Ya hay más de diez bancos ofreciendo hipotecas Uvas y algunas entidades ya están ofreciendo préstamos a desarrolladores. En la medida que esto se vaya generalizando, va a cambiar completamente el mercado inmobiliario. ¿Por qué?
Con el relanzamiento de los créditos hipotecarios, todas las transacciones así financiadas se vuelven trazables, bancarizadas y transparentes. Esto en sí mismo ya es una gran novedad. Otro de los cambios que veremos es que las personas deberán cuidar su historia crediticia para poder calificar.
Lo más importante de este nuevo escenario es que mejora el acceso a la vivienda. Con las hipotecas Uvas, ahora pueden comprar quienes tienen ingresos estables y demostrables.
Sin embargo, hay dos puntos a tener en cuenta:
- Para acceder a una vivienda mediante un crédito hipotecario también es necesario contar con ahorros para afrontar la parte del precio que el banco no financia, que es aproximadamente el 30 por ciento.
- Para comprar una vivienda en pozo, los préstamos hipotecarios Uvas no aplican.
Entones, ¿cómo se puede ampliar aún más el mercado y el acceso a la vivienda? A través de los préstamos bancarios a los desarrolladores que ya están ofreciendo algunas entidades. ¿Por qué son una pieza clave?
En primer lugar, porque en la medida en que parte del fondeo de la obra es aportado por los bancos, se abre a los desarrolladores la posibilidad de cobrarles a los compradores cuotas bajas hasta la posesión, que luego podrían empalmar con una hipoteca a largo plazo. Tal como sucede en otros países.
Con este modelo los compradores pueden pagar la misma cuota desde la firma del contrato en pozo hasta cancelar el crédito décadas después, probablemente con algunos refuerzos durante el plazo de obra. Es clave ofrecer planes de pagos a largo plazo desde el pozo.
En segundo lugar, porque de esta forma se da mayor posibilidad de acceso a la vivienda a aquellas personas que hoy no disponen del 30% del precio de la propiedad que no financia el banco con los créditos hipotecarios o que no califican por no tener ingresos suficientes y demostrables y una buena historia crediticia.
Estas líneas de financiamiento a desarrolladores son aún restrictivas por lo que este cambio de paradigma será gradual y de a poco irá mejorando.
Con este esquema, los productos que desarrollemos para este nuevo segmento serán muy diferentes. Haremos otro tipo de edificios pensando en enamorar al usuario final y no al inversor o al ahorrista.
Los compradores, al poder pagar las propiedades a muy largo plazo, podrán absorber un mayor precio. Sin lugar a dudas, esto alimentará la creatividad de todos los desarrolladores por ofrecer cada vez proyectos más atractivos y competitivos.
En consecuencia, aparecerá la demanda emergente de los que aún sin necesitar una nueva vivienda por razones objetivas, al tener acceso a cuotas atractivas se tentarán por cambiarse a una unidad de mejores características.
Así sucede en todo el mundo, es lo normal. Esperemos que esta normalidad llegue a nuestro país lo antes posible. En ese escenario haremos mejores proyectos y mucha más gente accederá a una vivienda mejor.