La inflación no remite, pero la economía sí se estanca
Francisco Coll Morales Economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia
La pasada semana analizábamos la situación que presenta la economía argentina en un escenario en el que la incertidumbre nos mantiene inquietos y confusos. Después de un análisis en el que trataba de resaltar la estrecha relación entre el endeudamiento y el crecimiento económico, publicamos un análisis en el que tratábamos de ver la situación en la que estábamos con la pandemia, la situación en la que estamos hoy, así como la situación en la que estaremos el próximo año. Y pese a la excepcional incertidumbre que sigue incapacitando la realización de pronósticos fiables, he de decir que lo que veíamos, teniendo en cuenta también lo comentado durante esa primera columna, era bastante desalentador.
Pese a que la economía argentina se recuperaba al son del conjunto de economías que conforman nuestro planeta, el crecimiento que veíamos hace meses, debido a diversos escollos que siguen perturbando el funcionamiento de la economía, comienza a apagarse. Lo que el Fondo Monetario Internacional (por sus siglas, FMI) calificó como un enfriamiento económico global ya es una realidad. El organismo, que publicaba sus pronósticos en el mes de mayo, ha tenido que aplicar reajustes a casi todas las economías ante este nuevo escenario. Y hemos de señalar que hoy no hay cuadro macroeconómico que haya podido soportar la erosión que vive la economía en este mismo momento.
Los propios analistas de Bloomberg, teniendo en cuenta todo lo que está ocurriendo, se pronunciaban la pasada semana, augurando un difícil futuro para las economías de América Latina. De acuerdo con estos, la situación no parece corregirse como esperaban los bancos centrales, y ello nos está obligando a frenar artificialmente la economía más de lo esperado. De hecho, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, así como todas las autoridades monetarias en el planeta coinciden en que la inflación es prioritaria y en que se subirán los tipos lo necesario para frenar la inflación. Pero ello mismo, como anunciaba la presidenta del BCE hace unos días, nos hará pasarlo mal los próximos meses; pudiendo empeorar sustancialmente la situación.
Lo que vemos al analizar la economía, en principio, es que la inflación sigue sin ofrecer un respiro, y ello está llevando a los bancos centrales a actuar con más intensidad. Todas las autoridades monetarias en el mundo han iniciado lo que los economistas denominan como “retirada de estímulos”, a la vez que siguen subiendo los tipos de interés al ritmo que crece la inflación. Sin embargo, lejos de relajar la inflación, esta sigue creciendo, al mismo instante que decrece la economía por esa actuación de los bancos centrales. En otras palabras, la economía se apaga ante la falta de estímulos y las restricciones al crédito, pero la inflación, lejos de remitir como debería, sigue una tendencia opuesta a la esperada.
Debido a esto, los bancos centrales siguen incrementando la intensidad de sus medidas, pero ello, como estamos mencionando, produce daños colaterales, como podría ser el estancamiento de la economía que estamos viviendo en estos momentos y que se acentúa en tanto en cuanto seguimos actuando y la inflación no remite. Pues debemos saber que las mismas políticas que utilizamos para relajar la demanda y combatir la inflación, por la misma razón, frenan el crecimiento económico y la recuperación en la que nos encontrábamos inmersos. En otras palabras, combatir la inflación solo es posible si frenamos el crecimiento económico, y esto, en un escenario como el actual, preocupa a unos economistas que no ven que la inflación remita, pero que, como decía, sí ven una economía cada vez más estancada.
Los datos de inflación, en el análisis hablan por sí solos; situando a la economía argentina como la segunda economía de América Latina que mayor inflación registra. Y por desgracia, las previsiones que se tienen para los próximos meses no auguran nada bueno. Los economistas que están dando seguimiento a la inflación en el país dicen que esta continuará siendo elevada los siguientes meses, pudiendo llegar a crecer durante el mes de septiembre. Mientras que los más pesimistas, entre los que encontramos a numerosas consultoras privadas, agencias de research, entre otros organismos, entidades y autoridades, estiman que la escalada de los precios acabe superando la barrera del 100% al finalizar el año.
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Y esto que comento contrasta con unas previsiones de crecimiento que, teniendo en cuenta lo comentado, auguran un futuro bastante pesimista para una economía que podría situarse en un estancamiento el próximo ejercicio. La última revisión del FMI, el Banco Mundial y la OCDE nos indican que la economía argentina está cada vez más apagada, y si no logramos contener la situación, nadie descarta, incluso, la llegada de una estanflación que podría complicar aún más la situación. Pues Argentina es una economía muy interesante y claramente emergente, pero ello no quita que, como señalé la semana pasada, es una economía que está en apuros.
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*La columna fue escrita por Francisco Coll Morales - Economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia.
