El pase de Kylian Mbappé al Real Madrid es uno de los más comentados en este momento, a nivel mundial. El francés le dijo adiós al Paris Saint-Germain para sumarse al equipo merengue en Madrid. Eso, ya lo sabemos todos. La novedad, ahora, llegó de la mano de la política fiscal de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Una vez más -como ya les he mostrado en varias ocasiones- los patrimonios de las estrellas y deportistas son el puntapié inicial para cambios en materia de leyes fiscales. En estos días se están ultimando detalles de una reforma del IRPF, que será conocida como ley Mbappé. ¿De qué se trata? Es una reforma que permite ahorrar hasta 60 millones de euros al año en tributos a extranjeros que trasladen su residencia a la región y realicen inversiones allí.
La ley será aprobada próximamente por la Asamblea de Madrid y coincidirá con la llegada de Mbappé a España. ¿Quiénes se beneficiarán? Los extranjeros que se trasladen a vivir a la Comunidad Autónoma de Madrid, que no hayan residido allí en los últimos cinco años y que realicen inversiones en acciones o participaciones de empresas o en otro tipo de capital mobiliario como títulos de renta fija o bonos.
Estas personas recibirán una deducción del 20% del valor de la inversión realizada, incluyendo costes y tributos y excluyendo intereses. Se calcula que serán unos 30.000 los nuevos contribuyentes que disfrutarán de este nuevo beneficio. Esto, naturalmente -y como he explicado muchísimas veces- va a favorecer la economía de la Comunidad Autónoma de Madrid, va a atraer nuevas y mejores inversiones y, de esa forma, todo indica que se dinamizará la economía local. Win-win, ¿verdad?
Este tipo de políticas de competencia fiscal no son una novedad a nivel internacional. Varias jurisdicciones, que buscan atraer capital extranjero y dinamizar la economía, las han implementado. Irlanda, Luxemburgo o Singapur son tres ejemplos de países que han utilizado estrategias similares para convertirse en imanes de inversión y en centros financieros globales.
Vale la pena mencionar también a la conocida Ley Beckham, una normativa fiscal de España que se introdujo en 2005 con el fin de atraer talento extranjero al país y que recibió el apodo del famoso futbolista David Beckham, por ser uno de los primeros beneficiarios notables de esta normativa tras su fichaje por parte del Real Madrid. La ley permite que los trabajadores extranjeros que se trasladan a España puedan tributar como no residentes durante los primeros seis años de su estancia, aunque estén residiendo en el país. Esto significa que solo pagan impuestos sobre los ingresos obtenidos en España, en lugar de sobre su renta mundial.
Así que, como verán, hay antecedentes sobre este tipo de normas. Una vez más, estamos ante un ejemplo claro de cómo las jurisdicciones utilizan la política fiscal para atraer nuevas y mejores inversiones y talentos. Por supuesto, la clave estará en pensar a largo plazo y, si bien este tipo de beneficios siempre son bienvenidos, deben acompañar a una política fiscal que fomente las inversiones para todos, la competencia fiscal -siempre sana y necesaria- y que, por supuesto, haga un buen uso de los tributos recaudados. Pero quedémonos con lo bueno: Madrid está dando un paso importante en su política fiscal, que resulta algo innovadora (aunque ya no debería serlo). Ahora, tendremos que quedar atentos para ver si el camino sobre el que avanza, es el correcto.