La transformación del Comercio Exterior de Brasil y las oportunidades para la Argentina
Santiago La Rosa Pedernera CEO y founder de SIDOM
Santiago La Rosa Pedernera CEO y founder de SIDOM
Brasil está experimentando una transformación revolucionaria en sus sistemas de gestión aduanera con la transición hacia el Portal Único de Comercio Exterior (PUCOMEX). Sin duda, estamos ante una nueva era de eficiencia, transparencia y crecimiento económico para Brasil, posicionándolo a la vanguardia de la innovación en el comercio global.
Este proceso, no se trata solo una actualización tecnológica, sino una renovación integral basada en tres pilares centrales:
Brasil es el país que más productos argentinos importa, desde hace al menos tres décadas. En 2023, el vecino sudamericano importó desde Argentina productos por un valor de US$ 11,9 mil millones, el doble que China. Esta relación comercial sólida y duradera subraya la importancia de Brasil como socio comercial clave para Argentina.
En las últimas tres décadas, Argentina registró un saldo positivo respecto de Brasil solo en 11 años. Es decir, que a Brasil, en general, le compramos más de lo que le vendemos. Este dato pone en evidencia la necesidad de generar estrategias efectivas para equilibrar la balanza comercial y aprovechar las oportunidades de exportación que se abren ante el nuevo escenario.
La transformación digital del comercio exterior brasileño presenta una oportunidad significativa para Argentina, dado que las mejoras en la eficiencia y transparencia de los procesos aduaneros impactará positivamente en las relaciones comerciales bilaterales. En este sentido, quisiera hacer foco en las oportunidades que Argentina puede aprovechar si además, adoptamos el ejemplo del país vecino para renovar profundamente nuestros procesos de Comex:
Hoy, Argentina cuenta con un contexto favorable de cara al comercio internacional, en este marco, es crucial impulsar los cambios necesarios que faciliten la transformación de los procesos en el comercio externo y que, a la vez, vayan acompañados de la incorporación de tecnologías que permitan para simplificarlos y hagan más transparentes las gestiones aduaneras. Es decir, que no solo mejoren la competitividad internacional, sino que se alineen a los estándares globales, facilitando la integración con otros mercados y nos permitan estar a la altura de la agilidad y velocidad con las que otras economías están llevando sus transacciones internacionales. Sin duda, la transformación tecnológica es un paso imprescindible para reducir la burocracia, mejorar la eficiencia y atraer inversiones extranjeras al país.