, a través de personas reconocidas tales como figuras públicas, políticas, artistas o influencers, que son referentes para muchas mujeres que quizás estén interesadas en tecnología.
A la vez, la demanda de puestos de trabajo vinculados a tecnología continúa creciendo y las organizaciones tienen grandes dificultades para encontrar nuevos talentos, lo que supone una oportunidad inmejorable para reducir la brecha entre las elecciones de carrera de las adolescentes y las profesiones más requeridas por el mercado laboral. Sin embargo, no se trata únicamente de cantidad, de cuánto talento femenino se contrata en comparación con el masculino, sino también de las oportunidades que se brindan, es decir, de cuántas mujeres son promovidas y ocupan puestos jerárquicos, del apoyo que se les brinda, del acompañamiento en las diferentes etapas de su vida y de los incentivos que se les ofrecen para que puedan desarrollarse en igualdad de condiciones y tengan la misma exposición a oportunidad de crecimiento.
Desde nuestro lugar, trabajamos para asegurarnos de que las mujeres estén bien representadas en la industria de la exportación de servicios que incluye tanto la arista tecnológica como financiera. En este sentido, prestamos especial atención a aquellas micro y macro acciones que reproducen desigualdad.
Por ejemplo, en los procesos de contratación exigimos diversidad de candidatos antes de tomar la decisión de contratación, formando también un panel de entrevistadores diversos, para que el proceso sea justo y se de en igualdad de condiciones. De igual manera, creemos necesario seguir realizando entrenamientos para que ya no exista ningún tipo de sesgo al momento de seleccionar y que el directorio acompañe y respalde este proceso.
Por parte de las organizaciones, queda todavía mucho trabajo por realizar a nivel interno y externo para derribar ciertos prejuicios vinculados a los roles de género. La diversidad es un punto que le aporta valor a toda compañía, permitiendo contar con otro punto de vista a la hora de buscar soluciones o abordar cualquier tema. De esta manera, es importante que cada vez más mujeres sepan que la industria tecnológica y de servicios tiene enormes oportunidades para ellas, que queremos sumar su talento y que su incorporación ayudará a que las futuras generaciones se sientan más seguras y motivadas a seguir el ejemplo de talentosas mujeres que hoy son referentes en los campos de tecnología y finanzas.
*La columna fue escrita por Clara Mendiberri, Managing Director de J.P. Morgan Argentina.