El hecho de que el presidente Joe Biden haya declarado su candidatura para un segundo mandato a través de un video en lugar de en un meeting entusiasta o en un discurso en vivo a los votantes dice todo lo que se necesita saber sobre por qué no liderará su partido en las elecciones presidenciales de 2024.

Lamentablemente, carece de la fuerza física y mental para manejar este trabajo de campo tan difícil y apremiante durante otro mandato. No es su edad per sé. Mentalmente vigoroso, Winston Churchill cumplió un segundo mandato como primer ministro a los 70 años y se retiró a regañadientes a los 81 años. El gran cuatro veces primer ministro británico en el siglo XIX, William Gladstone, comenzó su mandato final a la edad de 83 años. La energía furiosa del primer ministro Georges Clemenceau, cerca de los 80 años, salvó a Francia de la derrota en la Primera Guerra Mundial. No hace mucho tiempo, el siempre feroz Mahathir Al Mohamad se convirtió en primer ministro de Malasia por segunda vez a los 92 años sin que nadie, especialmente sus oponentes, dudaran de que estaba al mando.

Pero el doloroso declive de Joe Biden es cada vez más evidente y preocupante. Su secretaria de prensa ni siquiera se atrevió a prometer que completaría su segundo mandato. Otro factor que argumenta en contra de que Biden sea el candidato de su partido para 2024 es la cuestión de qué sabía el presidente acerca de que sus hijos se juntaban descaradamente con los chinos y otros cuando viajaba al extranjero. Numerosos miembros de la familia aparentemente obtuvieron parte de este dinero. La Cámara de Representantes está reuniendo más información condenatoria que puede no perdonar al propio presidente.

Finalmente, está la condición de la economía. El primer trimestre mostrará cierto crecimiento, pero se avecina un estancamiento o algo peor a medida que los préstamos bancarios se endurecen, los ahorros se reducen y el crecimiento de los salarios sigue rezagado con respecto al aumento de los precios. La mayoría de los estadounidenses no creen que el país vaya en la dirección correcta. La mayoría no quiere que Biden se presente nuevamente.

El historial del presidente es pésimo, por lo que no lo mencionó en su video de anuncio, ni ofreció una plataforma esperanzadora para un segundo mandato. Una señal reveladora de que el presidente no estará en la boleta electoral el próximo año es ese reciente viaje familiar a Irlanda. Había una especie de sentimiento de canto de cisne. Si Biden realmente hubiera querido postularse el próximo año, no habría traído a su hijo, Hunter.

Cómo y cuándo Biden abandonará su reelección es desconocido por ahora. ¿Quién será el candidato real del partido demócrata el próximo año para presidente? No será la vicepresidenta Harris, dadas sus vergonzosas actuaciones. Es notable que en ese video de anuncio de Biden ella aparece pero no habla. El abanderado de los demócratas para el próximo año puede que no sean los nombres que ahora se escuchan, como el gobernador de California, Gavin Newsom, sino alguien de quien apenas somos conscientes hoy en día, un extraño total.

En otras palabras, se acerca un año turbulento de elecciones.