Hacia un liderazgo responsable
Anahí Tagliani Empresaria pyme y promotora de la diversidad
Anahí Tagliani Empresaria pyme y promotora de la diversidad
Ser líder responsable pyme es, para empezar, hacernos cargo de nuestras decisiones. Es gestionar emociones, las propias y las ajenas. Preparar nuevos líderes responsables, profesionalizarse y cuestionarse. Es transformar las buenas prácticas en políticas que trasciendan nuestra gestión. Ser líder responsable es hacer organizaciones responsables para mejorar nuestras comunidades y nuestros países. Es comunicar nuestro propósito y compartirlo. Conocer a nuestros stakeholders.
Sin embargo, de todos los grupos de interés, las pymes tienen una gran diferencia en el compromiso con sus colaboradores. Nosotros conocemos sus historias, necesidades y las problemáticas de la comunidad donde residen, porque somos parte del entramado social.
Así la pyme, con su capilaridad territorial, es un actor clave en la inclusión. Los colectivos que históricamente tienen dificultades en el acceso a oportunidades laborales, pueden reinsertarse o conseguir el primer empleo en una pyme, que además tiene un rol único como formadora y capacitadora. Algún día hablaremos de convivencia en la diversidad, por el momento incluimos, y la inclusión puso en valor el compromiso social por un lado y el descubrimiento de los beneficios que aporta a la organización.
Hoy hablamos mucho de diversidad, pero la diversidad convive en la pyme desde siempre. Nos falta medir esa diversidad, cuantificarla, generar espacios y conversaciones dentro de nuestras empresas para que pueda ser expresada. Pero es desde ahí, desde la diversidad que nos conforma, que podemos ponerla en valor y visibilizarla para facilitar la incorporación de otros perfiles diversos, como el de las personas +45, con discapacidad, trans, que superaron la situación de calle, entre otros.
La diversidad mejora la estrategia, el análisis y la medición del riesgo, forma equipos innovadores, creativos y talentosos, mejora los productos y servicios atrayendo a clientes diversos, mejora la toma de decisiones, construye un ambiente inclusivo que impacta positivamente en el clima organizacional, promueve la productividad, sus resultados y rentabilidad. Conviviendo con la diversidad de otras personas nos repensamos, conocemos nuevas realidades, problemáticas y formas de ver el mundo. Las nuevas perspectivas enriquecen a todo el equipo. Transitar el camino de la D+I aporta los siguientes beneficios:
1.- Mejora la estrategia, el análisis y la medición del riesgo.
2.- Forma equipos innovadores, creativos y talentosos.
3.- Mejora sus productos y servicios atrayendo a clientes diversos.
4.- Mejora la toma de decisiones.
5.- Construye un ambiente inclusivo que mejora el clima organizacional.
6.- Mejora la productividad, sus resultados y rentabilidad.
¿Cómo conseguimos esa diversidad? ¿Cómo la buscamos y sumamos a nuestra organización? La mayoría de las veces en las pymes inicia con la intención y se transforma en animarse a probar. Podemos empezar el camino midiendo cómo estamos hoy. Porque si decidimos sumar colectivos vulnerables a la empresa, ¿sabemos con qué diversidad contamos? ¿Habilitamos espacios seguros y de sensibilización para que las personas se expresen, compartan y convivan en la diversidad que ya tenemos en la pyme?
Hay organizaciones que se encargan de medir la diversidad, y recién después de este análisis salimos a articular la búsqueda de nuevos perfiles. Hay muchas, cada vez más, organizaciones que trabajan con la modalidad de empleo con apoyo o de reinserción de distintos colectivos. La mayoría del tercer sector, pero también tenemos empresas y profesionales independientes.
Cuando hablamos de empleo con apoyo nos referimos a una metodología pensada y diseñada desde la perspectiva del Paradigma de Autonomía Personal, a un empleo integrado en la comunidad para personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social mediante la provisión de los apoyos necesarios dentro y fuera del lugar de trabajo, a lo largo de su vida laboral, que le permiten a la persona estar en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores. El empleo con apoyo nos acompaña en el caso de incorporar una persona con discapacidad, donde muchas veces se definen ajustes razonables para el puesto.
Sin embargo, en general para las personas +45, las personas trans o los que estuvieron en situación de calle, hay encuentros de sensibilización y acompañamiento de las organizaciones, pero no necesariamente con ajustes razonables. En todos los casos se realiza apoyo, seguimiento y se establece una comunicación activa entre el empleador y el equipo externo que acompaña. Esta dinámica es necesaria para que la inclusión sea sostenible en el tiempo.
Las pymes tenemos la oportunidad de ser agentes de cambio, de comprometernos con la problemática social y aportar a través del empleo, soluciones.
*La columna fue escrita por Anahí Tagliani, empresaria pyme y promotora de la diversidad. Miembro de Fecoba (Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires). Fecoba, a través de su área
de Mujeres Empresarias, invita a participar de la nueva edición del Premio Mujeres Empresarias de la
Ciudad, certamen dirigido a potenciar el desarrollo profesional y poner en relieve el rol
preponderante de la mujer en la economía y en el mundo laboral. La inscripción está abierta hasta el 17 de octubre y puede hacerse a través de este link.