En el cierre de abril, como todos saben, se logró media sanción para la nueva versión de la Ley de Bases. Ahora es tiempo de definir los artículos de forma particular. Recién entonces, el proyecto deberá ser discutido en el Senado. Más allá de todo esto, y del contenido de las leyes, lo más relevante de la jornada legislativa fue lo siguiente (al menos para mí):
1) Si bien falta mucho por hacer, por primera vez en décadas el Congreso argentino, o al menos su Cámara de Diputados, aprueba leyes que van en la dirección correcta. Me refiero, sobre todo a la Ley de Bases, ya que el Paquete Fiscal, si bien trae una moratoria más que necesaria y un importante desahogo para los monotributistas, deja en general bastante que desear.
2) Es absolutamente histórico que un gobierno tan minoritario obtenga una mayoría así de cómoda en una votación relevante en el Congreso. Esto es una señal de fortaleza política que van a apreciar, especialmente, los organismos internacionales y los posibles inversores en el país. Así como la inestabilidad política genera inseguridad jurídica, la fortaleza brinda cierta seguridad, o al menos tranquilidad.
Más allá de todas las diferencias que tengo con el gobierno de Milei, que son de público conocimiento, y tienen mucho que ver, sobre todo, con temas tributarios, considero justo felicitar al presidente Javier Milei y a todo su equipo, así como también a los diputados, especialmente a los de La Libertad Avanza y a los del Pro.
Como lo he explicado en otros espacios, las diferencias no tienen que ser nunca impedimentos para reconocer lo que se hace bien, porque al fin y al cabo, queremos lo mismo: una Argentina más próspera, con verdadera libertad individual, con mayor seguridad jurídica y atractiva para las inversiones extranjeras. ¿Qué esperar ahora en el Senado? Ojalá que lo mismo. Ya veremos.