Habilidades digitales basadas en la cuarta Revolución Industrial para más y mejores oportunidades
Natalia Jasin fundadora y directora general de Bounty EdTech
Natalia Jasin fundadora y directora general de Bounty EdTech
Expertos en inteligencia artificial y aprendizaje automático, analistas en seguridad de la información, ingenieros Fintech o en Robótica, científicos de datos, arquitectos en la nube, expertos en ciberseguridad, especialistas en transformación digital. Éstos son algunos de los perfiles profesionales que están siendo más demandados en todo el mundo, según el Foro Económico Mundial y el último reporte de Linkedin “Workplace Learning”. Las tecnologías digitales no sólo han traído importantes transformaciones en el ámbito productivo, sino que nos han atravesado en nuestra cotidianidad y en la manera que proyectamos nuestro presente y futuro.
Sin embargo, para construir un futuro con más y mejores oportunidades para los jóvenes, tenemos que empezar hoy. ¿Qué hay que estudiar para trabajar en estos roles tan demandados? ¿Qué habilidades necesitan desarrollar las personas desde edades tempranas para potenciar su perfil profesional en un futuro que cambia constantemente?
Si bien la escuela es el lugar privilegiado para el aprendizaje, para desarrollar y potenciar nuestras habilidades es clave entender que las personas aprenden a lo largo de toda su vida. Los sistemas educativos de toda América Latina han estado en proceso de revisión para incorporar contenidos que permitan a los estudiantes desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, el computacional, y otros aspectos que fortalezcan la toma de decisiones, la gestión de las emociones y la resiliencia. Pero no podemos esperar que la escuela haga todo sola. Es clave que la acompañemos con la construcción de redes virtuosas entre sectores.
Si se tienen en cuenta los datos de un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo, podemos ver que la brecha de habilidades digitales es una problemática común para el crecimiento de los países de la región. No se trata sólo de promover la industria IT, sino de comprender que la digitalización ha generado cambios en todas las industrias.Si bien el empleo TIC en América Latina es proporcionalmente bajo, la demanda de talento digital supera ampliamente la oferta, principalmente debido a la falta de profesionales.
Hoy hay dos desafíos que deben abordarse en simultáneo:
Si tomamos el ejemplo del auge de la inteligencia artificial generativa, es claro que más allá del esfuerzo que hagan las empresas, o el sistema educativo, estar siempre a la vanguardia no es sencillo para los procesos de enseñanza y aprendizaje escolar. Sumado a esto, muchas veces el avance vertiginoso de los cambios hace que muchos vean que sus puestos de trabajo están siendo “amenazados”. Es claro que cada novedad trae un desafío, pero también una enorme oportunidad de potenciar nuestras habilidades para que las tecnologías sean un aliado para el crecimiento y progreso de los países.
Por eso es fundamental trabajar articuladamente entre sectores. De este modo, los esfuerzos se potencian, se fortalecen las políticas públicas, se genera un círculo virtuoso que acompaña a los objetivos para la transformación del modelo productivo de un país. ¿Qué podemos hacer? Unir esfuerzos para facilitar el acceso a formación complementaria para que estudiantes de todos los niveles educativos, jóvenes y trabajadores de todas las edades tengan la oportunidad de aprender cosas nuevas. No sólo para encontrar mejores empleos, sino también para que la tecnología sea un aliado para expandir sus habilidades.
En un encuentro que tuvimos con jóvenes de escuelas secundarias hubo una frase que me interpeló profundamente como profesional de la educación: “La escuela me da un tenedor, salgo a la vida y me da sopa”. Creo que todavía tenemos un largo camino que transitar para cambiar de manera sistemática esa brecha que existe entre el mundo educativo y el laboral, para que más jóvenes puedan sentirse preparados a la hora de encarar su vida profesional.
Esta enorme oportunidad no debe quedarse sólo en poner a disposición una herramienta, un recurso o una oportunidad. Tenemos que medir el impacto de lo que hacemos. Todo el esfuerzo que realizan las empresas, los Estados, los organismos internacionales y también las personas tiene que contar con un monitoreo y evaluación para saber si estamos transitando el camino correcto. Promover el diálogo con cada uno de los actores y beneficiarios nos permitirá construir las bases para que la transformación digital no sea una amenaza, sino la oportunidad de cerrar las brechas de habilidades y de oportunidad en América Latina.
*La columna fue escrita por Natalia Jasin, fundadora y directora general de Bounty EdTech. Es Licenciada en Ciencias de la Educación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, recibida con honores (Magna Cum Laude). Consultora en temas de Tecnología Educativa, con más de 20 años de experiencia como líder en diferentes Organizaciones e Industrias de la línea de Repsol YPF, Ministerio de Educación Nacional y GCBA, A.N.M.A.T., Microsoft, Intel, Universidad Nacional de Quilmes, Red Hat, Educar, INTEC, IIPE-UNESCO, UNICEF, CAF, ARGENCON, BID, entre otras. Se dedica a la creación, implementación y evaluación de impacto de Planes Estratégicos que agreguen valor a productos/servicios de Empresas, Tercer Sector y/o Gobierno, con foco en la Innovación y el Desarrollo Sostenible.