Más allá de los 50: rompiendo mitos y creando segundas oportunidades
Carolina Olivera People and Sustainability Director en IT Patagonia
Carolina Olivera People and Sustainability Director en IT Patagonia
Las empresas están adaptando sus prácticas de gestión del talento para satisfacer las expectativas y preferencias de las nuevas generaciones de profesionales, pero también necesitan reconocer el valor de las personas con más experiencia. A medida que se acercan o superan la barrera de los 50, las personas comienzan a encontrar obstáculos al reingresar al mercado laboral o cambiar de rumbo profesional.
Como sabemos, ninguna generación escapa a los prejuicios relacionados con la edad. A medida que esta aumenta, los estereotipos que más afectan son los que cuestionan la capacidad de adaptación, agilidad y competencia en nuevas tecnologías. Es importante que las empresas evalúen cada caso en particular, comprendan los riesgos que implica tomar decisiones basadas en estereotipos y aprendan a descubrir las habilidades únicas de cada generación. En el caso de los profesionales +50, estos se destacan por su responsabilidad hacia el trabajo, compromiso, experiencia, resiliencia, paciencia y dedicación, características que aportan un gran valor al negocio.
Las mujeres enfrentan barreras adicionales, que también se intensifican con la edad. Estas dificultades comienzan a incrementarse a partir de los 40 años, especialmente cuando intentan reintegrarse al mercado laboral después de la maternidad. Aunque hubo avances y una percepción más positiva sobre la maternidad, las mujeres siguen enfrentando obstáculos significativos, que se agravan aún más en casos de periodos de inactividad o al intentar cambiar de carrera.
El escenario es complejo, pero por primera vez en la historia participamos en un entorno laboral en el que conviven tantas generaciones juntas. Esto obliga a las empresas a repensar la gestión del talento con miradas hacia la integración, pero también en relación al crecimiento del negocio. En el sector de IT, donde me desarrollé durante más de 15 años, la necesidad de captar talentos abrió la puerta a la inclusión, la diversidad y la convivencia intergeneracional, y se continúa avanzando en esa dirección. Hoy podemos dar fe de los buenos resultados que la diversidad trae a las organizaciones y de cómo mejora las prácticas de gestión del talento.
Además de su experiencia y conocimiento, los profesionales +50 pueden actuar como mentores de los equipos más jóvenes, compartiendo aprendizajes, conocimientos y mejores prácticas, y ampliando la diversidad de perspectivas, lo cual favorece la innovación y toma de decisiones dentro de la empresa. Este acompañamiento es muy valorado y fortalece la intergeneracionalidad.
Por otro lado, es importante destacar que a la hora de contratar profesionales +50 debemos tener en cuenta que la edad no evita la curva de aprendizaje. Si una persona decide cambiar de carrera, independientemente de su edad, empezará en una posición junior. La organización debe crear un plan de carrera para que pueda desarrollarse en un nuevo ámbito. Sin embargo, los profesionales con larga trayectoria cuentan con herramientas adicionales, especialmente para enfrentar dificultades. También muestran mayor compromiso, dedicación y estabilidad.
Las empresas deben desarrollar iniciativas para crear diversidad en los equipos, tanto para las generaciones jóvenes que buscan acceder a su primer empleo como para las personas +50 que sienten que se están quedando fuera del mercado laboral. Tener esta mirada de inclusión e integración es, sin dudas, también beneficioso para el negocio.
Contratar a personas mayores de 50 años no solo enriquece la diversidad del equipo, sino que también aporta experiencia, estabilidad y nuevas perspectivas. Es crucial romper con los mitos y estereotipos asociados a la edad y centrarse en las habilidades y el valor que estos profesionales pueden aportar. Fomentar un ambiente inclusivo y de respeto generacional es altamente beneficioso para la cultura organizacional y el éxito empresarial en general.
Los estereotipos sobre la capacidad de adaptación y competencia tecnológica de las personas +50 deben ser desafiados, ya que estos profesionales aportan experiencia, compromiso y estabilidad, esenciales para la sostenibilidad del negocio. Para ello es necesario crear iniciativas que promuevan la inclusión y aprovechen las habilidades únicas de cada generación, creando un beneficio mutuo. Las empresas deben adaptarse para gestionar el talento de manera inclusiva, reconociendo el valor de profesionales de todas las edades; esto fortalecerá la cultura organizacional y mejorará los resultados empresariales.